Neymar da Silva ya es historia del Barcelona. El brasileño, entre odio y amor, ha cogido todas sus lujosas maletas para poner rumbo a París, donde intentará buscar la felicidad. Un muchacho de no más de 25 años se marcha de la Ciudad Condal buscando ser feliz, o eso cree decir él. Su excusa: buscar nuevos retos. Para el aficionado culé, al fin, termina el culebrón del verano que durante semanas se ha movido entre dimes y diretes sobre el futuro del delantero.

Lejos del “se queda” que postulaba Piqué o de la influencia que tendrían Messi y Suárez para retener al joven, Neymar ha preferido ser el líder de la nada antes que una pieza clave de un tridente candidato al oro en toda su amplia gama.

El dinero o el liderato

Que sí, que el PSG se está plagando de talento -ya cuentan con Ney, Alves, Pastore, Di María, Cavani o Verratti- pero la liga francesa se parece a aquellos partidos infernales de las cuatro de la tarde en el Camp Nou cuando por las pocas sombras en el estadio apenas se ve el balón. Esos en que uno se plantea: “¿quién me mandaría a mí venir?”. La rivalidad entre equipos, donde apenas destacan Mónaco y el del propio jeque árabe, hace pequeña una competición con poca intriga. Hasta en la Bota de Oro se deja notar, pues puntúan por menos el valor de los goles por el menor coeficiente de la competición. Y, si no, que se lo digan a Cavani, que consiguió los mismos tantos que Messi pero se quedó en séptima posición.

El aficionado culé ya no se cree a Neymar; no confiaba en que se quedase tras semanas de silencio y de juego sucio, entre abogados y el propio padre, que terminó siendo el bueno de la película en la despedida del futbolista. Un ‘tipo’ de 25 años que cobraba más 25 millones de euros anuales en Can Barça ha decidido asumir “nuevos retos”. Y esperan que el culé de toda la vida, el que cada sábado se planta en el Camp Nou, se lo crea.

Neymar, vestido de azulgrana | Foto: Laura Santana - VAVEL
Neymar, vestido de azulgrana | Foto: Laura Santana - VAVEL

Señor Neymar y su ‘Pai’ han querido más dinero, y es respetable, cada uno elige lo que quiere, pero lo indiscutible ha sido que Bartomeu les ha abierto la puerta de par en par para que se fueran. Y aún piensa en denunciarles. La Junta Directiva sigue haciendo aguas se mire por donde se mire. Tras volver loco al brasileño con su sucio fichaje del Santos, a Neymar se le ha hinchado la paciencia y se ha ido. Sin mirar atrás, más que para despedirse de sus compañeros de vestuario o ‘hermanos’, como les hace llamar.

Llamado al éxito

Pero, ¿y si no fuera Neymar de quien se hablase? ¿Si fuese Leo Messi? Ahí sí que se hubiese armado una buena, pero luego se le recrimina al de la canarinha su afán de protagonismo. Quiere ser el líder y sabe que si en un futuro quiere desbancar a Messi del Balón de Oro tiene que hacerlo desde la lejanía, o le eclipsará. Se ha formado a su lado, ha aprendido a ser mejor y a ser humano también sobre el césped, pero ya con la veteranía de estar en la élite quiere jugar en solitario, y tampoco hace mal.

Alejarse de Messi para ser el mejor

Quizás empezando por aquí su marcha hubiese sido hasta bien vista: por el aficionado, que no estaría esperando su regreso para pitarle, como para la imagen del club, que ha quedado retratada en el mundo futbolístico. Unos señores que no consiguieron hacerse con Verratti han terminado empaquetando a Neymar a muy buen saldo, eso sí. Porque 222M no se consiguen todos los días, si no que se lo digan al señor jeque.

Si no hay mal que por bien no venga, la afición tiene que empezar a pensar en memorizar nuevos nombres, porque el de Neymar ya ha desaparecido de la megafonía. Pueden ser Dembélé, Coutinho, Griezmann o el que termine decidiendo Bartomeu, pero los regates y juegos imposibles que hacía el ‘11’ en el Camp Nou se han acabado. En el recuerdo quedará la épica remontada ante su nuevo equipo, el PSG, o el estallido del tridente ante el Atlético de Madrid, tres años atrás.

Empieza la era 'post-Neymar'

Valverde, a quien le espera una temporada complicada, debe empezar a pensar más allá de la MSN, porque la N ya se ha caído. Quizás será un 4-4-2 o, quien sabe, llega alguien valiente a jugar con Messi y Suárez, pero a una semana de empezar la temporada oficial está todo muy verde aún y el Madrid no espera.

Neymar ya no sonreirá por el Barça | Foto: Mireia Carcole - VAVEL
Neymar ya no sonreirá por el Barça | Foto: Mireia Carcole - VAVEL

Las horas en Can Barça pasan rápido y quien no se suba al tren cuando toca, ya lo ha perdido. Si Deulofeu regresó y Arda, Denis, Rafinha y André aspiran a quedarse, hay que dar un paso al frente y demostrar lo que valen, porque la delantera no se andará con tonterías. Quien no cumpla un mínimo se irá al banquillo y, para pruebas, que le pregunten a Cesc, Pedro o hasta Bojan.

El Barça necesita volver a ser el de antes, el ‘todoterreno’ por el que suspira la gente al pasar tras la mala temporada cosechada. “Salid y disfrutad”, que decía Cruyff. Veremos si se sale, porque lo de disfrutar ya va al gusto del espectador.