Casi 10 años, una década, dos eurocopas y un mundial después, Miguel Perez Cuesta, 'Michu', volvió a perforar la red del fondo norte del estadio Carlos Tartiere. Muchos no se acordarán, algunos porque habían abandonado al equipo a su suerte y otros, desgraciadamente porque ya no están. Aquellos que conservamos bien en nuestra memoria el chicharro que Michu le endosó al Zamora, esbozamos una sonrisa al recordar a un joven con melena que dejó sentada a toda la defensa zamorana para subir las tablas al electrónico.

“Una vida” después, Michu ha vuelto a hacerlo. La muñeca del ariete azul volvió a enloquecerse tras sumar su primera diana en liga, la tercera de la temporada. Golpeó la cabeza, remató el alma.

Michu hace su tradicional celebración tras marcar al Levante | Foto: Real Oviedo
Michu hace su tradicional celebración tras marcar al Levante | Foto: Real Oviedo

Ya ha llovido, e incluso nevado, desde aquel 4 de febrero de 2007. Michu ya no es aquel joven con la responsabilidad de llevar el equipo a su espalda a pesar de su temprana edad, ha cambiado. Madurar no solo significa crecer, como persona y futbolista, también hace referencia a saber disfrutar de los buenos momentos e intentar grabar un gran recuerdo de ellos en nuestro cerebro, así cuando lleguen días oscuros, las ansias por recuperar esas sensaciones alimentarán aún más las ganas de volver. Madurar, significa saber cuándo parar, ser consciente de dónde están tus límites y crecer acorde a ellos día a día.

Quizás, esa es una de las cualidades que más nos ha sorprendido de Michu a lo largo de los años, su capacidad autocrítica. No resulta sencillo para un jugador campeón de la copa inglesa, que le ha marcado goles al Real Madrid, Manchester United o Chelsea, verse jugando en un campo sintético ante 500 personas. Pero fue sin duda el mayor de sus aciertos, saber el lugar donde debía de estar. Seguir en Gales hubiera agravado, la ya de por sí difícil la situación. Lejos de su familia y amigos y, por supuesto, lejos de todo el amor que Oviedo ha transmitido a su paisano, la recuperación no hubiera sido tan fructífera.

Michu celebra el gol con la afición oviedista | Foto: Real Oviedo
Michu celebra el gol con la afición oviedista | Foto: Real Oviedo

Volver a tercera división no fue un acto de desesperación, al final lo más importante es sentirse valorado, en Stamford Bridge o en el Ganzábal, porque si uno no se siente valorado no progresa. El aprecio que todos sus compañeros le tienen ha sido constatado en múltiples ocasiones, poder compartir vestuario con un jugador que ha sido internacional con La Roja no es algo que en segunda división suelas tener oportunidad de hacer. Si Pereira hace unos meses calificó su llegada como “un lujo”, Fernández recientemente declaró que es un “histórico del Real Oviedo”. Al fin y al cabo, más que el dinero, importa la estima que te tengan tus compañeros, tu afición, tu ciudad.