Sonaba el silbato en El Sadar y daba comienzo un partido en el que el físico iba a ser un factor fundamental en el desarrollo del juego. Ambos equipos hacían uso del juego directo con balones largos de los centrocampistas a tierra de nadie con el único fin de que los delanteros ganasen alguna partida a los defensores. Mientras ambas escuadras se estudiaban, estando más pendientes de no cometer errores defensivos que otra cosa, se sucedían los parones del juego debido a las continuas faltas de los dos conjuntos.

Los rojillos se jugaban más que los blanquiazules, debido a su complicada situación en la tabla​, y por ello salieron en busca del ataque. Pero lo que llegaría sería un buen susto para la entidad local, ya que a los veinte minutos de juego el guardameta Mario Fernández cometía penalti sobre un jugador visitante. El Reino de Navarra sostenía su corazón en un puño durante esos segundos interminables hasta que se lanzase la pena máxima, y el propio Mario Fernández sería el encargado de detener el lanzamiento de Santos, dejando el marcador igual que comenzó.

El Málaga seguía creando peligro, aunque no muy notablemente, y en los minutos finales de la primera mitad Embotelló a los de Vasiljevic en su propia área, pero la solidez defensiva que tanto caracteriza a Oasuna cuando el marcador está cero a cero surgió efecto una vez más y nos iríamos al descanso con un empate a nada y habiendo visto unos primeros 45 minutos muy entretenidos.

Tras el paso por túneles de vestuarios ambos entrenadores realizaron un cambio en sus respectivos onces. La segunda mitad comenzó con un Osasuna más entonado que el la primera, buscando los costados para crear peligro al no poder crear mucho por el carril central debido a la acumulación de hombres blanquiazules en esa zona del campo. A medida que pasaban los minutos los navarros eran cada vez más ofensivos y buscaban la portería de Kameni con más ímpetu, esto aumentaba las oportunidades de que se sacase algo positivo y la afición osasunista se volvía loca.

Pasado el ecuador de la segunda parte al igual que pasó en el partido ante el Granada el encuentro se rompía en algunos tramos, pero con Osasuna como protagonista en la faceta ofensiva, de nuevo utilizando los extremos d terreno de juego para acercarse a la meta visitante. Esto se vería reflejado a falta de un cuarto de hora para la conclusión, cuando un pase por encima de la defensa dirigido a Sergio León serviría para que este asistiese a Goran Causic, que llegando desde atrás estrenaba el electrónico.

Pero tan solo dos minutos después los visitantes por medio de Camacho empataban el resultado. Un saque de banda al corazón del área, sumado auna nefasta salida del portero de Osasuna propiciaron al tanto malagueño que ponía el 1-1. Los últimos minutos de los de Vasiljevic se convirtieron en un quiero y no puedo debido al cansancio y al bajón anímico tras el gol encajado por Camacho y por más que lo intentaron el partido acabaría cn empate a uno y con mucha polémica debido a un supuesto penalti sobre Roger​.