Todo el paddock esperaba con muchas ganas la vuelta de una de las fábricas más importantes de este deporte, como es Renault. La escudería francesa volvía, en 2016, a la Fórmula 1 tras recomprar Lotus. Los franceses dejaron lista su marcha en 2011, después de numerosos problemas tanto económicos como deportivos (el caso “Crashgate” de Singapur 2008). Por lo que, desde 2012 hasta 2015, la escudería pasaba a estar en manos de Lotus, pero la marca del rombo volvió para pelear por el mundial a partir de este año 2016.

La escudería regresaba con Jolyon Palmer y Kevin Magnussen como pilotos, con el objetivo de evolucionar poco a poco el monoplaza para volver a lo más alto del campeonato. No obstante, en el equipo ya se sabía que no iba a ser un camino fácil. Con un coche que era prácticamente la continuación del Lotus del año pasado y sabiendo que el resto de equipos les llevaba dos años de ventaja, los de Enstone solo pensaban en mejorar con el paso de los años.

Fuente: Twitter oficial de Renault
Fuente: Twitter oficial de Renault

Ya desde pretemporada se dudaba de la eficacia de Renault, tanto a nivel de motor como aerodinámico y se estaba en lo cierto. En cuanto a la primera cuestión, ya se conocía de antemano que el motor Renault nunca había sido el mejor de todos. En 2014 ya Red Bull acusó las carencias de la unidad de potencia de sus monoplazas, lo que se repitió al año siguiente en 2015. No obstante, a priori parecía que en 2016 su motor sufriría algún que otro cambio a lo largo de la temporada y, efectivamente, así fue. No obstante, quizá fue esa evolución del motor (igual tanto para Red Bull como para Renault) la que hizo que se dudara aún más del rendimiento aerodinámico del coche. Lo que parecía antes un lastre, como era el motor, resultó ser lo mejor que tenían ya que aerodinámicamente el coche no tenía nada destacable.

Por ello, al final, esta temporada 2016 para Renault ha sido peor de lo esperado. Fueron novenos en el mundial de constructores solo por delante de Sauber y Manor, quedándose muy lejos de Haas, una escudería que debutaba en el Gran Circo.

Kevin Magnussen, una vuelta complicada

El que fuese piloto de McLaren, Kevin Magnussen, volvía con Renault al mundial de Fórmula 1. El danés debutaba, con un podio, en 2014 de la mano de los de Woking cuajando una notable temporada en la que consiguió los objetivos. No obstante, al año siguiente, con la entrada de Honda, sería Fernando Alonso su sustituto, por lo que Magnussen quedaba como piloto de pruebas. A pesar de ello, el danés disputó la primera carrera de la temporada 2015, Australia, sustituyendo a Alonso, que había sufrido un duro accidente en los test de pretemporada en el Circuit de Cataluña. Kevin esperaba sustituir a Button como piloto oficial, pero al seguir el británico la puerta de Woking se le cerraba, por lo que decidió ir en busca de nuevos proyectos. Ese nuevo proyecto era Renault, por lo que Magnussen volvía oficialmente al mundial con ganas de aprovechar la ocasión.

Magnussen consiguió los primeros puntos de la temporada en Sochi

La temporada no empezó mal para él, ya que consiguió buenos resultados en las primeras carreras. Tras varias carreras saboreando los puntos, en Rusia le llegó la oportunidad y no la desaprovechó. El danés quedó séptimo en Sochi consiguiendo así los primeros puntos de la temporada para los de Enstone. Además, consiguió la primera clasificación, y la última, Q3 de Renault, calificando en una meritoria décima posición para la carrera.

Fuente: Twitter oficial de Renault
Fuente: Twitter oficial de Renault

La cosa parecía que no podía empeorar, pero los malos resultados comenzaron a aparecer. El danés completó un total de diez carreras sin puntuar donde se demostró que Renault se había quedado detrás del resto. Desde entonces, la temporada se convirtió casi en un martirio para Magnussen que veía cómo se le escapaban las carreras como la de Spa, donde sufrió uno de los accidentes más espectaculares de la temporada en la famosa curva de Eau Rouge. No obstante la temporada continuó, aunque el ex de McLaren solo pudo puntuar una vez más. Fue en el GP de Singapur, donde finalizó la carrera en décima posición.

Jolyon Palmer, un debut pobre

El campeón de GP2 del año 2015, Jolyon Palmer, debutaba en la Fórmula 1 con una de las escuderías más sonadas de la parrilla, aunque en un momento complicado. El piloto británico llegaba con la intención de hacer buenas actuaciones y prolongar su contrato con la marca del rombo, algo que no conseguiría del todo.

Palmer solo puntuó en el GP de Malasia, donde fue décimo

Sus primeras carreras con Renault ni por asomo fueron buenas, sino más bien todo lo contrario. A pesar de las carencias del monoplaza, Palmer no conseguía superar a su compañero de equipo y tampoco situarse en zona de puntos. De hecho solo pudo puntuar una vez, y fue en el GP de Malasia, donde Palmer consiguió acabar la carrera en la décima posición. A lo largo de la temporada, su mejor posición en parrilla fue la decimotercera, que consiguió en los Grandes Premios de Australia y Bélgica, por lo que no superó ninguna vez en la temporada el corte de la Q3.

Fuente: Twitter oficial de Renault
Fuente: Twitter oficial de Renault

A pesar de todo, Palmer continuará un año más en Renault. La falta de pilotos y el no de Red Bull ante el intento del fichaje de Carlos Sainz, han hecho que el británico continúe una temporada más en Renault, con Nico Hülkenberg como compañero. Todo un hueso al que se deberá enfrentar y con quien deberá demostrar que sí vale para estar en la parrilla. De todas formas, ya se han dado casos de pilotos que hicieron un mal debut por culpa del rendimiento del monplaza, pero que luego supieron enmendar la situación en las temporadas siguientes, como el de Bottas, por lo que todavía habrá que ver la evolución del piloto británico en 2017.