El tren en el que parte el Valencia acaba de iniciar un camino en el que la luz al final del túnel del horror solo acaba de empezar. Más lejos que nunca de que la situación mejore, el club de Mestalla se encuentra cuesta abajo y sin frenos.
La salida de Paco Camarasa tras una larga trayectoria profesional vinculada al club valencianista, solo ha sido el inicio de un proceso de purga liderado por la gestión del presidente, Anil Murthy. En el mercado de fichajes de LaLiga, el Valencia está siendo el mayor de los protagonistas. Con más salidas que entradas, el club ché ha puesto en venta a su plantilla a precio low cost.
La columna vertebral del equipo formada por Dani Parejo y Francis Coquelin ya viven sus últimas horas en la capital del Turia. Ambos centrocampistas jugarán la próxima temporada en el Estadio de la Cerámica. A falta de oficializarse, la operación ha sido una ganga para el equipo de Emery. Tras 9 años en el Valencia, el mediocentro de Coslada saldrá gratis a la ciudad vecina mientras que el francés solo costará alrededor de 13 millones al club submarino.
El todavía capitán del Valencia, que ha manifestado en todo momento su deseo de poder retirarse en el club tras una década vistiendo el murciélago, tendrá que abandonar Mestalla en los próximos días debido a los problemas con el presidente. Su relación con Marcelino García Toral tras abandonar el club en septiembre puso en el punto de mira al mediocentro siendo uno de los señalados para abandonar el barco.
Por su parte, el francés Francis Coquelin, otra de las garantías consolidadas en los últimos años, ha acudido esta mañana a la ciudad deportiva, pero no precisamente para pasar las pruebas físicas como el resto de sus compañeros, sino para recoger sus respectivas pertenencias. El conflicto hace varios meses con el doctor Pedro López Mateu, responsable de los servicios médicos del club y persona de confianza de Murthy ha sido el motivo extradeportivo que le ha hecho abandonar Paterna.
¿Cuáles son los problemas reales del Valencia?
Está claro que existen motivos extradeportivos por parte de la directiva con una parte de la plantilla que les coloca en el centro del mercado. Sin embargo, los problemas económicos han estado en la sombra en todo este tiempo, escondiendo una realidad que muchos valencianistas desconocían.
Las últimas informaciones emitidas por distintos periodistas valencianos afirman que el Valencia ha sufrido en este último curso serios problemas económicos para pagar las fichas de algunos jugadores, una parte de ellos han cobrado mediante pagarés y ello ha generado una situación de descontento añadido.
Por si fuera poco, el Valencia ya suma a su deuda 536 millones de euros, el doble que cuando Peter Lim compró la entidad. Es probable que las ventas a ese precio low cost y sin muchas negociaciones sean otro de los motivos por los que el club esté de liquidación.
Asimismo, las entidades políticas también han manifestado el malestar a través del Ayuntamiento por el incumplimiento de la propiedad con el ATE acerca del Nuevo Mestalla. Joan Ribó, alcalde de la ciudad afirmaba días atrás que Peter Lim debía hacerse cargo de las obras y cumplir el contrato acordado hace 5 años ya que el viejo Mestalla tiene los días contados.
La última víctima
Gabriel Paulista ha sido la última víctima del remate final de temporada de las rebajas que se viven en Mestalla. Por una cantidad menor de 7 millones, el Villarreal podría llevarse a otro de los veteranos ché pese a tener cubiertas las líneas de defensa.
Las salidas de Parejo y Coquelin, el cese del exfutbolista Paco Camarasa, la rescisión de otro de los hombres de Marcelino, el recuperador Alberto Torres y la posible marcha de Paulista son el espejo del alma de una entidad sin identidad.
Como si el club estuviese en una atracción de miedo, lejos de ver la luz al final del túnel, el valencianismo se une para hacer frente a una bruja señalada y a unos títeres que contribuyen a la destrucción y el derribo de un centenar de historia.