Este Granada CF ni vence ni convence. Pese a empezar la temporada como un tiro, con mejores números que sensaciones, todo hay que decirlo, a día de hoy el plantel entrenado por Aitor Karanka está sumido en una fase decepcionante en cuanto a ideas, juego y resultados.

Tanto es así que el puesto del preparador vasco está muy en entredicho tras la mala imagen mostrada en el empate a cero ante el Huesca este domingo. La pérdida de confianza por parte de un sector de la directiva es tal que, según ha informado este lunes la Cadena COPE, la destitución de Karanka podría producirse incluso este próximo fin de semana en caso de derrota en el duelo ante la Ponferradina (sábado, 16:15 horas).

La ausencia de un estilo de juego consolidado y reconocible, la pobreza de ideas sobre el césped y los dos puntos perdidos frente al Huesca precipitaron la reacción de buena parte de la grada de Los Cármenes, que no dudó en pitar al equipo y pedir la dimisión del entrenador, quien afirmó en rueda de prensa no sentirse demasiado preocupado por la actual situación.

Lo cierto es que este Granada trasmite cada vez peores sensaciones. No genera fútbol, no es contundente en defensa y, lo que es peor, en muchas fases no compite. Lo que hace no tanto tiempo era un equipo camaleónico capaz de pelear los partidos bajo cualquier circunstancia ahora empieza a convertirse en algo más parecido a un cangrejo, acumulando demasiados pasos, y pases, hacia atrás.

Este Granada sacará adelante muchos partidos porque tiene una plantilla amplia cargada de muy buenas piezas individuales, sobre todo en ataque. Pero si lo que pretende es ascender, no puede seguir dejando escapar puntos. Y eso sólo se consigue construyendo un equipo sólido en mayúsculas que funcione como un reloj. El tiempo apremia, el tren sigue su marcha y la sala de máquinas está que arde. Próxima estación: Ponferrada.