El próximo lunes, la Sociedad Deportiva Eibar cerrará la jornada número 12 de Liga cuando enfrente al Valencia. El combinado azulgrana viene de asaltar el Benito Villamarín (0-2), gracias a las dianas de Yoshinori Muto (49') y Esteban Burgos (54'), mientras que su rival de turno cayó en casa frente al Atlético de Madrid (0-1), con el tanto anotado en propia puerta de Toni Lato (79'). Azulgranas y blanquinegres medirán fuerzas en el reducto eibarrés, el Estadio municipal de Ipurúa, escenario que viene siendo esquivo para los de José Luis Mendilibar en una cosecha de puntos, inaudita.

Un esquema marcado

El representativo ché, bajo la estela de Javi Gracia, configuraba en su última presentación un modelo de juego de 4-4-2. En él, bajo palos, Jaume Doménech. Mientras tanto, Daniel Wass (lateral derecho) y Toni Lato (lateral izquierda), junto a Gabriel Paulista (centro-derecha) y Hugo Guillamón (centro-izquierda) configuraron la retaguardia. Por su parte, Carlos Soler (centro derecha) y Uros Racic (centro izquierda) se posicionaban en la zona de máquinas reforzados por dos extremos puros: Yunus Musah (derecha) y Guedes (izquierda). Finalmente, los dos atacantes: Maxi Gómez y Manu Vallejo.

La defensa atrasada, con el medio comprimido. Fuente: Fullmatchsports.co
La defensa atrasada, con el medio comprimido. Fuente: Fullmatchsports.co

En cuanto al posicionamiento de este colectivo, se observaba una línea defensiva en el tercio superior propio, respaldada por un mediocampo unos metros por delante y la delantera en una circunstancia similar. La característica, sobre todo, entre la última y la medular, es que se encontraban comprimidas entre sí, dando lugar a un exiguo espacio. Su trabajo defensivo al menos frente al Atlético evidenciaba movimientos de trabajar colectivamente en pos de cortarle los circuitos al conjunto colchonero. De ellos se vislumbró el refuerzo para impedir las superioridades de banda efectuados tanto por Soler o Racic junto al volante de banda (Guedes o Musah). Asimismo, cuando estos últimos no llegaban, los anteriores se quedaban junto al lateral para impedir el dos contra uno.

Carlos Soler, multi-área

Uno de los jugadores más importantes del Valencia es Soler. El volante que habitualmente se desempeñaba como interior en el esquema de Voro hace algunas temporadas, al presente es uno de los intérpretes sustanciales para la sinfonía de Gracia. El oriundo de Valencia, no sólo forma parte del andamiaje ofensivo como esos volantes mixtos que pisan el área con determinación. No obstante, Soler es más que ello porque forma parte de una de las piezas que se inmiscuye dentro de la zaga defensiva para darle una salida limpia al equipo. De la misma manera, junto a Racic ocupa esa rueda de auxilio para impedir la superioridad de banda. Y, asimismo, le otorga al equipo esa pizca de fluidez, pase corto y entre líneas para que el colectivo se desplace en conjunto para avanzar en ataque. También, cuando uno de los centrodelanteros se tira a banda, él ocupa el espacio libre como falso '9'.  O, incluso, puede retrasarse unos metros como mediocentro ofensivo, teniendo por la derecha a Musah y en la izquierda a Guedes, dos extremos.

Soler, en la saga para salir limpio. Fuente: Fullmatchsports.co
Soler, en la saga para salir limpio. Fuente: Fullmatchsports.co

En lo que hace a los delanteros y la primera línea de presión, tanto Vallejo como Maxi Gómez ocupan un espacio centralizado en el cual con este posicionamiento fijan a los dos centrales. Luego, por detrás se ubican los cuatro volantes en igualdad numérica con los rivales dándole al contrincante la obligación de romper esa igualdad con una segunda línea (central) en conducción, pero al estar tapado este tiene que recurrir a una salida salteando o bien optando hacerlo desde la banda con los laterales. Esa disposición y sin el balón, el Valencia es un colectivo que actúa con intensidad y busca cerrar los espacios del rival para que, tras pérdida,  una vez que recupera el balón se siente cómodo tocando el balón pero su propuesta debido a las características de sus futbolistas, que son rápidos, es que estos ataquen el espacio. Además, contando con dos laterales de amplitud y golpeo de balón para centrar. Por otra parte, cuando divide el balón a segundas jugadas pierde esa situación de cierta comodidad.

Desactivación de la compresión

Al presentar prácticamente ocho futbolistas en un rango de 30 metros, con exigua distancia entre el mediocampo y la defensa, aquel equipo que rompa esa línea de presión lo tiene que hacer con buena circulación del balón, dinámica y con rotaciones constantes entre sus futbolistas. El Atlético de Madrid, una de las herramientas que utilizaba para quebrar tal cerrojo defensivo era lanzar pases diagonales desde la zona de máquinas. Ese pase, superó la línea del volante de banda y por ende el volante-extremo quedaba mano a mano frente al lateral o también si se sumaba una segunda línea persistió un dos contra uno, aunque asimismo uno de los integrantes del doble pivote valencianista auxilió este desacople.

Conducción obligada de los centrales para romper la presión valencianista. Foto: Fullmatchsports.co
Conducción obligada de los centrales para romper la presión valencianista. Foto: Fullmatchsports.co

En lo que refiere a la ofensiva del combinado blanquinegre, quien optaba circunstancialmente por ocupar una demarcación más centralizada era Guedes quien se cerraba para que Lato tuviese mayor recorrido en el costado izquierdo. Con las introducciones de Rubén Sobrino, Kevin Gameiro y Thierry Correia, la dinámica y configuración del equipo no varió en demasía. A diferencia de los otros dos atacantes, estos funcionaron con mayor movilidad (Sobrino-Gameiro). Ocasionalmente, Sobrino flotaba en una especie de falsa mediapunta pero de inmediato se adelantaba para posicionarse de delantero. Correia o Guedes se quedaron, circunstancialmente, descolgados en un 4-3-3 o con el posicionamiento en el mediocentro ofensivo de Sobrino se observó un 4-2-3-1 esporádico.