El mejor partido en lo que va de Final de la Stanley Cup y, probablemente de playoffs, se vivió durante la noche del miércoles en el TD Garden de Boston. Choque que los Chicago Blackhawks se llevaron en la prórroga para empatar a dos la serie tras tres periodos de tiempo reglamentario plagados de grandes momentos y con un hockey a la verdadera altura de lo que exige una final de la mejor liga del planeta.

Los Blackhawks comenzaron enchufados, ejerciendo buena presión y tapando bien líneas de pase. A ello se unió un flojo inicio de los locales, que no encontraban su sitio en el hielo y no lograron asentarse y tomar el control del puck. La primera ocasión para cambiar las tornas llegó con una superioridad de los Bruins tras ser penalizado Johnny Oduya por una acción sobre Tyler Seguin, pero, lejos de eso, fueron los Hawks los que se adelantaron en el electrónico a los 7 minutos. Una pérdida del propio Seguin, cuando intentaba ceder la pastilla a Zdeno Chara en zona ofensiva, propició la salida a toda velocidad de Brandon Saad y el remate final de Michal Handzus. El tanto del veterano sueco significaba el fin de la racha de imbatibilidad de Tuukka Rask tras 129 minutos sin conceder un gol. Una nueva oportunidad para el dominio de Boston llegaría en la segunda mitad del primer periodo con otra superioridad, y esta vez los de Claude Julien no la desaprovecharon. De nuevo con un hombre más, los Bruins se hicieron con el dominio y empezaron a intentar la igualada con algunos disparos desde la línea azul hasta que, a escasos segundos de que Chicago igualase fuerzas, Rich Peverley se hacía con una pastilla dejada a placer por Saad y fusilaba de muñeca a Corey Crawford.

El segundo periodo elevó en gran medida el nivel del partido. Si bien ninguno de los dos equipos consiguió mantener un control claro sobre el contrario, sí se pudo ver a unos Blackhawks dispuestos a no ceder la iniciativa y más metidos que en los dos encuentros anteriores. Pese a que, especialmente en los primeros compases, las ocasiones fueron discretas, fue a partir del minuto 7 cuando no hubo descanso para nadie. Jonathan Toews rompía su sequía de diez partidos sin marcar desviando un disparo desde la línea azul de Michal Rozsival después una gran salida desde la zona defensiva de Chicago. Apenas 2 minutos después, Patrick Kane ampliaría la ventaja al meter la cuchara para rematar una pastilla rechazada por Rask. Ahora sí, Chicago tenía el partido de cara y el tanto de Milan Lucic para acortar distancias en el minuto 15 tan sólo fue un espejismo, ya que otra salida en velocidad de los Hawks acabaría en gol de Marcus Kruger. Pero volvió a aparecer Patrice Bergeron para vestirse de héroe y hacer el tercero de Boston en superioridad numérica, a 2 minutos del bocinazo que marcaría el segundo descanso.

Aún tendría oportunidad Boston de igualar el partido en los últimos suspiros, aunque el empate llegaría en la reanudación. De nuevo Bergeron, y en otra de sus conexiones habituales con Jaromir Jagr, batiría a Crawford con un disparo seco desde el círculo de face-off. Si algo diferenció a los Blackhawks de los primeros encuentros, fue la capacidad para no bajar el nivel de juego, y a los 12 minutos volverían a adelantarse, rompiendo además su maldición en superioridad y anotando su primer gol en power play de la serie, obra de Patrick Sharp. Y otra vez sin tiempo para degustar la ventaja, los Bruins volvían a poner tablas gracias a un misil de Johnny Boychuk. Tuvo que ser Brent Seabrook el que finalmente acabase con las aspiraciones de los locales en el tiempo extra y certificase la merecida victoria para Chicago con un gran disparo lejano, ayudado por una semi-pantalla de Toews sobre Rask.

El quinto partido de la Final devolverá la serie al United Center de Chicago. La madrugada del sábado al domingo (2:00, hora peninsular) comprobaremos si los Blackhawks aprovechan el factor campo para acercar la Stanley Cup o si los Bruins vuelven a golpear a domicilio en vistas a un posible decisivo sexto encuentro en el TD Garden.

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Sobre el autor
Hugo Campos
Periodista. Siguiendo muy de cerca fútbol, NHL, NFL y MLB.