Más duro que su propia presencia. Más vivo que la canción que lleva su nombre. Más omnipresente que los dioses del olimpo. Más goleador que nunca. Tan carismático como siempre. Esta es la carta de presentación de John Guidetti. El sueco ha encandilado a la afición celeste desde el minuto uno con su coraje y su pundonor, su entrega y lucha y, cómo no, con sus goles. El sueco aprovecha al máximo sus minutos y los rentabiliza con goles, algunos de gran importancia como el golazo a Moyá en la Copa del Rey. Con el gol de penalti marcado en el Camp Nou lleva cuatro goles en liga en 475 minutos (sale a gol cada 118 minutos), y cinco goles en ocho partidos en la competición copera (a gol cada 117 minutos), números más que destacados para un delantero que no tiene garantizada la titularidad pero que  ha aprovechado con creces las ausencias en la delantera celeste.

Ya ha golpeado con su martillo en liga al Barcelona y Levante por doble partida a ambos, también sometiendo su fuerza en Copa a Cádiz, Almería y Atlético de Madrid. A pesar de un inicio de liga titubeante, en la cual no fue titular hasta ya entrada la Copa en juego, ha demostrado que él y Aspas no son enemigos incompatibles en el campo, y que Eduardo Berizzo tendrá quebraderos de cabeza cada semana para poder alinear a todos sus atacantes. Guidetti no es un dios, ni tiene similitudes con el famoso Thor, más allá de compartir nacionalidad en una supuesta mitología. Pero sí comparten la desmesurada fuerza de quien no se deja todo para después, ya sea presionando sin cesar los 90 minutos, con un chutazo desde 30 metros que deja sentenciada una eliminatoria o provocando un penalti cuando apenas hay peligro. Y lo más importante, todavía quedan partidos y rivales que vayan a sufrir la ira del martillo de Thor.