La necesidad imperaba. Sin margen de error, la primera victoria de la temporada no podía pasar de esta tarde. Para ello, Mestalla se encargaría de dar el primer empujón a unos jugadores que, como siempre y como nunca, necesitaban el apoyo de su público.

Bajo un intenso calor vespertino, la obligación de ganar pesó desde el primer minuto. Nadie podía esperar más en la ciudad del Turia para conseguir unos tres primeros puntos vitales. Cada error se pagaría caro y una nueva derrota supondría un durísimo golpe para jugadores y aficionados. 

Además del asfixiante calor, el horario parecía ser una losa más en el camino. Hoy tocaba salir más despiertos que nunca y los verdiblancos ya avisaron de ello en los primeros compases del encuentro. Suya fue la primera ocasión de la tarde, pero afortunadamente el esférico salió rozando el poste de la portería de Alves, que se estrenaba esta temporada en Mestalla. 

El Valencia no tardó en despertar y disfrutó de un seguido de ocasiones para adelantarse en el marcador. Gayà, Mina y Garay probaron suerte desde el balcón del área, pero con disparos muy centrados y sin problemas para Adán. Los de Ayestarán empezaron a llegar e incluso reclamaron un posible penalti que quedó en protesta. A pesar de ello, los béticos seguían ganando la partida al contraataque y emplearon a fondo a la defensa che, poblada por los nuevos inquilinos Mangala y Garay. 

En una primera mitad de muchas interrupciones en el juego, las altas temperaturas se empezaron a notar en los veintidós protagonistas. Pese a que era el conjunto local quien dominaba la posesión del esférico, el ritmo fue bajando con el paso de los minutos. Aun así, las ocasiones seguían llegando para los dos equipos. Rodrigo, en una jugada individual en la banda derecha, envió el balón que se marchó muy cerca de la madera para decepción de los valencianistas. 

Pero eran los visitantes, aunque con menos ocasiones, los que creaban las más claras de la primera mitad. Rubén Castro, uno de los más activos del conjunto de Poyet, no desbarató la suya y fue el primero en abrir el marcador. El delantero bético, que llegó sólo en el área, controló el balón y lo envió a la escuadra de la portería de Diego Alves. 

La primera parte llegaba a su fin y lo mejor que le podía venir al Valencia era el descanso, ya que el dominio pasó a manos del equipo andaluz, que acechaba el área blanquinegra con mayor frecuencia. No obstante, tras una rápida contra, Enzo Pérez a punto estuvo de igualar el marcador en los últimos minutos. 

En el inicio de los segundos 45 minutos las adversidades no cesaron para los ches. Tras la lesión de Gayà cerca del descanso, en la segunda mitad fue Enzo Pérez el que abandonó el terreno de juego al ver la cartulina roja por una dura entrada. Con uno menos, los de Ayestarán debían dar la vuelta al marcador para evitar una nueva debacle en casa. 

Pero lejos del empate, Joaquín amplió las distancias en el marcador al batir a Diego Alves en un mano a mano. En tan sólo ocho minutos trascurridos pasado el descanso, los de Ayestarán ya habían recibido dos duros golpes que los dejaban muy tocados y casi hundidos. 

Aunque con menor frecuencia, los locales seguían teniendo oportunidades para recortar la desventaja. Cancelo tuvo una de las más claras y levantó a la grada con un potente disparo que se marchó fuera por muy poco. Tras él, Munir, que debutaba esta tarde en Mestalla, envió el balón al larguero en la que fue la ocasión que más cerca estuvo de convertirse en gol. 

Pese a estar con uno menos sobre el césped, los blanquinegros no dejaron de intentarlo. Tras disfrutar de numerosas ocasiones tanto en la primera como en la segunda mitad, Rodrigo fue el encargado de anotar el primer gol para los locales. Con un gran disparo, el hispanobrasileño batió por bajo a Adán y recortó distancias cuando el equipo parecía estar más tocado.

El gol fue un aliciente también para la afición, que nuevamente animó incesante a los suyos. Y esto quedó reflejado en el terreno de juego. Garay puso el empate en el marcador y levantó a Mestalla para buscar un objetivo que por momentos parecía ya imposible: la victoria. 

Aunque pareciera difícil de creer, el Valencia estaba jugando mejor con diez que con once. Y es que los ches tenían anulados a los jugadores béticos, que ya no se acercaban a la portería de Diego Alves. Pese a que el 3-2 estaba más cerca que el gol visitante, cuando el encuentro entraba en el último minuto, de nuevo Rubén Castro adelantó a los suyos para decepción de Mestalla, que empezaba a desfilar con el 2-3.

Con este gol los de Ayestarán caían derrotados de nuevo, y otra vez ante su afición. En un partido que consiguieron empatar con todo en contra y en el que estuvieron mejor con un jugador menos, el delantero verdiblanco robó el primer punto de la temporada a los ches en una segunda parte frenética