Lo importante no es cómo se empieza, sino cómo se acaba. Y si se acaba de la misma forma con la que se empieza las sensaciones suelen ser mejores. Así ultimaba el Málaga (o también podríamos decir Pablo Fornals) su encuentro en Mestalla. Un gol a los tres minutos de partido y otro tanto en el 93 darían un punto in extremis a los visitantes.

Pero claro, para sumar un punto de esta forma, varias cosas tuvieron que transcurrir durante esos 90 minutos de diferencia entre un gol y otro.

Nada más empezar el partido, a Fornals se le ocurrió sacarse una genialidad de la nada. Enganchó un balón que venía del cielo con su pierna menos buena, desde el borde del área, y con una gentileza propia del talentoso canterano malaguista conseguía anotar el primer gol del partido, haciendo inútil cualquier intento de estirada por parte de Diego Alves, que solo pudo observar en primera plana el tremendo golazo que acababa de anotar su rival.

Raro era que el Málaga empezara golpeando, tras las incontables remontadas que ha tenido que realizar a lo largo de la temporada. Tanto es así que apenas unos minutos más tarde, Rodrigo acabaría rematando de cabeza una falta botada por Parejo, dejándola al alcance de un Boyko debutante en liga que nada pudo hacer.

La primera parte se resumió en un intenso toma y daca, continuas idas y venidas por parte de los dos equipos, moviendo una bola que podía acabar en cualquiera de las dos porterías. Finalmente, este choque de intensidades acabaría desembocando en una remontada adversa al Málaga. Medrán, libre de marca, se encargaría de empujar un balón raso colocado nuevamente por Parejo, que supo enviar el balón por entre la descosida defensa malaguista, provocando el 2-1 antes de llegar al descanso.

Se llegaba así al descanso de un encuentro abierto. No había nada decidido por entonces. Cualquiera de los dos podía ir por delante, y en esta ocasión era el Valencia el que contaba con esta ventaja. Empezó una segunda parte que nada tuvo que ver con los cuarenta y cinco minutos anteriores. Esta vez, el partido se había volcado hacia los intereses del Málaga, y eran los visitantes los que una y otra vez asediaban a la portería valencianista. Con un Camacho imperial recuperando balones y moviendo el juego, el equipo blanquiazul se acercaba al empate. Pero no llegaba.

Juande dio entrada a En-Nesyri y a Jony para aportar más velocidad al juego ofensivo, al igual que incorporaba a Duda para intentar colgar con su zurda algún que otro balón peligroso dirigido al área rival.

Hubo córners y faltas de todos los colores, pero el balón no llegaba a colarse en la portería de Alves. Miguel Torres se encargaba de prolongar una y otra vez los balones colgados por Duda desde el córner, obteniendo el mismo resultado.

Así las cosas, se llegaba al tiempo de añadido. En la última jugada del encuentro, llegados ya al minuto 93 de encuentro, Camacho lograba colgar un balón al área poniendo la vista en En-Nesyri. El marroquí controló el esférico para que Fornals, en carrera y tras haber vencido la marca de la defensa valencianista, se encargara de cerrar un encuentro que él mismo había abierto. Remató con ganas y de forma ajustada para lograr conseguir in extremis un punto para las arcas del Málaga.

Con este resultado, el Málaga sigue con la mirada puesta en la zona europea, y alejándose cada vez más de los puestos de descenso. Con este suma ya cuatro encuentros seguidos en liga sin perder.

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Sobre el autor
Sergio Ruiz de Gopegui Díaz
Periodismo en la US. Almas libertas de libretas libres