El conjunto blanco superó por la mínima (1-0) a un escuadrón blanquivioleta que se mostró incisivo en ataque y sólido en defensa. En la misma línea, los pupilos de Zinedine Zidane percutieron por los costados, pero se toparon con una línea defensiva acertada y aguerrida que neutralizó la calidad existente entre los centrocampistas y atacantes del equipo local. Pese a controlar el choque y la posesión del mismo, Thibaut Courtois mantuvo con vida a los blancos, que demostraron carencias a corregir de cara a compromisos venideros, sobre todo en cuestiones defensivas. En ataque, Jovic y Benzema pelearon; sin embargo, no dispusieron de las oportunidades deseadas en una primera instancia. 

Pieza determinante del rompecabezas de Zidane

Thibaut Courtois repelió numerosos disparos llegados desde las botas de los atacantes del Real Valladolid. En consonancia con su buena actuación y magnífico rendimiento sobre el verde del Estadio Alfredo di Stéfano, el portero belga también se mostró resolutivo en jugadas ensayadas del conjunto visitante, además de avispado en los saques rápidos después de atajar el esférico, aspecto fundamental que deriva en contragolpes peligrosos precedidos de superlativas transiciones de balón. Igualmente y con el 0-0 en el luminoso del feudo merengue, el portero de 28 años fue determinante en sendos tramos del encuentro, minimizando las buenas acciones del cuadro vallisoletano. 

En la misma línea adquirida durante el periplo post-parón del curso pasado, Thibaut Courtois continúa erigiéndose como la primera pieza de la columna vertebral del Real Madrid de Zinedine Zidane. El futbolista belga cumplimentó una actuación superlativa ante el Real Valladolid, en un partido parejo, en el que los pequeños detalles decantaron la balanza en favor del equipo blanco. De cara a partidos futuros, el portero de la escuadra vikinga intentará prorrogar su buen momento de forma, convirtiéndose en un fijo en los esquemas del técnico francés.