El Barcelona de Ronald Koeman asaltó el Reale Arena (1-6) ante una desdibujada Real que se deshizo tras encajar los dos primeros goles en la primera mitad. Se preveía un partido igualado y duro para los catalanes, que debían salir airosos de una de las salidas más complicadas que les restaban, en un campo en el que otrora era imposible que vencieran. Todos los goles que no metieron en Donostia entre 2010 y 2017 los metieron en 90 minutos de un nivel altísimo (el partido culé rozó la perfección), con la colaboración de una pseudo-defensa donostiarra que hizo aguas por todos lados y recordó demasiado a la exhibición de errores y falta de contundencia desplegados ante el Manchester United hace apenas un mes.

  • Dominio azulgrana sin mordiente

El partido arrancó con un Barcelona protagonista, que buscaba el balón y dominaba el partido. Era una circunstancia que parecía no desagradar a la Real, que alternaba la presión alta en salida de balón culé con un bloque muy bajo y un 5-4-1 en defensa posicional, con Zubimendi actuando como central, y sin ningún inconveniente en ceder el balón a los de Koeman.

Con este guion táctico inicial, el partido transcurrió sin excesivos incidentes. Un tímido remate de Messi fue lo más destacable en ataque del Barça la primera media hora. En la otra portería, Isak, robando un balón en campo rival, puedo adelantar a los txuriurdines, pero Ter Stegen se lució y detuvo el disparo del sueco.

  • 10 minutos decisivos

El partido continuaba en una zona de confort para ambos equipos hasta que Remiro blocó mal un centro sin peligro de Dest. El balón tocó en el larguero y la defensa donostiarra apenas pudo despejar. De ahí nació una apertura a banda que Jordi Alba hizo buena colocando un gran centro raso que remató Dembélé. Remiro paró la primera pero no puedo hacer nada en el rebote, que cayó a pies de Griezmann, que nunca falla ante el equipo que le vio nacer.

Pudo empatar acto seguido Isak en un fallo de Ter Stegen en la salida de balón, pero el arquero germano lo enmendó con una mano espectacular al disparo seco, potente y esquinado del delantero. De lo que pudo ser el 1-1 al 0-2 en apenas 3 minutos. Messi acaparó la atención de 4 defensores y en el momento menos esperado filtró un gran balón para la incorporación, más solo que la una, de Sergiño Dest, que definió cruzado ante la salida de Remiro. En apenas 10 minutos, el Barcelona consiguió desnivelar un partido que parecía muy parejo.

  • Segunda mitad a placer para el Barcelona

La Real no compareció sobre el césped del Reale Arena en la segunda mitad, y el Barcelona no bajó el pistón y exhibió un nivel sobresaliente, pocas veces visto esta temporada. Messi brilló como de costumbre, Dest firmó su mejor partido como azulgrana y Alba, De Jong o Busquets completaron sendos partidazos. 

Si pudo haber alguna esperanza de remontada donostiarra, esta quedó enterrada en el minuto 52, cuando Dest consiguió su doblete rematando un nuevo pase de la muerte de Alba. Primeros dos goles para el lateral este curso. Apenas tres minutos después, Busquets, muy solo, detectó a Messi, filtró un pase picado sensacional y el argentino, ante una defensa muy blanda, definió a la perfección ante un inoperante Remiro. Siguió el vendaval azulgrana con Dembélé cogiendo el testigo, primero con un gol anulado por un fuera de juego milimétrico y a continuación con un gran gol con la zurda tras una jugada individual en la que la defensa de la Real podría haber sido sustituida por conos de entrenamiento. 

  • Dos golazos de última hora

Los cambios surtieron efecto a Imanol. Carlos Fernández y Barrenetxea salieron al campo con ganas de jugar. El joven donostiarra realizó una bellísima jugada personal, se apoyó en el sevillano, que le devolvió la pared, y terminó la jugada con un disparo descomunal desde fuera del área que dejó la escuadra de Ter Stegen sin telarañas. A esto replicó Messi, ya en el descuento, finalizando una obra de orfebrería futbolística trazada entre Alba, Puig y el rosarino. 

Con este carrusel de goles se llegó al pitido final. Un 1-6 que refuerza a la tropa de Koeman (en el día de su cumpleaños) y manda un inequívoco mensaje al Atlético de Madrid y al Real Madrid. La batalla por el título se presume trepidante. La Real, por su parte, recibe un golpe moral tremebundo justo antes del partido más importante en la historia reciente del club, la final ante el Athletic. Mucho tendrá que cambiar el conjunto de Imanol, especialmente en cuanto a actitud, si pretende evitar que los de San Mamés saquen a pasear la gabarra. Lo vivido en el Reale Arena es un capítulo vergonzoso que la afición tardará en olvidar. Como dato final, podemos mencionar que de todos los goles que ha recibido la Real en sus 28 partidos de Liga, el 21% han sido esta jornada. Casi nada.