Mike Babcock, Bill Peters o Marc Crawford son nombres de entrenadores que han saltado a los titulares de prensa no por los éxitos deportivos si no por las alegaciones efectuadas por maltrato físico o psicológico a los jugadores que tenían bajo su mando. Insultos, patadas, manos al cuello, intimidación entre otras conductas que parecen muy alejadas de los valores que deben emanar del deporte.
El despido de Babcock de Toronto hizo que algunas de sus conductas durante su estancia en el banquillo de las hojas de arce como el que protagonizó un aún más joven Mitch Marner viéndose obligado a hacer un listado de compañeros valorando su ética de trabajo. Fue el pistoletazo de salida para que otros jugadores que se sintieron maltratados dejaran de callar y empezaran a relatar sus experiencias.
El más llamativo y que implicó otra salida de banquillo es el de Akim Aliu, que en su época de jugador del filial de Chicago Blackhawks recibió los insultos racistas del entonces entrenador del equipo Bill Peters. Estas revelaciones le costaron el que era su empleo actual, el de entrenador jefe de Calgary Flames. Michal Jordan, que sirvió en Carolina Hurricanes como jugador durante la estancia de Peters en Raleigh denunció via Twitter que el abuso físico en forma de patadas y puñetazos eran habituales. la cadena no para aquí, Marc Crawford, campeón de la Stanley Cup en 1996 con Colorado Avalanche y en la actualidad entrenador ayudante en Chicago Blackhawks está apartado de su empleo bajo investigación por presuntos abusos sobre jugadores en el pasado.
El caso de Crawford nos permite encontrar una explicación de por qué todo esto permanecía en la sombra, el hockey es un deporte en el que el contacto físico y el ser aguerrido no es una opción, si no una exigencia, por eso hay casos de jugadores como Sean Avery que aunque reconociendo que Crawford le propinó patadas cuando jugaba para Los Angeles Kings, días después lo disculpó reconociendo que "se las merecía", pero en general las palabras sobre su actuación en el vestuario por parte de otros jugadores que fueron subordinados suyos no son tan positivas, como en los casos de Patrick O´Sullivan o Brian Sopel.
La respuesta de la liga
Uno de los puntales de las relaciones públicas de la NHL son las campañas de inclusión y reconocimiento de las minorías de cualquier tipo, y no podía hacer caso omiso a todo esto. De hecho directivos de la liga se han entrevistado con Akim Aliu de cara a diseñar medidas que permitan la denuncia de esta clase de hechos. Medidas que ya se discutirán en el próximo foro de gobernadores de la NHL en Pebble Beach.
¿Y qué tiene qué decir la NHLPA como sindicato de los jugadores? Desde el mismo se enfatiza que su función es la defensa de los jugadores, pero que solo pueden actuar y hacer fuerza en el caso de que los jugadores acudan a ellos, incidentes como el de Peters en Carolina se resolvieron en el ámbito interno del club. Aún así no ha habido comunicado oficial desde la NHLPA acerca de los casos que implican a estos tres entrenadores.
Los que si han hablado ha sido la asociación de entrenadores, en un comunicado oficial han expresado su voluntad de crear un entorno de trabajo donde predomine el respeto.
Otro abogado de los jugadores ha resultado ser el antiguo hombre duro de la NHL Daniel Carcillo. Ya denunció los abusos y novatadas que se producían en el hockey junior y ahora se ofrece a los jugadores que quieran denunciar pero no exponerse al público. Y es que queramos o no, a día de hoy el hockey sigue siendo considerado un deporte de gente dura, y las quejas pueden ser interpretadas por muchos como símbolo de debilidad, Carcillo quiere abrir una puerta a los profesionales que no se sientan seguros a dar el paso adelante para denunciar las conductas abusivas.
¿A dónde lleva este debate?
Solo la apertura de ventanas y la exposición a la luz de los casos que se den puede permitirnos saber si los abusos físicos y mentales son la excepción o la norma en el mundo del hockey, lo que está claro es que la exigencia no puede nacer de la humillación ni del maltrato y que si han tenido un lugar en la pista de hielo y en los vestuarios, ese lugar no tiene más espacio en el entorno de la NHL.