El empate sin goles contra el Sporting no le valía al Granada. Tres puntos de 27 posibles con el Camp Nou como próxima cita no hace más que llenar de pesimismo a un equipo que se muestra incapaz de sumar de a tres. Sin ir más lejos es el único equipo de Primera que todavía no ha logrado ningún triunfo. El partido contra los de Abelardo dejó con mal sabor de boca al granadinismo, pero trajo una buena noticia. Los nazaríes consiguieron no encajar por primera vez en lo que va de Liga.
23 goles recibidos en ocho partidos. Ese es el bagaje con el que los andaluces llegaron al encuentro de este sábado. Una media de casi tres goles en contra por cada partido. Seis de ellos encajados en casa y 17 fuera. Los de Alcaraz venían de perder en el Calderón por 7-1. En la segunda jornada de Liga, contra Las Palmas, el Granada recibió su otra gran goleada. Un 5-1 que supuso el primer gran terremoto de la era Jémez. En aquel choque la defensa y Ochoa mostraron una fragilidad que todavía no han superado.
Desde entonces el foco de la crítica se ha centrado fundamentalmente en esas líneas. Defensa y portería. Cierto es que las lesiones no han permitido asentar una zaga titular. En la meta, el problema es distinto. La sensación es que lo que hay en el banquillo no mejora a un Ochoa que ha mostrado un nivel bastante pobre en estos dos meses. El tiempo dirá si esta puerta a cero es anecdótica o no.
Estas líneas seguramente serán reforzadas en invierno, pero hasta que se abra el mercado se disputarán siete partidos. Por ello es clave que la actual plantilla coja confianza en sus hombres de atrás. Este encuentro o la primera media hora contra el Atleti pueden ser la referencia. La MSN es el próximo reto. Ahí es nada.