Llegó el día 16 de junio con la intención de poder ayudar al equipo. Con su llegada se fichaba a un lateral derecho que la pasada temporada había cuajado con éxito un gran año en el Reus Deportiu.

Durante la pretemporada, Natxo González no dudó en darle la titularidad y el tarraconense no le defraudó, pese a las serias dudas que originaba el equipo maño en los partidos amistosos.

Tras unos duros meses de pretemporada, Benito se ganó la titularidad en el primer partido de la temporada, en Tenerife. El defensa ocupó la posición de lateral izquierdo y realizó un partido bastante serio. Tras el primer partido de la temporada, el técnico del conjunto maño dio continuidad al lateral tarraconense en el equipo. Alberto Benito siguió mostrando el porqué de su fichaje, pero todavía tenía un margen de mejora. Tras 3 partidos de liga llegó la Copa del Rey en la que el Real Zaragoza se enfrentó al Granada. En este partido, a Benito le llegó el premio del gol, único gol hasta el momento con el equipo de la ciudad del Ebro. 

El gol supuso un efecto motivador en el jugador, pero en el partido que enfrentaba al Real Zaragoza contra el Nàstic de Tarragona sufrió una rotura de fibras en el gemelo de la pierna izquierda, que lo ha tenido apartado de los terrenos de juego un mes. Benito reapareció en el once del partido contra la SD Huesca, partido en el que se volvió a lesionar, pero está vez de un esguince de tobillo que lo tuvo apartado durante 15 días. Tras estas dos lesiones volvió a jugar en el partido del Carlos Belmonte contra el Albacete, en la posición de lateral izquierdo. Tras este partido, sorprendentemente, volvió a repetir titularidad en Valladolid. En dicho partido el lateral tuvo una de las peores actuaciones que se le recuerdan en estos primeros meses de competición. Y es que Benito cometió errores a los que no acostumbraba. Le cogieron bastante fácil la espalda y poca contundencia defensiva, lo que significó varias ocasiones de gol para el rival.