No es la pareja Joao Félix-Luis Suárez, ni la de Pedri-Messi o tampoco la de Vinicius-Benzema, la pareja que de verdad está asustando en este inicio de competición liguera es la que forman dos jugadores top: Mikel Oyarzabal y David Silva. El canario era de esperar que no vendría a conocer la bonita ciudad de Donostia-San Sebastián, más bien a continuar con su nivel hasta que el cuerpo le aguante. El otro, Mikel, es una de los joyas de esta Liga, un joven talento que está dando pasos agigantados hasta llegar a ser un fijo en la selección nacional y como no, en los onces de Imanol Alguacil

Se preveía antes del comienzo, desde que se produjo el fichaje incluso, que podían armar una pareja letal, y no han pasado ni dos meses para demostrar que no estarían confundidos. Silva asiste y Oyarzabal las mete. Y sino, participan en las jugadas de los goles, que vale mucho. A David no le importa que le pongan a De Bruyne o Sterling que a Mikel, él se entiende igual. No le falta carácter, desborda la magia que posee y regala a sus compañeros goles para hacerles igual de felices que él en toda su carrera. 

  • De menos a más

A los buenos también les hace falta un pequeño camino de adaptación hasta coger velocidad de crucero. David Silva sorprendió con su positivo en Covid-19 un día después de llegar a su nueva casa, pero desde que entró en la disciplina realista y debutó contra el Real Madrid en casa, no se le ha vuelto a perder de vista. De hecho, a sus 35 años, parece estar viviendo una segunda juventud y es un fijo en las alineaciones de ambas competiciones que está jugando la Real. 

Oyarzabal siempre se reencuentra. Acabó algo desapercibido la última temporada, sin embargo, ya ha vuelto a recuperar su mejor nivel con minutos y el buen juego de su equipo, lo que se ha traducido en un bálsamo de confianza. El de Eibar sigue superando récords al alcance de unos pocos, y espera seguir haciéndolo con su equipo del alma, la Real Sociedad. Si viene un grande la siguiente campaña, otro gallo cantará. 

  • Amigos en el verde y fuera

Mikel es un tío simpático, trabaja con la misma ilusión que lo hacía el primer día y David, desde que aterrizara en tierras vascas, lo ha demostrado igual. Imanol es, en parte, quien ha tenido gran culpa de esta asociación entre dos jugadores llamados a ser los mejores de la competición. Fuera de los terrenos de juego también se entienden; disfrutan del momento y viven experiencias inolvidables. Porque sí, también es importante la amistad de ambos para liderar a un equipo y llevarlo, por el momento, hasta lo más alto de la tabla. 

  • Los delanteros no arrancan

Los tres pistoleros de la escuadra txuriurdin (Isak, W. José y Bautista) no acaban de afinar su puntería en de cara a puerta, y los veintidós goles se los reparten entre toda la plantilla, destacando los seis de Oyarzabal, cuatro de ellos desde los once metros. En el casillero de dianas del canario, a pesar de no ser un goleador nato, ya ha anotado un gol, el primero que abrió el marcador de la goleada en Vigo (1-4). 

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