No se están viviendo tiempos fáciles en Heliópolis. Aunque sólo se hayan disputado diez jornadas de liga, la afición bética no quiere ni pensar en que esta temporada sea otra de esas en la que tienen que acabar suspirando en las últimas jornadas por la permanencia del Real Betis. 

Poyet se enfrentaba a un segundo "match ball" esta noche en el Estadio Benito Villamarín. Tras salvar los muebles la semana pasada en el Sadar con un gol en el último minuto, hoy le esperaba otra prueba mucho más exigente, ante su público, donde no solo valía la victoria, sino dejar buenas sensaciones. Sin embargo, ni se dio lo uno ni se dio lo otro. Tras los noventa minutos vuelven los pitos y los cánticos de la afición que ya conoce a la perfección lo que pasa cuando se dejan escapar puntos jornada tras jornada.

Álex Alegría se quedó en el banquillo

El delantero de moda en Heliópolis no tuvo cabida entre los once elegidos por Poyet. En su lugar, Sanabria y Rubén Castro actuaron como delanteros. Era lo que a principio de temporada se intuía como lo más lógico, pero tras las actuaciones y los goles de Alegría, ha sido éste y no el ex del Sporting el delantero que más se ha hecho de querer para la afición verdiblanca y quien se esperaba hoy como futbolista de inicio. 

Y las actuaciones, tanto de Sanabria como de Rubén, han dejado mucho que desear. Los delanteros que hoy debían encargarse de darle efectividad a las ocasiones creadas por el cuadro bético no han estado a la altura. Rubén Castro ha fallado más de lo habitual y aunque esta vez no partía desde la banda, no ha sido el delantero que todos están acostumbrados a ver en Heliópolis. Le ha faltado acierto y presencia al canario, aunque siempre lo intentó, incluso de falta, pero sin fortuna. 

Por su parte, Sanabria sigue sin responder a las expectativas creadas entorno a su rendimiento a principio de temporada. Lastrado por las lesiones en el inicio de liga, se espera mucho más del futbolista paraguayo y sobre todo, se esperan sus goles para que no tenga que ser el de siempre el que se encargue de hacerlos; porque como se ha visto hoy, hasta el que siempre marca tiene días en los que no ve puerta. 

Poyet ha estado cuatro jornadas sin repetir el mismo sistema de juego

El tecnico bético volvió a cambiar el esquema pasando a un 4-4-2. Un esquema, que ya ha cambiado en múltiples ocasiones desde que el Betis arrancase la liga en el Camp Nou, donde jugó con el polémico 3-5-2. Esto, es sin duda una muestra más de que ni siquiera Poyet sabe con qué enfrentarse a sus rivales.

Si se observan los onces de Poyet en los últimos enfrentamientos se corrobora este planteamiento: frente a Osasuna utilizó un 4-5-1 de inicio, sin Alegría ni Rubén Castro y sí con Sanabria como único punta. Frente al Real Madrid, Poyet planteó un 4-2-3-1 con Alegría como punta y Rubén Castro y Joaquín a las bandas. En la jornada 7 de nuevo volvió a jugar el Betis con un nuevo sistema, en aquella ocasión se trataba del 4-3-3. Y hay que regresar a la jornada 6 para volver a ver al Betis empezar un encuentro con el sistema 4-4-2 empleado esta noche ante el Espanyol. Se trata del once que jugó en la victoria al Málaga, compuesto por Castro y Alegría como puntas, Joaquín y Musonda a las bandas, con Petros y Gutiérrez en el centro del campo y línea defensiva ocupada por Piccini, Bruno, Pezzella y Rafa Navarro, más Adán bajo palos. De estos once, ante el Espanyol el Betis mantuvo a Adán, Rafa Navarro, Pezzella, Joaquín, Petros, Gutiérrez y Rubén Castro. Es decir, mantuvo a siete futbolista de los once que alineó de inicio Poyet en la última ocasión que utilizó un 4-4-2 como sistema inicial de un partido. 

Tras el gol del Espanyol, Poyet decidió cambiar el sistema de juego, pasando del mencionado 4-4-2 al 3-4-3, donde Rafa Navarro dejaba la defensa por Álex Alegría, quien se incoporaría a Sanabria y a Rubén Castro en el ataque. Ha sido un buen momento para ver sobre el césped a los tres futbolistas atacantes que, en teoría, compiten por el mismo puesto. Sin embargo, ni con Alegría en el campo el Betis ha podido crear peligro a través de jugadas ofensivas. Y a pesar de estar los tres delanteros juntos en el ataque, la más clara para el Betis la tuvo de cabeza Mandi, haciendo que Diego López interviniese de manera espectacular tras prácticamente noventa minutos donde no pasó muchos apuros. 

El Espanyol de Quique Sánchez Flores también salió con un 4-4-2 de inicio

El equipo perico llegó al Benito Villamarín por detrás del Betis en la clasificación y con un inicio liguero desastroso. El proyecto de la directiva espanyolista no está resultando aquel que parecía cuajarse en verano, y justo esto es lo que hace que la situación de catalanes y andaluces se parezca tanto. El conjunto de Quique Sánchez Flores venía de empatar tres encuentros seguidos en liga y de vencer al Barcelona en la Supercopa Catalana. 

Sin embargo, el técnico del Espanyol sí tiene como sistema definido el 4-4-2 y no sorprendió ante los verdiblancos. Su punta de ataque volvieron a ser Gerard Moreno y Leo Baptistao, dejando lugar en las bandas a Piatti y Hernán Pérez. Javi Fuego y el jovencísimo Marc Roca ocuparon el doble pivote, para que en defensa, Diego Reyes y David López actuaran como centrales, y donde la única novedad posible fue Aaron como lateral izquierdo. Victor Sánchez jugaría en el lateral derecho y en portería el insustituible Diego López. 

Desde el banquillo entraron José Antonio Reyes, quien fue muy pitado por su pasado sevillista, el Pape Diop y Demichelis. 

El Espanyol no salió metido en el encuentro y el Betis estuvo algo mejor que los pericos tras el pitido inicial. Sanabria demostró muchas ganas y Joaquín desde dentro se desenvolvía bien, siendo uno de los mejores de su equipo. Se volvió a demostrar que el del Puerto de Santa María está mas agusto sin tener que correrse la banda durante noventa minutos constantemente, y que su veteranía y técnica se aprovechan mejor si participa más con el balón y no tiene que correr tanto sin él. 

Sin embargo, poco hace falta este año para hacerle daño al Betis, y sin merecerlo, Gerard Moreno apunto estuvo de abrir el marcador. Sigue dando muchas debilidades una zaga bética que esta vez formó sin Piccini, un futbolista que lleva semanas a un bajo nivel de juego y que es muy posible que incluso agradeciera no exponerse a la siempre exigente afición bética.

Los cambios volvieron a no entenderse

Tras el descanso el Betis salió mejor que en el primer tiempo y gozó de algunas llegadas. Lo intentaban los de Poyet pero sin creérselo demasiado. 

El centro del campo bético no conseguía mantener el control del juego y lo poco que creaban no era suficiente para incordiar a Diego López. Así, y con el partido en suspense, Poyet decidió mover ficha. Un doble cambio arrancó pitos desde la grada al decidir retirar a Joaquín y a Jonas Martin. No fueron tanto por el francés sino por el dorsal diecisiete. Era el único que otorgaba rigor en el centro del campo y al igual que ocurrió frente a la Real Sociedad cuando Rubén Castro salió del terreno de juego, el cambio fue muy discutido desde la grada. 

Por otro lado, Nahuel volvió a tener minutos con la elástica verdiblanca pero no aportó prácticamente nada a su equipo. Se aqueja el Betis de la falta de soluciones desde el banquillo, en un plantel que además, con la lesión de Musonda, vio reducida su capacidad de revolucionar el encuentro. 

El gol de Diego Reyes deja a Poyet contra las cuerdas

El Espanyol no hizo mucho ni más que el Betis, pero acabó marcando y en el fútbol no existe nada sin el gol.

En una jugada a balón parado, Diego Reyes cabeceaba con potencia tras un error defensivo en la marca. La defensa al hombre se confundió con la defensa en zona y al final el central mexicano espanyolista remató libre de marca a un Adán que no pudo hacer mucho más. 

El gol perico trajo el ruido y los pitos al Villamarín. Poyet trataba de reaccionar poniendo todo su arsenal en el ataque pero sin una idea clara de juego, el balón no puede llegar al área contraria. 

Mandi estuvo a punto de decorar una situación que cada vez se pone más fea para el técnico uruguayo que, tendrá que seguir explicando en rueda de prensa por qué parece que su equipo juega jornada tras jornada sin tener una idea clara de qué es lo que quieren hacer con el balón. 

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Sobre el autor
Francis Alonso García
Comunicación Audiovisual en la Universidad de Sevilla.