Si 2015 resultó ser un año negro en la historia de la Unión Deportiva Almería, 2016 no distó en demasía de su predecesor. La mala marcha de un conjunto llamado a ascender a Primera División y que pronto se vio luchando en el fango fue auspiciada por las malas decisiones que se tomaban desde las altas esferas de la entidad. Hasta tres técnicos pasaron por el banquillo indálico antes de finalizar la añada, y fue con un equipo prácticamente desahuciado, sin ideas ni alma y sin siquiera amor propio cuando se produjo un giro en los acontecimientos que dio con un inoperante Joan Carrillo en el paro y con la posterior contratación de Néstor Gorosito, una vieja aspiración de Alfonso García, que ya intentó echarle el lazo al argentino cuando Francisco estuvo al borde de la destitución en la campaña 2013/2014.

Finalmente, el “Pipo” aterrizó en Almería tres cursos después avalado por una única experiencia en el fútbol español; cuando se hizo cargo de un Xerez en idéntica situación al equipo del que ahora se hacía cargo y al que a punto estuvo de salvar de un descenso de categoría que se acabó consumando y tras el cual regresó a su país natal para entrenar a Argentinos Juniors en dos etapas diferentes y al Club Atlético Tigre.

Gorosito, el día de su debut como técnico de la UD Almería. (FOTO: @Almeriajuega - VAVEL)

Tras tomar tierra en el cuadro almeriense, Gorosito, osado de él, no dudó en afirmar que el objetivo continuaba siendo el ascenso a Primera División y que quería permanecer muchos años en su nuevo club, aunque pronto la realidad haría que esas palabras cayeran en saco roto. No obstante, el bonaerense debutó con victoria ante el Llagostera y pudo brindar a la parroquia rojiblanca un triunfo tras quince fechas sin conocerlo, y, aunque el juego de los rojiblancos no invitaba al optimismo, las sensaciones comenzaban a ser bien distintas.

Pero la irregularidad seguía siendo la tónica de un equipo que pronto vio frenada su ligera progresión con dos nuevas derrotas frente al Córdoba y al Leganés, siendo la cosechada ante el equipo pepinero un buena piedra de toque para lo que vendría después. Y es que la misma noche en la que los indálicos mordieron el polvo en Butarque se anunciaron los fichajes de Esteban Saveljich y de Juan Ramírez, ambos argentinos y conocidos por Gorosito que resultaron ser realmente productivos para los intereses rojiblancos, sobre todo en el caso del central, que cayó de pie en el Mediterráneo y con solo un par de entrenamientos bajo las directrices de su nuevo técnico pasaría a debutar ante el Real Zaragoza. También llegaron Kalu Uche y Ernesto Goñi.

Saveljich resultó ser el mejor fichaje del mercado de invierno de los rojiblancos. (FOTO: @Almeriajuega - VAVEL)

El Almería se estaba haciendo fuerte desde la defensa. El sistema de cuatro hombres atrás que tan poco rédito había dado hasta entonces pasó a estar conformado por cinco zagueros, con la reconversión de Ximo Navarro incluida, que benefició a Michel Macedo y a Dubarbier, que podían dar rienda suelta a su marcada proyección ofensiva con la tranquilidad de saber que la retaguardia quedaba bien cubierta por los tres hombres de atrás y las ayudas recibidas desde la medular.

Una derrota frente al Lugo en el Mediterráneo fue la antesala de una racha de diez encuentros sin perder, la más productiva del curso, en la que el cuadro andaluz cosechó cuatro victorias y seis empates, logrando, además, estrenarse lejos de su estadio venciendo a la Ponferradina en El Toralín por un contundente 1-3 que, a la postre, sirvió para que los de Gorosito abandonaran el descenso tras más de tres cuartos de temporada en él.

Seguidamente, nueva victoria in extremis frente al Bilbao Athletic en el Mediterráneo que hacía despegar, parecía que de manera definitiva, al equipo almeriense. Pero nada más lejos de la realidad, comenzaron a aflorar en el entorno de la entidad voces críticas con un Gorosito que había sido tildado de conservador y de poco ambicioso. A todo ello se sumaron tres derrotas consecutivas frente al Numancia, el Nàstic y el Huesca que desembocaron en el cese del de Buenos Aires, que no pudo ver culminada su obra y que siempre achacó la marcha negativa del equipo al lastre tan pesado de una nefasta primera vuelta del campeonato liguero.

Con la marcha del “Pipo”, Alfonso García, en un intento a la desesperada por salvar la LFP, le dio el banquillo a Fernando Soriano, que en cuatro días colgó las botas y se puso al frente de los que hasta hace poco fueron sus compañeros de equipo.

Alfonso García apuesta por Fernando Soriano

Faltaban cuatro encuentros para el término de la temporada y con la derrota cosechada en Huesca por dos tantos a uno, el presidente del Almería prescindía del tercer entrenador de la temporada, Néstor Gorosito, y decidía dar el mando, en un alarde de desesperación y como último recurso, a una persona que conociera la plantilla en profundidad. Tras varios días de reuniones, ese hombre finalmente aceptaba. No era otro que el hasta entonces jugador Fernando Soriano.

Soriano se hizo cargo del primer equipo a falta de cuatro jornadas para el final de la temporada. (FOTO: @Almeriajuega - VAVEL)

Soriano no estaba teniendo muchos minutos en el equipo pero ello no quería decir que no fuera un hombre importante dentro del vestuario almeriense, sino todo lo contrario.

En la rueda de prensa del día de su presentación dejó claro lo que quería demostrar en esos últimos cuatro partidos para acabar la temporada: "Os aseguro que ilusión, ganas y compromiso no van a faltar".

No había mucho tiempo para hacer grandes revoluciones en la plantilla. Soriano apenas tenía cinco días para dar con la tecla y conseguir una victoria que diera esperanzas para remontar el vuelo. Su equipo recibía al Oviedo, un conjunto que llegaba en una buena dinámica. El entrenador maño declaraba en la rueda de prensa previa que prefería morir siendo valiente que metido atrás. Y no dio mal resultado. El Almería venció por 3-1. El equipo comenzó perdiendo, pero acabó remontando el partido con tantos de sus tres delanteros: Quique, Kalu Uche y Chuli. La victoria dio alas al equipo después de llevar una racha de tres encuentros consecutivos cayendo derrotado. Soriano, en declaraciones posteriores al partido, se mostraba entusiasmado con la posibilidad que tenía de lograr la salvación y decía lo siguiente: "Pelearemos hasta la muerte para conseguir la salvación".

Kalu Uche celebra el gol de la remontada frente al Oviedo. (FOTO: @Almeriajuega - VAVEL)

Se venía una nueva final. Esta vez ante otro equipo que también buscaba la salvación: el Llagostera. En la semana previa, Fernando Soriano declaraba que: "Tenemos otra final y eso se siente, se palpa". Y así fue, se sintió y mucho. El Llagostera fue superior a un Almería que no mejoró la dinámica que llevaba arrastrando fuera de casa -solo una victoria lejos de su estadio ante la Ponferradina, lograda un mes antes-. El partido terminó como empezó, empate a cero. Ambos conjuntos dejaron de ganar dos puntos importantísimos para sus intereses por permanecer la temporada siguiente en la categoría de plata. Las dudas volvieron a la entidad rojiblanca.

Llegaba el último partido en casa. La penúltima oportunidad para lograr el objetivo de permanecer. Al Almería solo le valía la victoria. Su rival, el Mirandés, llegaba con los deberes hechos, pero aun así, no se lo iba a poner fácil. El partido arrancaba bien, con el gol de Kalu Uche en el minuto ocho de partido. Pero al poco de comenzar el segundo tiempo, el Mirandés, por medio de Álex García, igualaba el partido. La situación se ponía fea en el Estadio de los Juegos Mediterráneos. En el minuto 77, el público que disfrutó del partido, estalló en júbilo cuando el central Morcillo situaba de nuevo al Almería por delante en el marcador. Y así se llegó al término del partido. El Almería respiraba. Soriano se mostraba orgulloso de sus compañeros y el conjunto rojiblanco daba un salto importante en sus aspiraciones por mantenerse una temporada más en el fútbol profesional, gracias también a los resultados que se habían dado entre los rivales directos.

El gol de Jorge Morcillo ante el Mirandés permitió respirar al Almería. (FOTO:  @Almeriajuega - VAVEL)

Permanencia in extremis

Y, al fin, último partido de la temporada. El Córdoba era el último escollo. Nada menos que en El Arcángel. Los locales, se jugaban un puesto para los playoffs de ascenso; los visitantes, sumando un punto, obtenían la permanencia de forma matemática. El Almería no iba a estar solo en la ciudad califa. Las 644 entradas de las que disponía el club para sus aficionados se agotaron. Para Soriano era como una final de Champions como así declaraba en la rueda de prensa previa al encuentro. Los jugadores sintieron el apoyo de su afición, y así lo hicieron ver en el terreno de juego. El Almería comenzó mejor el partido. En el minuto 36, el conjunto de Fernando Soriano se iba a adelantar en el marcador por medio del máximo goleador del equipo en la temporada pasada, Quique González. La felicidad por el tanto logrado por el delantero vallisoletano no sería del todo completa. A falta de un minuto para el término de la primera parte, el Almería se iba a quedar con 10 jugadores por la expulsión del mediocentro Lolo Reyes. Un trago que no fue del todo amargo ya que el Almería iba por delante en el marcador. Pero la segunda parte iba a ser un asedio de un Córdoba que intentaba de todas las maneras posibles al menos un gol que le diera la posibilidad de luchar por una plaza para ascender a Primera División. Y ese tanto llegó en el ecuador de la segunda mitad, gol logrado por el canterano madridista Raúl de Tomás. Acto seguido, como si de un pacto entre amigos se tratara, el choque se tornó diametralmente distinto. Nadie atacaba. Nadie arriesgaba. El resultado les valía a ambos y, finalmente, el partido acabó en empate, consiguiendo uno y otro sus respectivos objetivos. El Almería pudo salvar así una temporada, que a pesar de la alegría por el éxtasis final, sería calificada como de desastrosa.

Pretemporada 2016/2017: corregir errores pasados desde la calma

El ser humano suele tropezar más de una vez con la misma piedra, no son casualidades, son errores constantes propios de la misma fisiología humana, está en el ADN. Sin embargo, en la mayoría de las ocasiones los propios seres humanos se esfuerzan en enmendar esos errores para conseguir sus objetivos, para alcanzar esos éxitos tan ansiados. En el caso del Almería, al parecer, es un tanto diferente.

Después de vivir una temporada completamente aciaga con hasta cinco entrenadores al frente de la nave rojiblanca y consiguiendo la salvación en la última jornada ante el Córdoba, se presentaba la grandiosa oportunidad de enmendar los errores, mencionados anteriormente, para plantear una temporada ilusionante, sin la pesada losa del favoritismo para ascender, sino simplemente con la entrega y la dedicación necesarias para no pasar apuros en una categoría que cada año que transcurre se torna más complicada, debido a la igualdad imperante.

Una de las primeras decisiones que tomó el club fue la de construir un proyecto deportivo en torno a la figura del máximo estandarte rojiblanco la pasada temporada, el capitán Fernando Soriano, que totalmente emocionado por la experiencia vivida, decidió aceptar el reto y ponerse manos a la obra para hacer del Almería un equipo competitivo. El reto era mayúsculo también para la comisión deportiva, formada por Andrés Fernández y Ángel Luis Catalina, puesto que había quedado más que claro entre la parroquia rojiblanca que la planificación que se llevó a cabo con respecto a los fichajes la pasada temporada fue totalmente nefasta. Los Montoro, Eldin Hadzic, Cristian Herrera pusieron en alerta a una entidad almeriense que no podía explicarse cómo se habían cometido tantos errores en materia deportiva.

Fernando Soriano fue renovado por una temporada tras conseguir la permanencia en Córdoba. (FOTO:  @Almeriajuega - VAVEL)

Para marcar las claras diferencias existentes con la temporada pasada, el club empezó a vender la necesidad acuciante de mantener la presencia de la entidad almeriense en la LFP, quitando toda la presión posible al míster rojiblanco con respecto al eterno objetivo almeriense del ascenso. Pese a ello, desde la comisión deportiva, comandada por el tándem mencionado también en estas líneas, se afanaron en la consecución de jugadores contrastados de la categoría para no pasar apuros y, ¿quién sabe?, soñar con algún objetivo más ambicioso.

El primero en aterrizar en el proyecto rojiblanco fue Miguel Ángel Corona, que después de una temporada satisfactoria en el fútbol australiano, decidió volver para ayudar a su buen amigo Fernando Soriano en la culminación de sus éxitos. El fichaje fue, en líneas generales, bien recibido por los seguidores del Almería, que lo avalaron al tratarse de una de las instituciones del club. Pese a ello, Corona no está gozando de todos los minutos que esperaba por la fuerte competitividad existente en el centro del campo. Y de centrocampista a centrocampista y tiro porque me toca, Pape Maly Diamanka, uno de los fichajes más arduos de la presente temporada. La postura del Zaragoza fue totalmente enconada, pero finalmente el exjugador de Leganés y Rayo Vallecano salió dirección Almería, convirtiéndose en uno de los fichajes más prometedores. En la actualidad, Diamanka aún no ha demostrado su valía.

Diamanka, uno de los fichajes de la UD Almería para el curso 2016/2017. (FOTO: Diego Carmona - VAVEL)

Por otro lado y para reforzar la defensa, llegaron cuatro futbolistas, Trujillo, del Levante, Nano González, del Panathinaikos, Álex Quintanilla, del Barakaldo e Isidoro, del Elche, que necesariamente tenían que cubrir las bajas de Carlos Cuéllar, Michel Macedo y Esteban Saveljich. La llegada de Ángel Trujillo suponía el regreso de uno de ‘Los Cinco’, terna de capitanes que ha vivido la época más gloriosa del Almería conformada por Fernando Soriano, Miguel Ángel Corona, Verza, Sebastián Dubarbier y el ya mencionado Ángel Trujillo. Después de media temporada el central madrileño ha sido uno de los futbolistas más usados por el míster Soriano, pero no con mucho éxito precisamente. Sus continuos errores y pérdidas de concentración le han relegado a un segundo plano en el banquillo.

La situación de Nano González, curiosamente es totalmente diferente. El malagueño llegó sin hacer mucho ruido, convirtiéndose en el fichaje más desconocido de todos posiblemente, y, sin embargo, se ha erigido como uno de los buques insignia de la entidad almeriense. Su compromiso, valentía y solidaridad le han avalado una vez tras otra como titular. Frente a él, Álex Quintanilla e Isidoro, prácticamente inéditos en la presente temporada. El exjugador del Barakaldo llegaba como una de las máximas promesas de la Segunda División B, pero no ha logrado esa continuidad siempre exigida a los defensores, e Isidoro ha visto como la sombra de Ximo Navarro era demasiado larga como para cubrirla en un solo partido.

Para la parcela más ofensiva del equipo aterrizaron dos futbolistas contrastados en la categoría de plata del fútbol español, Fidel y Juanjo Expósito. El primero, posiblemente el jugador más destacado del Córdoba la pasada temporada y uno de los más hábiles y talentosos zurdos de la Segunda División, firmó un contrato de larga duración con la entidad almeriense. Comenzó la temporada sin hacer mucho ruido pero poco a poco se ha convertido en el principal estilete de la escuadra almeriense. A su vez, es el jugador de campo más utilizado por Fernando Soriano, habiendo partido desde el banquillo tan solo en una ocasión. Por su parte, Juanjo, procedente del Llagostera, arribó conocedor de su papel secundario en esta película y ha sabido adaptarse al esquema y a las necesidades del club urcitano. Es muy utilizado por Fernando Soriano, principalmente partiendo desde el banquillo como revulsivo en las segundas partes.

Fidel Chaves firmó un contrato de cinco años con la UD Almería. (FOTO: Diego Carmona - VAVEL)

En definitiva y con respecto al mercado de fichajes, ocho caras nuevas para defender un escudo que había quedado maltrecho por sus antiguos portadores. Ocho caras que comenzaron a llenar de ilusión cada rincón de la provincia almeriense, pero que desgraciadamente no se está traduciendo en éxitos y triunfos para el humilde club rojiblanco.

Por otro lado no es de recibo olvidar otro de los aspectos más relevantes de la pretemporada en lo que concierne a la puesta a punto de una escuadra de cara al inicio de la campaña liguera, los partidos preparatorios. El conjunto almeriense disputó hasta siete encuentros previos al comienzo de la Segunda División para adquirir un cierto tono competitivo contra rivales de menor, igual y mayor entidad. Almería 3-0 Almería B, Águilas 0-4 Almería, CD Ejido 2012 0-3 Almería, UCAM Murcia 0-1 Almería, Levante 2-2 Almería, Málaga 4-0 Almería y Sevilla Atlético 1-2 Almería, fueron los encuentros que se llevaron a cabo en el calendario estival. En total, cinco victorias, un empate y una derrota, que arrojaron unas expectativas más que positivas para la temporada venidera. Los máximos goleadores fueron Chuli, con tres tantos, Pozo, con otros tres y un Jonathan Zongo inédito esta temporada, con dos tantos. Sin embargo, una cosa es la preparación, y otra muy diferente, la realidad. 

Ilusión por empezar

Tras una temporada donde la decepción fue la tónica, la afición rojiblanca tenía ganas de volver a ver a su club. Nuevas caras, tristes marchas, un equipo esperanzado y una hinchada ilusionada. Todo listo para que arrancase la temporada de la mano de Fernando Soriano.

La austeridad del club urcitano de nuevo quedó patente en el periodo de traspasos. Para hacer frente a las importantes marchas que sufrió el equipo, la directiva de la UD Almería intentó buscar las mejores cuotas en el mercado. Frente a esta decisión directiva, la afición rojiblanca se preguntaba continuamente si serían suficientes los pocos cambios realizados en la plantilla para no volver a repetir, en la Segunda División española, la desastrosa temporada que protagonizó un Almería con uno de los mayores presupuestos del campeonato.

Los más optimistas hacían referencia a Osasuna, un equipo que rozó el descenso y que un año más tarde, prácticamente con el mismo equipo, logró el ascenso. En cambio, los detractores del proyecto, veían incapaz al equipo de logar ese cambio. Tan solo el tiempo iba a acabar con este dilema, que para desgracia del Almería, no tuvo el mejor desenlace.

Comienzo incierto para Fernando Soriano

La UD Almería comenzaba a preparar el primer partido de la temporada, frente al recién ascendido Cádiz CF. Todos los aficionados rojiblancos seguían teniendo presente la anterior temporada, era una lacra difícil de olvidar para la comunidad almeriensista, que buscaba en el Estadio de los Juegos Mediterráneos el fútbol que hacía años que dejó de presenciar. El primer partido de la temporada era el momento de demostrar el propósito de enmienda, pero la suerte, una vez más, no estuvo a favor del Almería. El partido culminó con un empate a uno que dejó poco atractivo sobre el verde. Al Almería le tocaba desplazarse a Oviedo para intentar arrancar la primera victoria del campeonato.

Azeez fue el autor del primer gol de la UD Almería en la presente temporada. (FOTO: Diego Carmona - VAVEL) 

Tampoco fue el día de los de Soriano, que retornaron al sureste español habiendo recibido un 2-0. La afición comenzaba a impacientarse, buscando, con tan solo dos jornadas cumplidas las primeras brechas del proyecto de Alfonso García. Para bien de la entidad, un equipo en la misma situación, el Rayo Vallecano, visitó el feudo andaluz. Tras un gran partido, el Almería consiguió vencer por tres goles a cero al combinado vallecano, triunfo que calmó a la hinchada y que colocó al equipo en mitad de tabla. En esa misma semana, de nuevo el Rayo iba a ser el rival del Almería, pero esta vez en Copa del Rey. Con un once inexperto, formado por jugadores del filial y por aquellos de la primera plantilla que estaban contando con menos oportunidades, la UD Almería cayó derrotada en su feudo, quedando así eliminada del torneo del KO. El hecho de no alinear a jugadores en mejor estado de forma supuso nuevas críticas por parte de la afición para Fernando Soriano.

El Almería buscaba darle continuidad a su racha en Liga, y así fue, pero por poco tiempo. El combinado andaluz consiguió rascar un punto de un campo difícil, Montilivi, frente al Girona, pero perdió ante su afición frente al Tenerife. La irregularidad hacía imposible que el Almería escalase puestos en la clasificación. El UCAM Murcia esperaba y los rojiblancos, acompañados en su desplazamiento por una gran cantidad de aficionados, volvieron a fallar. Los de Soriano encajaron un 4-0 que dejó patente todas las carencias de este equipo, muy similares a las de la pasada campaña.

Los siguientes cuatro resultados: dos empates como local,  uno como visitante y una derrota lejos de Almería, no iban a ser nada esperanzadores para el técnico maño, que veía como se le acababa el crédito ante un presidente que aún reiteraba su confianza en el proyecto y, por supuesto, en el entrenador.

Emergen Joaquín y Puertas

Entre tanto desatino, este curso han despuntado dos jugadores de la tierra cuya labor está manteniendo, en buena medida, a flote al cuadro unionista: Joaquín Fernández y Antonio Puertas.

Dos hombres que han pasado por las bases rojiblancas -en el caso del primero por todas las categorías inferiores- y que han supuesto ser una bocanada de airea fresco para un equipo ávido de futbolistas identificados con el proyecto.

Joaquín se ha convertido en un fijo en los esquemas de Fernando Soriano. (FOTO: Diego Carmona - VAVEL)

Y es que el trabajo ha sido la principal credencial de ambos. El de Huércal partió como jugador del filial, pero sus actuaciones, unidas a la disputa de un mínimo de encuentros con el primer equipo, le han llevado a ser, a todos los efectos, jugador del mismo, algo que tendrá validez a partir del próximo 1 de enero. Por su parte, el benaducense, prácticamente inédito el curso pasado y con un pie y medio fuera de la entidad antes de que se iniciara el presente, ha sabido abrirse hueco en plantilla y postularse como uno de los hombres más destacados de la misma, avalado por los seis goles que ha anotado hasta la fecha.

El Mediterráneo salva al Almería

El mal hacer como visitante se iba a convertir en una parte más del Almería hasta final del año. Gracias a los resultados del equipo rojiblanco en el Estadio de los Juegos Mediterráneos, su posición en la tabla iba a no ser demasiado trágica.

Tras un tiempo sin ver ganar a los suyos, el Almería se enfrentaba como local al Nàstic de Tarragona, último clasificado. La victoria era vital para el club y para un cuerpo técnico que peligraba, y la plantilla no defraudó. El equipo indálico consiguió vencer 3-0, dando nuevas esperanzas a la afición. Pero otra vez, como si de un déjà vu se tratase, la alegría iba a durar muy poco, en concreto, una semana. En su desplazamiento a Zaragoza, el Almería volvía a ser derrotado.

El Almería se impuso con claridad al Nàstic en la 11ª jornada de Liga. (FOTO: Diego Carmona - VAVEL)

Y así continuó la temporada, victorias como local (frente al Córdoba, Elche y Mallorca) y sucesivas derrotas como visitante (ante el Sevilla Atlético, Numancia y Mirandés), a excepción del viaje a Valladolid, en el cual no se movió el 0-0 inicial.

Fernando Soriano no ha cosechado el mejor de los comienzos en su carrera como mánager, pero se le anticipaba un gran riesgo al proyecto que en su día Alfonso García le presentó al exjugador rojiblanco, que, sin experiencia en el área técnica, decidió coger el timón de un equipo de la Liga de Fútbol Profesional.

La marcha de Sebastián Dubarbier por motivos personales tras rescindir el contrato que le vinculaba a la entidad hasta 2019 ha sido el epílogo de un año nefasto para un Almería que, tras las vacaciones de Navidad, comenzará el 2017 con propósito de enmienda, para así tratar de devolver a la afición rojiblanca toda la confianza que depositó al comienzo de temporada en un equipo que acumula tres campañas consecutivas plagadas de sinsabores.