Durante la noche del jueves se ha podido vivir de nuevo lo que es LaLiga española con 'El Gran Derbi' sevillano. Prácticamente todo el mundo tenía puestos los ojos sobre el verde del Sánchez-Pizjuán, siendo un escaparate formidable para la competición nacional y los propios clubes. Viendo los acontecimientos, el Real Betis ha manifestado unas carencias importantes en cuanto a estado físico y fútbol desarrollado en sí.

Comenzó el partido con un claro quiero y no puedo, con una serie de toques que no iban a ningún sitio; un ejemplo es que la primera ocasión para el cuadro verdiblanco llegó con un disparo de Sergio Canales desde fuera del área en el 38 del encuentro. El cuadro de Lopetegui sí estuvo más intenso durante los primeros 45 minutos, entrando varias veces desde las bandas con un Lucas Ocampos explosivo, mandando un balón a la cruceta en los primeros trances del juego. Poco después sería De Jong (otro quebradero de cabeza para el Betis) el que con un cabezazo estaría a punto de batir a Joel Robles. En  cuanto al meta bético, fueron varias las veces en las que puso en aprietos a jugadores del cuadro visitante con una serie de pases comprometidos que tenían que sacar como podían tras el acoso del rival, que esperaba impaciente para hincar el diente por algún error involuntario. El '5' sevillista metería de nuevo el miedo a los heliopolitanos con un chut seco poco antes de terminar el primer tiempo.

Un penalti 'suave' para hacer justicia

La segunda mitad empezaría con un Betis un tanto más intenso, siendo Tello el que probaría fortuna ante los defensores nervionenses, aunque fue prácticamente nulo el peligro creado por el catalán. Poco después sería sustituido por Diego Lainez, que cuajó unos buenos minutos.

El Sevilla seguía a lo suyo, y en el minuto 53 Mateu Lahoz haría gala de una increíble vista para señalar un penalti cometido sobre De Jong que quizás podría haber sido revisado por el colegiado en la pantalla antes de indicarlo definitivamente, ya que Bartra se apoya levemente sobre el jugador holandés. Sea como fuere, los de Nervión se pondrían por delante en el marcador transformando el penalti el que probablemente haya sido el mejor sobre el verde, Lucas Ocampos. El Betis entraría en un bucle al que ya tiene acostumbrado a su afición en esta temporada, activando el "modo pánico" ante las llegadas una y otra vez del conjunto local. El cuadro de Lopetegui se sentía cómodo, y futbolista como Munir o Reguilón eran puñales para la zaga bética. El nivel ofrecido por los hombres de Rubi durante esta fatídica noche ha sido cuanto menos espantoso, con un estado físico muy por debajo del equipo blanquirrojo en muchas facetas del partido, sin apenas poder trenzar jugadas claras de peligro.

Fernando daría el golpe definitivo

En el minuto 61 llegó el segundo tanto sevillista a través de Fernando, que remató con la testa tras un gran taconazo de Lucas Ocampos en la salida de un córner. El técnico catalán movería el banquillo dando entrada a Loren por Borja Iglesias (que sólo tuvo una oportunidad clara tras un remate de cabeza desviado), y Joaquín por un Aleñá bastante desaparecido. Junto a Feddal por Sidnei -que entró de inicio en la segunda parte-, y Pedraza por Álex Moreno, estos serían los cambios que realizó el míster para poder dar un sentido a todo ese despropósito ilustrado sobre el campo.

El Betis se volvería más peligroso, y Diego Lainez demostraría la clase que lo atesora, siendo suyas algunas jugadas de peligro creadas en el último tercio de partido. Tras una buena acción por la derecha, el mexicano asistió a Emerson, y este, al primer toque, se la puso a Loren, que no llegó a rematar prácticamente a bocajarro. Luego sería Pedraza el que lo intentaría con un disparo raso que llegaría manso a las manos de Vaclick. Joaquín estuvo a punto de anotar el primero tras un buen chut que se colaba, pero la buena defensa sevillista despejaría el balón.

El partido concluiría con un justo vencedor, demostrando las bases que sustentan a un proyecto mucho mejor organizado, o eso al menos es lo que se ha podido ver plasmado sobre el terreno de juego. Por parte del equipo bético, los de Rubi se marchan dejando la sensación de ser un conjunto muy pobre en cuanto a trabajo táctico y con un nivel defensivo muy inferior a lo deseado. Son diez las finales que tendrán los de Heliópolis si no quieren sufrir para conservar incluso la categoría en LaLiga española.