Cuando alguien que creías débil en un principio resulta ser mucho más fuerte de lo esperado y consigue alcanzar hitos inimaginables para los demás, lo único que se puede hacer es callar y esperar. Esto les ha sucedido a los detractores de Zinedine Zidane. Jamás esperaban que un entrenador que venía de no ganar a La Roda en Segunda B una semana antes de fichar por el primer equipo del Real Madrid, iba a conseguir alcanzar la gloria tantas veces. Y en ese camino a la cima, Zidane salió varios metros por detrás de sus adversarios. Cogió la mochila en enero llena de piedras y se fue deshaciendo de ellas con una facilidad pasmosa. En siete meses consiguió coronar el pico más alto, la Champions. Y ahora, desde esa cima, tiene por debajo a muchos esperando cualquier tropiezo para intentar tirarlo. Hasta hace menos de tres meses no podía salir nadie a intentar hundir al técnico francés. Los elogios copaban las portadas y el conjunto blanco vivía -y aún sigue- una de las épocas doradas de su historia. Pasado el verano llegaron las Supercopas y el equipo bailó a los dos rivales que se encontró por el camino. Dos títulos más para las vitrinas. La 'feliZidane' era el movimiento que dominaba el madridismo y el mundo del fútbol.

Pero ha bastado un mal inicio de temporada, tres meses regulares, para que muchos se abalancen sobre el francés para reprocharle cosas. El fútbol y su poca memoria... Alguien que acaba de recibir el premio al mejor entrenador del mundo otorgado por la UEFA siendo cuestionado. Esto solo puede pasar en el Real Madrid.

Mismo equipo, mismo entrenador

El equipo está mal, es cierto, pero, por ahora, al entrenador no le permiten vestirse de corto y acceder al terreno de juego. Ojalá fuera así y el aficionado blanco pudiera volver a disfrutar de la magia que desprendía Zidane en el campo. Incluso más que en los banquillos. Pero no, eso quedará para los partidos de las leyendas. Así que tendrán que seguir siendo los jugadores los que marquen. Y ese precisamente está siendo el principal problema del Real Madrid, la poca capacidad goleadora de sus máximos artilleros. Zidane está poniendo exactamente a los mismos que ponía el año pasado. Cristiano, Benzema e Isco son los mismos que jugaron la final de Cardiff y le marcaron cuatro goles a la Juventus de Buffon. Nada puede influir el entrenador en que el portugués haya conseguido un solo gol a estas alturas en liga y Benzema lo mismo.

Zidane en la banda antes del comienzo de un partido/Foto:Vavel(Dani Mullor)
Zidane en la banda antes del comienzo de un partido/Foto:Vavel(Dani Mullor)

Lo que funciona no se toca

"Las rotaciones han llevado al Madrid al doblete y a Zidane a ser el mejor entrenador del mundo"

Otra de las críticas es que no está gestionando correctamente la plantilla. Las rotaciones han llevado al Madrid al doblete y a Zidane a ser el mejor entrenador del mundo. Cuando algo funciona bien, mejor no tocar nada, o eso dicen. Y precisamente esa estrategia es la que ha seguido el técnico blanco. Zidane descubrió al mundo el año anterior una manera novedosa de gestionar una plantilla. A partir de ahí, una inmensa cantidad de equipos han cambiado su manera de ver el fútbol y ahora realizan rotaciones cada pocos partidos.

No hace muchos años, todo el mundo podía recitar el once inicial de todos los equipos de memoria como si de niños cantando la tabla de multiplicar en el colegio se tratasen. Ya no. Zidane ha traído ese cambio. Es cierto que la plantilla madridista invitaba a ello, pero hay que tener el valor suficiente como para, jugándote una liga, poner en el once titular a diez jugadores que, en teoría, son suplentes. La liga pasada fue más que nunca una liga de todos. La mayor parte de los últimos encuentros correspondientes a la competición doméstica los disputaron los Morata, James, Asensio, Lucas Vázquez, Nacho, Kovacic, etc. Casi siempre con buenos resultados y en ocasiones con auténticas exhibiciones como la del partido en Riazor ante el Deportivo de la Coruña en una primera parte para recordar. Y no está el mérito tan solo en alinearlos, como muchos dicen. La clave fue que el entrenador consiguió hacer un grupo compacto y mantenerlos a todos enchufados en todo momento, listos para salir al campo a comerse a cualquier rival.

Por tanto, si el año pasado se consiguió, nada puede hacer pensar que esta temporada la cosa será distinta. Las rotaciones son buenas y, si en estos momentos duros Zidane dejara de hacerlas, podría tener más consecuencias negativas que positivas. Lo primero, demostraría a los jugadores más secundarios que su confianza en ellos tan solo se basaba en los buenos resultados del año anterior. Y segundo, mostraría al mundo una flaqueza que, como no podría ser de otra manera, muchos también aprovecharían para criticar.

Juventud, divino tesoro

"Las bajas se han suplido con juventud acompañada de calidad. El futuro blanco, con jugadores así, está garantizado"

Ese tema polémico de las rotaciones tiene lazos de unión directo con otro de los reproches: una plantilla empeorada. Las marchas de James, Morata, Pepe y Danilo han sido duras. Nada que objetar. Pero los refuerzos han llegado y no son, ni mucho menos, de calidad inferior.  James ha sido sustituido por Dani Ceballos. El andaluz es una de las apuestas de futuro que refuerzan esa nueva política de fichajes del club madridista. Es uno de los futbolistas españoles jóvenes con más calidad y que aspira a llegar más alto.

Pepe, a pesar de que el Madrid quiso renovarle, también decidió marcharse. En su lugar llegó, al igual que Ceballos, otro jugador joven, Jesús Vallejo. El exzaragocista es el capitán de la selección española sub-21 y cada vez que ha jugado demuestra ser una de las perlas defensivas de este país. Está llamado a ser el sucesor de Sergio Ramos como baluarte defensivo del Real Madrid.

Danilo, por su parte, también ha sido reemplazado por otro jugador de calidad similar. Achraf ha conseguido ganarse la confianza de Zidane y este se la ha devuelto dándole minutos en partidos de alto nivel europeos como aquel ante el Tottenham en Wembley. Otra muestra de la importancia que Zidane le da a la cantera y la juventud.

Por último, el caso más polémico pero poco reprochable a Zidane. El técnico francés quería mantener a Morata. Un jugador que aporta más de veinte goles en una temporada jugando menos que el delantero titular es una joya. Y Zinedine lo sabía. Pero fue el atacante madrileño el que decidió irse a buscar más minutos fuera de España. No se puede echar las culpas al entrenador nacido en Marsella, pues él era el primer interesado en seguir con Morata bajo su mando.

Las bajas se han suplido con juventud acompañada de calidad. El futuro blanco, con jugadores así, está garantizado.

Por si fuera poco, las lesiones no han respetado demasiado tampoco. Kovacic -que fue el mejor en la Supercopa de España en el Camp Nou-, Bale, Carvajal, Keylor, Cristiano, sancionado con cinco partidos, Marcelo y varios jugadores más, han pasado por lesiones. Todos de suma importancia para el equipo. Esto ha complicado aún más las rotaciones, pues ha dejado con poco margen de maniobra al técnico galo.

Un “novato” curtido en mil batallas

Zidane entra al campo antes del comienzo del partido/Foto:Vavel(Mateo Villalba)
Zidane entra al campo antes del comienzo del partido/Foto:Vavel(Mateo Villalba)

Pero, si alguien piensa que Zidane no sabrá salir de esta por ser la primera situación complicada que se encuentra desde que es entrenador, tiene muy poca memoria. Nadie se acuerda ya de la forma en la que el francés cogió los mandos de la nave blanca.  

Un vestuario roto, un Bernabéu que llegó incluso a pedir la dimisión del presidente y una crispación absoluta. Pues, en siete meses convirtió todo eso en una máquina de jugar a fútbol y marcar goles hasta llegar a ser campeones de Europa. Para no ser un buen entrenador, hizo algo espectacular. Zidane volverá a demostrar de lo que es capaz, porque ya lo ha hecho. Además, conoce la mejor manera de conducir un vestuario para salir de un bache, porque él ya estuvo en situaciones parecidas. Es un supuesto novato, pero está curtido en mil batallas de este tipo.  Es un entrenador magnífico, la plantilla está con él y la calidad de los jugadores es innegable. Los ingredientes están y el cocinero apropiado también. El resultado solo puede ser uno: volver a ganar.