Del despertar del equipo en Segunda División para volver a la élite hasta el regreso de Joaquín al Estadio Benito Villamarín. 2015 ha sido un año difícil de calificar para el equipo heliopolitano, que ya de la mano de Pepe Mel consiguió cumplir con su obligación: volver a Primera División. Ya en la máxima categoría, el equipo ha atravesado un inicio de altibajos y desconcierto. Pero si algo ha resaltado tanto en este último año como en el resto de su historia, eso ha sido el apoyo incondicial de su afición. Un año más.

El primer nombre propio de 2015 en el Real Betis fue Pepe Mel. El entrenador regresó a un equipo que deambulaba sin rumbo por Segunda División. De su mano, los verdiblancos retomaron el vuelo para volver a Primera.

Rubén Castro: segundo nombre propio. Se ha echado el equipo a la espaldas en este 2015 y los goles han llevado impreso su sello. Junto a él, la confirmación de promesa de Dani Ceballos, que atravesó un verano convulso.

Pero sería injusto hablar de Rubén Castro y Ceballos y no hacerlo de Jorge Molina. En Segunda, su dupla junto al canario marcó la diferencia goleadora de la categoría. Castro-Molina: la pareja perfecta para confirmar el regreso a la élite.

Un día especial: 24 de mayo. Era una obligación volver a Primera y el Betis regreso en esta fecha. Como siempre, apoyado por una marea verdiblanca que le acompañó en cada partido, lloviera o hiciese calor, como local y como visitante.

El Betis ganó al Alcorcón y adelantó su ascenso matemático. Volvía a donde debía estar, lo que no evitó que se celebrara con una gran fiesta en el propio estadio.

Si el año empezó con un nombre propio, el mercado de fichajes estuvo marcado por otro. Joaquín Sánchez volvió a su casa y devolvió la ilusión a la afición bética. Su fichaje se resolvió a última hora, pero la alegría del portuense el día de su presentación reflejaba la convicción de su regreso.

Deportivamente, el Betis volvió a codearse con los más grandes. El Bernabéu se le resistió, pero los verdiblancos comenzaron a sacar buenos resultados fuera de casa.

Unos resultados como visitante que contrastaban con los que cosechaba en el Benito Villamarín. El Betis ha acabado este 2015 como el segundo peor equipo de Primera División en casa: solo 6 puntos de 32 posibles.

Igualmente, su estabilidad en la tabla se ha dado gracias a su buen hacer lejos de Heliópolis. El Betis es el tercer mejor visitante de la Liga, lo que le ha permitido acabar 2015 en la 12ª posición, tan lejos del descenso como de Europa.

La Copa del Rey permitió que el azar deparara tres derbis de manera casi consecutiva. El Betis - Sevilla fue uno de los últimos platos del 2015 y 2016 empezará con dos derbis más, en este caso en la competición copera.

Una foto para definir el 2015 verdiblanco: un equipo cuya espalda siempre está cubierta por una afición incondicional.