Fin a la racha del Villarreal. El Madrigal, que hasta ahora se había erigido como todo un bastión inexpugnable, ha caído hoy ante el ataque de un Las Palmas aue ha sabido jugar sus armas y decidir el partido en la primera mitad. 

Dominio canario en la primera parte

El encuentro comenzó con Las Palmas queriendo tener la pelota. El conjunto canario movía el balón con comodidad y el Villarreal simplemente esperaba. Adrián Marín comenzó el partido un tanto inseguro y por ahí llegaban principalmente los ataques de los visitantes, con un Nili muy activo en el carril derecho aprovechando las internadas de Momo para crear peligro al espacio.

Las salidas de balón de los hombres de Quique Setién eran siempre en corto y solo desplazaban al espacio en caso de producirse el desmarque de los hombres de banda, con la importante labor de Willian José de fijar los centrales del conjunto groguet: Bonera y Víctor Ruíz. El partido se jugaba principalmente en el campo de Las Palmas, ya que estos trataban de sacarla jugada y el Villarreal intentaba adelantar líneas con buenos balones al espacio para Soldado y Adrián, que a menudo llegaban a posiciones de centro.

El partido cogió mucho ritmo a partir del minuto 25. Ambos equipos se aprovecharon de ello y comenzaron a generar mucho peligro en acciones rápidas. La primera de estas ocasiones la disfrutaría el Villarreal. Soldado combina con Adrián, que mete un bonito pase elevado para el “9” del Submarino. Este define suave con la pierna derecha, pero el remate se marcha desviado por unos centímetros. Dos minutos después llegó el turno de Las Palmas, que consiguió llegar a la frontal del área del Villarreal con un rápido contragolpe. Willian José finaliza la jugada con un disparo raso que desvía la defensa grogueta. En el córner, David García supera en el salto a Víctor Ruíz y la pone en un lugar inalcanzable para Areola. 

Estos minutos de alternativas y el gol de Las Palmas provocaron que el partido se abriera. Ahora, el Villarreal era quien trataba de tener la posesión del balón y el conjunto visitante utilizaba el contraataque y el fútbol rápido para crear peligro y tratar de inquietar al guardameta amarillo.

Estéril ataque amarillo

La segunda parte comenzó con una sustitución: Leo Baptistao entró en sustitución de Samu Castillejo. El Villarreal empezó el segundo período bien, teniendo la pelota e incluso llegando a área rival con cierta sensación de peligro. La entrada de Baptistao le dio más alternativas a los hombres de Marcelino y el Submarino volcó casi todo el juego de ataque a la banda derecha.

Las Palmas cerró líneas y montó un entramado defensivo de diez hombres, dejando solo en la punta de lanza a Willian José. El Villarreal llevó todos sus efectivos al ataque y, cuando Las Palmas lograba rechazar los intentos groguets, conseguían encontrar espacios en campo rival con acciones muy verticales, a menudo de conducción de un solo hombre.

Las imprecisiones se apoderaron de la mayor parte de los ataques amarillos. Los hombres de Marcelino perdían la pelota en zona de tres cuartos cuando intentaban filtrar el último pase o superar al último defensor. Para intentar resolver esta situación, Marcelino sustituyó a Adrián por Cedric Bakambu, cuya entrada fue muy bien recibida por la grada. Poco después, Trigueros entró en el lugar de Tomás Pina a la vez que Quique Setién dio entrada a Araujo por Montoro.

A pesar de los constantes centros laterales del Villarreal, el gol local no subía al marcador de El Madrigal. Bakambu tuvo dos ocasiones claras a centro de Adrián Marín. En la segunda, en el minuto 77, el delantero congoleño remató con la cabeza en el área pequeña, pero el esférico se marchó por arriba de la portería de Javi Varas. Poco después, Trigueros la probó con pierna izquierda desde fuera del área. El bote complicó la parada del portero de Las Palmas, pero logró blocarla. Solo un minuto después, Mario chutó desde la frontal con un disparo cruzado, pero se escapó por poco de la portería. El Villarreal estaba volcado pero el gol no llegaba.

Quique Setién utilizó su último cambio en dar entrada a Ángel López al que una vez fue su césped local. En ataque, Araujo fue lo más peligroso de Las Palmas desde su entrada en el campo y complicó en alguna ocasión a la defensa grogueta. Por su parte, los hombres de Marcelino se veían cada vez más bloqueados en la creación de fútbol ofensivo y buscaban generar peligro con centros laterales. Denis Suárez probó con un disparo desde la frontal tras un rechace de la defensa canaria, pero Varas desvió a córner en una gran demostración de reflejos y agilidad.

El Submarino no logró igualar el marcador pese a los constantes ataques de los últimos minutos. De esta forma, Las Palmas se convierte en el segundo equipo que logra vencer en El Madrigal como visitante desde que el Celta lo consiguiera en la primera vuelta. Oxígeno para los de Setién y palo para los de Marcelino, que ven cómo se escapa una oportunidad de oro para ampliar la distancia con el Celta de Vigo y asegurar la plaza de Champions League.