Hay quienes nacen con una luz especial, dispuestos a emerger con su aura en un mundo que de forma anticipada les aclama. Seres de claridad, brotando con sutileza para distinguirse de lo común para convertirse en lo extraordinario. Aquellos que transforman lo ordinario en un suceso inusual. Y ahí, rozando con cortesía las líneas de un busto peculiar, Iker Bravo lograba sobresalir con nobleza al refugio de una naturaleza inaudita

Balanceado en la calidez de su Sant Cugat del Vallés natal, Iker se empapaba con nitidez de los secretos de un juego que acabaría dominando como nadie. Enfermo del deporte rey, los primeros toques con el cuero zurcido a sus pies no tardarían en florecer. Con cinco años, cosiendo los deseos al desliz del balón, el barcelonés se iniciaría en el CFA Espluguenc para empezar a destapar con timidez los destellos de una calidad prominente. Con más reparo que empeño, la vergüenza por acaparar las miradas dentro del tapiz a punto estuvieron de valer un abandono, sin embargo, la magia del fútbol acabaría por convencerle.

El escalafón a La Masía

Ataviado con una corpulencia destacable y poseedor de unos movimientos ancestrales en el baile de ataque, Iker no tardaba en dar el salto desde la FCBEscola al FCB Prebenjamín la temporada 2012/2013, convirtiéndose en el único jugador de la generación de 2005 en brincar esa campaña desde la academia azulgrana al primer escalón de La Masía. Con sólo 8 años a sus espaldas, el camino del delantero no menguaría, ascendiendo el curso 2013/2014 al FCB Benjamín C de Óscar Hernández para coronarse como campeón de Liga del Grupo I tras golear a la UE Sitges a falta de una jornada para el final (5-0) con un tanto del ariete de Sant Cugat.

Iker y Aaron Alonso en el FCB Cadete B. Foto: Noelia Déniz, VAVEL

A las órdenes de Sergi Milà con el FCB Benjamín A la temporada 2014/2015 no bajó los brazos, repitiendo los éxitos de antaño con la consecución de la Liga Preferente Benjamín con 16 puntos de diferencia respecto al segundo clasificado, el CF Damm, ganando todos los partidos del campeonato con la friolera de 202 goles a favor y tan sólo 19 en contra. En un año repleto de alegrías dónde su brillante progreso eclipsaba a los técnicos de La Masía, el excelente crecimiento de Iker se constataba el curso 2016/2017 con el FCB Alevín A de Marc Serra.

Iker daba el gran salto con el FCB Alevín A de Marc Serra la temporada 2016/2017

El fulgor de una estrella

Dispuesto y convencido, la velocidad en el desarrollo de Iker y la escala de un diamante sublime acaparaban la atención de los expertos del balompié. Bajo las directrices de Marc Serra y Pau Moral, el delantero catalán lograba acariciar las mieles de la gloria gracias a su inmaculado papel en edición nacional de LaLiga Promises y también en la internacional

En un año para enmarcar, el escuadrón azulgrana imponía su ley con un prestigioso doblete tras vencer al Villarreal CF en el Trofeo Nacional (3-1) y reeditar su hegemonía una semana más tarde en el III Torneo Internacional de LaLiga Promises disputado en Nueva Jersey ante el Real Madrid (3-2). Con el ‘7’ a la espalda, hilvanando una jugada de ensueño cabriolando sobre el flanco izquierdo, Iker se zafaba de dos rivales ‘groguets’ para sumar el segundo gol de los catalanes a cuatro minutos para el final.

Iker conseguía anotar tanto en la final de LaLiga Promises nacional como internacional

Lejos de recrearse en el calor de la fama, el ariete barcelonista se enfundaba de nuevo el traje de ‘killer’ para enamorar al mundo más allá de las fronteras. Cerca de Nueva York, respirando la belleza arquitectónica de los rascacielos, Iker reiteraba siete días más tarde su protagonismo en la final, esta vez en el Riverbank Park de Nueva Jersey. Implacable en el mano a mano, el golpeo mortal desde su diestra permitía al FCB Alevín A empatar la batalla a falta de diez minutos para el cierre. Sin embargo, con hambre de más, la huella del ‘7’ impregnaría con furia en suelo estadounidense. Él, que había provocado el córner, se encargaba de rematar el saque de esquina ejecutado por Pau con un testarazo sublime a falta de dos minutos para el final. Inapelable disparo para decantar la balanza a favor de los azulgranas y convertirse además en el máximo goleador del torneo con cinco dianas.

Iker Bravo con el FCB Alevín A la temporada 2016/2017 en LaLiga Promises. Foto: LaLiga

El camino a seguir

Estirando su calidad a un ritmo endiablado y explotando la capacidad goleadora de ‘killer’ letal, Iker afianzaba su presencia tanto en el FCB Infantil B de David Sánchez la temporada 2017/2018, logrando de nuevo LaLiga Promises por tercer año consecutivo y al amparo del FCB Infantil A de Alejandro Urrestarazu el curso pasado. Pese a verse sobrepasados por el RCD Espanyol, campeón con ocho puntos por encima de los azulgranas, Iker Bravo se reforzaba con 13 goles como segundo máximo goleador del FCB Infantil A, sólo por detrás de Amadou Balde, con 18 tantos.

Iker y Balde, máximos goleadores del FCB Infantil A la pasada temporada. Foto:  Noelia Déniz, VAVEL

El delantero catalán vuelve a rencontrarse este curso con Marc Serra en las filas del FCB Cadete B

Dispuesto de nuevo a abrazar el cetro doméstico, el artillero catalán vuelve a reencontrarse con Marc Serra en el banquillo, tal y como ocurriese la temporada 2016/2017, una de las más pletóricas de Iker Bravo como azulgrana. Caminando en su octava campaña en La Masía, el delantero de Sant Cugat del Vallés vuela decidido para seguir creciendo con el objetivo de impregnar su huella en ‘Can Barça’. Amante de un deporte que entiende como nadie, los goles vuelven a nutrir el hambre de una bestia indomable. Con sólo ocho jornadas disputadas en la Liga Preferente Catalana Cadete, el rubio de oro de la cantera ya suma seis tantos con el FCB Cadete B, casi la mitad de los obtenidos el curso pasado con el cuadro infantil.

Referencia ofensiva dónde las haya, en sus botas aguarda en buena medida el destino del escuadrón. Máximo artillero tanto del navío azulgrana como del Grupo I de la Liga, la luz de lo extraordinario vuelve a eclipsar sobre el resto. Dotado con un talento peculiar, Iker aguarda sin prisa el salto definitivo hacia el Olimpo. A sus 14 años ha logrado adentrarse como un habitual en las convocatorias de la Sub15 de Julen Guerrero, confirmando el auge de una estrella naciente. Sin premura para su vuelo, el despegue sólo acaba de comenzar.

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