El pasado fin de semana al igual que ocurriera con el torneo masculino, en tres torneos paralelos, se decidían las últimas plazas que daban acceso al torneo olímpico femenino que se disputará del 3 al 17 de febrero en las instalaciones del Beijing National Indoor Stadium y del Wukesong Arena de la capital china.

En la ciudad de Chomutov, las anfitrionas República Checa derrotaban a Hungría con claridad con un tanteo de 5-1. Ambos equipos optaban a su primera participación olímpica, pero fueron las locales quienes se llevaron el gato el agua y harán doblete junto al equipo masculino que no solo es habitual si no que recuerda con orgullo el triunfo de Nagano 1998.

También hará doblete masculino y femenino por primera vez Dinamarca, que le arrebató gracias al empate contra ellas en la última jornada, a la anfitriona Alemania el billete olímpico.

Cierra el triplete de clasificadas, otro equipo anfitrión, Suecia, que no dejó escapar la oportunidad para viajar a China doblegando a un equipo francés que al contrario de las habituales Tre Kronor, aspiraba a debutar en el torneo final.

Aumento de participantes

Una de las grandes novedades de esta edición es el aumento de ocho a diez participantes, los seis primeros del ranking mundial a 30 de abril de 2020 (Estados Unidos, Canadá, Finlandia, Comité Olímpico ruso, Suiza y Japón), la anfitriona China y las tres clasificadas de los torneos preolímpicos. 

La selección española cayó en la fase anterior a esta triple final, dando una buena imagen y mostrando potencial de crecimiento.

Estos diez equipos quedan divididos en dos grupos, pero en un formato particular, en el grupo A quedan encuadrados los seis mejores equipos por ranking y juegan entre ellos no por clasificación, ya que todos ellos pasarán a la ronda eliminatoria, si no por la búsqueda del mejor cruce en dicha fase.

El grupo B lo forman los equipos de menor potencial, y estos deberán luchar por las tres plazas restantes para los cuartos de final.

Gráfico: IIHF.com
Gráfico: IIHF.com

El aumento de equipos confirma el crecimiento del hockey femenino, que por fin empieza a crear una clase media que aunque como en el hockey masculino, es difícil que se imponga a los equipos de la élite tradicional, pero que presentan más resistencia que antes. Pero aunque pocos dudan de que las medallas están lejos de cualquiera de los participantes del grupo B, la lucha entre las gigantes del hockey femenino será apasionante.