Los txuriurdines volvían a verse las caras en la cuarta jornada de la liguilla contra el AZ Alkmaar de un Arne Slot que ha dado mucho que hablar en las últimas horas tras sus elogios al club realista en la previa. Decía que en los años que lleva en el AZ nunca se había sentido tan desesperado como contra la Real. Tras un choque de ida en el que los de Alguacil vencieron por la mínima (1-0) con diana de Portu siendo dominadores en todo momento, la revancha y el buen fútbol de los dos equipos estaba asegurado.

  • Un comienzo amargo que fue cogiendo color

Entre la neblina que rondaba por el AFAS Stadion y el emotivo minuto de silencio al grande de Diego Armando Maradona, ambas plantillas rodearon el círculo central para rendir homenaje a uno de esos jugadores que ha hecho más grande a este deporte. Único, especial, irrepetible... genio. Además de todos esos condicionantes, David Silva no fue de la partida por esa lesión muscular sufrida el pasado martes. Tras el pitido inicial, sin embargo, se olvidaron de todo y se pusieron manos a la obra en busca de encarrilar la fase de grupos. El once, el esperado, ante la ausencia del canario entraba Januzaj por el medio. El bloque defensivo sin sorpresas. Volvía Le Normand tras ausentarse en el Ramón de Carranza por expulsión ante el Granada CF. 

Estiraban líneas y apretaba la escuadra txuriurdin en los primeros compases, con un ataque prometedor, ilusionante y muy rápido. Los holandeses buscaban hacer daño por la zona medular, pero Merino y Zubimendi cerraron correctamente los espacios. El choque estaba cogiendo el color del partido de ida, donde los donostiarras fueron superiores en todos los aspectos al mismo rival. Januzaj tuvo la más clara en el ecuador de la primera mitad tras una gran jugada ofensiva de la Real. Oyarzabal combinó con Isak, que abrió a su vez para la llegada desde segunda línea de Januzaj, y el chut del belga se marchaba alto.

La Real se adueñó del esférico, el AZ se defendía como podía. El meta realista salvó a los suyos de encajar el primero cerca de la media hora. Stengs combinó con Karlsson, y este la ponía en el área para que Koopmeiners rematara desviado tras tocar en Oyarzabal. Llegadas selectivas para ambos conjuntos antes del descanso. Los locales Midtsjø y Svensson recibieron dos tarjetas amarillas en un primer periodo con ocasiones repartidas para ambos pero sin abrir brecha en el luminoso. 

  • Faltaron los goles ante las ocasiones más claras

Comenzaba la segunda mitad con posesión dividida en ambos terrenos, ninguno se conformaba con el punto. Y más sabiendo que el Napoli no fallaría ante el más débil del grupo, el Rijeka. Ni Slot ni Alguacil movieron ficha al inicio. Adnan Januzaj, que se notaba más liberado en el interior, sacaba a relucir sus destellos más propios, esos que echa de menos su afición. Karlsson probaba fortuna cerca de la hora de encuentro, pero su remate lo desviaba Zaldua. A la siguiente, De Wit y Koopmeiners perdonaban en dos ocasiones muy claras. El primero, tras un cabezazo que para con el pie Remiro y la segunda con un zapatazo del capitán desde fuera del área que pega en el larguero.

La Real pasaba los peores minutos sobre el tapete holandés con un AZ Alkmaar volcado en el área realista. Con el paso de los minutos, la Real mejoraba progresivamente, aunque el técnico seguía apostando por los once mismos jugadores que el inicio. Se notaba el cansancio y la fatiga. Hasta el 72´de encuentro tuvieron que esperar su oportunidad dos realistas como Willian José y Roberto López, que entraban al verde en detrimento de Januzaj e Isak. Transitaban los jugadores más frescos Boadu y Aboukhlal del conjunto local en busca de ese primer tanto. El colegiado macedonio Aleksandar Stavrev amonestaba, primeramente al capitán realista Mikel Oyarzabal tras frenar una contra y después a los zagueros del AZ Martins Indi, el central internacional holandés que cometía una falta sobre Portu y al griego Hatzidiakos. 

A falta de diez minutos para el final de la contienda, Roberto López desbarataba una falta bonita fuera del área. Mejor dicho, despejaba el guardameta Bizot. Portu y Oyarzabal dejaban su posición a los jóvenes Barrenetxea y Merquelanz. Alguacil quería emular el choque de la primera jornada en Rijeka, donde los suplentes jóvenes dieron la victoria a su equipo con ese carácter y gen competitivo propio de los blanquiazules. Lo mismo pasaba con la escuadra de Slot, en la que Boadu y Aboukhal pudieron disgustar a la Real tras un centro y posterior remate que se marcha alto, por poco. A las últimas de cambio, perdonaba Merino tras una internada que sorteó a los rivales sin acierto.