El Granada CF cierra una primera vuelta desastrosa con una nueva catástrofe en la ciudad condal. El Espanyol fue mucho más equipo que los de Lucas Alcaraz y los nazaríes cayeron por un claro 3-1. Los únicos aspectos positivos del encuentro fueron el notable debut de Aly Mallé y las buenas prestaciones con balón de Samper y el goleador Pereira. El resto del equipo estuvo muy por debajo de lo que se espera en un conjunto que se juega la vida jornada tras jornada en una liga tan competitiva como la española.

Una genialidad de Pereira dio esperanzas

El partido arrancó con un conjunto perico desatado en busca del gol tempranero en un ambiente un tanto frío, solo se dieron cita 15.000 espectadores en Cornellà. Pero rápidamente se llevaron la primera alegría del día cuando José Antonio Reyes, libre de marca, sacó un latigazo desde el borde del área que se coló por la mismísima escuadra. El choque no pudo empezar peor para los rojiblancos. A raíz del gol, el Granada se estiró algo en ataque gracias a las ganas del chaval Mallé de impresionar a todos en su debut. Justo en el minuto donde Cornellà - El Prat ovacionaba a Jarque, Pereira se inventó una 'delicatessen' para empatar el encuentro. Una falta desde la frontal del área lanzada por debajo de la barrera a la que Diego López solo pudo observar como se coló el balón. Éxtasis rojiblanco en el banquillo.

La alegría le duró bien poco a un equipo lastimado por la baja confianza que se respira en el vestuario. Tras un excelente corte de Diego Reyes y una dudosa posición de José Antonio Reyes al recibir el balón, el esférico le cayó a Piatti en la frontal. El argentino realizó un pase a la red y el Espanyol se adelantó de nuevo en el marcador. 2-1 y el Granada necesitaba cosas nuevas.

Doble cambio sin reacciones

Alcaraz buscó soluciones en el juego del equipo e hizo saltar al campo a Ponce y Gabriel Silva en el lugar de Boga y Tabanou. El Espanyol siguió a lo suyo en el arranque del segundo tiempo y el Granada parecía que seguía en el vestuario. Con esta tónica de ambos equipos, cayó el tercer tanto perico. El debutante Marc Navarro se inventó un zurdazo imparable que mandó al fondo de la red. Eso sí, quizás una ayuda de Ponce en tareas defensivas hubiera dificultado la acción al defensor blanquiazul, pero el argentino, que llevaba apenas tres minutos en el campo, se negó a 'echar un cable' en defensa y la consecuencia fue la sentencia por parte de los de Quique Sánchez Flores.

Con el 3-1 en el electrónico, el encuentro entró en una espiral donde el Espanyol no quería buscar más goles y para el Granada era imposible generar peligro a la portería defendida por Diego López. Los minutos pasaron y solo el equipo granadino pudo acercarse en el tramo final con aisladas acciones a balón parado. La anécdota del encuentro fue la pitada que se llevó el blanquiazul Salva Sevilla cuando saltó al terreno de juego por su falta de compromiso, según aficionados pericos, con el club.

El Estadio de la Cerámica espera

Tras una nueva derrota en liga, el Granada visitará el Estadio de la Cerámica, antiguo Madrigal, en un partido en el que se antoja muy complicado sacar algo positivo para los de Alcaraz. La próxima llegada de Adrián Ramos es una de las esperanzas de los rojiblancos horizontales de cara al primer partido de una segunda vuelta que debe ser histórica, en cuanto a números, para lograr la salvación.