Hay que recordar que para el #11 de los Eagles esta es su segunda temporada como profesional en la NFL, sin embargo, la madurez que ha adquirido Wentz tanto en el juego como en la labor de líder de equipo, hace que quede demasiado lejos aquella noche del Draft de 2016 en la que Wentz fue seleccionado con el pick 2 de la primera ronda por los propios Philadelphia Eagles. El Draft de 2016 dejó el duelo Goff – Wentz, la selección número uno y dos recayeron en posiciones de quarterbacks. Desde un primer momento dicho duelo se inclinó a favor de Wentz, ya que Philadelphia decidió apostar por la titularidad del quarterback desde el primer momento, tras la marcha inminente de Sam Bradford a Minnesota Vikings tras la lesión de Bridgewater, mientras que Goff no ocupó el puesto de titular hasta la recta final de la temporada regular. En su primera temporada, Wentz consiguió firmar una actuación estable, que no llamaba la atención ni acaparaba gran expectación en los medios, todos los focos se centraron en otro de los quarterbacks rookie de aquella temporada, Dak Prescott, quién fue seleccionado por los Dallas Cowboys en cuarta ronda con el pick 135.

El líder que Philadelphia necesitaba

La presente temporada de la NFL ha estado marcada por la revelación como equipo de los Philadelphia Eagles, unos Eagles que han estado encabezados por un sorprendente Carson Wentz, que además de crecer en su propio juego individual, ha logrado hacer crecer el juego colectivo del equipo. Wentz ha sido capaz de hacer mejorar el juego de otros jugadores como es el caso del tight end, Zach Ertz, así como de encontrar el modo de conectar con todo el equipo, trasmitiendo el trabajo, fuerza e ilusión que ha caracterizado al equipo durante esta temporada. En varias ocasiones se ha podido observar esa conexión con el equipo a través de actuaciones personales del propio Wentz, como es el caso de la apuesta que propuso al kicker Jake Elliot, en la que se comprometía a entregarle el importe salarial correspondiente a esa semana si Elliot conseguía ejecutar un field goal de 61 yardas que daría la victoria al equipo de Philladelphia.

La gran labor que Wentz ha ido desarrollando esta temporada ha provocado el surgimiento de un nuevo movimiento mediático entre los aficionados de los Eagles y del resto de aficionados de la NFL, este movimiento ya se conoce como la Wentzmania, movimiento que integra todos aquellos que ven en Wentz al futuro quarterback de la franquicia y a uno de los posibles quarterbacks del futuro.

Sus números en 13 encuentros

Durante esta temporada y en 13 encuentros jugados, Wentz ha conseguido un total de 265 de 440 en pases completados para 3.296 yardas, lo que significa un porcentaje del 60.2% en pases completados. Wentz ha conseguido 33 touchdowns, lo que le ha permitido batir el récord de touchdowns de la franquicia de Philadelphia que ostentaba Sonny Jorgensen desde hacía 56 años. Han sido siete intercepciones las que ha recibido, la mitad de intercepciones que en toda la temporada pasada. En cuanto a su juego de carrera, Wentz ha registrado esta temporada un total de 64 carreras para 299 yardas sin llegar a conseguir ningún touchdown, números que superan a los de la temporada pasada en la que consiguió la mitad de yardas en carrera.

Estos números le asignan un índice de calificación de jugador de 101.9 y un QBR (Total Quarterback Rating) de 75.1, lo que le posiciona en una segunda posición, solamente por detrás de Deshaun Watson.

Wentz ha demostrado que es capaz de mantener de forma regular un rendimiento alto en sus actuaciones, durante sus 13 encuentros disputados esta temporada, ha conseguido salir hasta en cuatro ocasiones con un total de 4 touchdowns en un solo encuentro.

Si sumamos el papel que juega Wentz como líder del equipo, su actitud, motivación y el propio juego en todas sus virtudes, es fácil llegar a la conclusión de que posiblemente estemos ante uno de los quarterbacks del futuro en la NFL, y sí, siempre cabe la posibilidad de sobrerreaccionar ante un jugador que ha disputado una gran temporada y con el paso del tiempo resulta confirmar que solamente era un espejismo, pero sobrerreaccionar es algo que encanta a todos y cada uno de los aficionados a este deporte. Sobrerreacciones aparte, es razonable llegar a la conclusión de que estamos ante un posible jugador que sea capaz de desempeñar una carrera notable llegando incluso a ser uno de los quarterbacks del futuro, misma calificación que recibe otro quarterback que acaba de iniciar hace dos temporadas su carrera profesional, Dak Prescott. Hace unas semanas nuestros compañeros Alejandro Santibañez y Juan Andrade ya se encargaron de abrir el debate sobre quién será el quarterback del futuro, Wentz o Prescott.

Su lesión, su sombra

Decir que en la semana 14 del campeonato Wentz era uno de los favoritos aspirantes al MVP de la temporada NFL era un hecho. El #11 de Philadelphia iba lanzado a su primer MVP cuando sufrió una importante lesión de rodilla durante el encuentro de la semana 14 ante Los Angeles Rams. Una lesión que le obligaría a perderse lo que restaba de temporada y que le obligaba a pasar por quirófano. Wentz se sometió el pasado 13 de diciembre a una operación de ligamento cruzado anterior en su rodilla izquierda, este tipo de lesión tiene un periodo de recuperación de entre 9 y 12 meses, por lo que Wentz estaría llegando demasiado justo al inicio de la temporada 2018 de la NFL.

Esta lesión llegaba en un momento en el que los Eagles firmaban un parcial de 10–2, encabezado por el propio Wentz. Ahora los Eagles quedan con la peligrosa situación de afrontar los playoffs sin su líder en el terreno de juego, algo que afectará tanto al propio juego como a la motivación y estado anímico del propio equipo. Solo el transcurso de la competición nos dejará la gravedad de esta importante baja para los Eagles.

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Sobre el autor
Javier Rioja Gómez
Amante de la NFL y cultura deportiva norteamericana en general. Puedes seguirme en @Nfl_end_zone