Si hay una persona que siempre ha sido fundamental en Aprilia, es él, Ivano Beggio. El líder italiano murió en 2018, pero dejo a media una autobiografía cuando murió. Este trabajo ha sido completado por Claudio Pavanello, y en los próximos días, saldrá a la luz en Italia. Beggio creó el departamento de torneos de Aprilia y ha traído muchas de las leyendas de hoy a la Copa del Mundo a lo largo de los años. Entre ellos están Valentino Rossi, Max Biaggi, Marco Simoncelli o Loris Capirossi. El diario deportivo Marca, con permiso del autor, ha tenido acceso al contenido y adelanta alguno de los aspectos más interesantes.

Uno de los capítulos está totalmente dedicado a Valentino Rossi, donde el autor cuenta numerosas anécdotas sobre el `46´ llamado: El ciclón Valentino.Toda la pelea en torno a Biaggi hizo pasar casi desapercibido el debut de Valentino Rossi. Pernat me llevó a Rossi a la oficina como un joven muy prometedor. Pero, en realidad, lo considerábamos, sobre todo, como el hijo de Graziano”, recuerda Beggio. ¿Quién habría alguna vez imaginado que aquél chaval al que hicimos su primer contrato de 30 millones de liras sería el protagonista absoluto del Mundial destinado a convertirse en más grande que Giacomo Agostini?”  comienza el capítulo. Por esos tiempos, 30 millones de liras eran unos dos millones y medio de pesetas, 15.493 euros.

Un año más tarde, en 1997, Rossi gana el título, nombrado por Beggio como “La derrota caliente”. "En 1997, Max se tomó su venganza arrebatándonos el título, con Harada, sólo tercero, con tres victorias, mientras que Capirossi acabó sexto con sólo tres terceros puestos. Se trató de una derrota ardiente, pero por suerte teníamos a Valentino, que ganó 11 carreras y que empezó aquél extraordinario show de sus celebraciones, que seguramente muchos recuerdan: en Mugello la muñeca de Claudia Schiffer; en Donington se vistió de Robin Hood. La alegría, la sencillez, el estilo desenfadado de este nuevo campeón mundial nos hicieron olvidar todas las tensiones con el agudo Biaggi. Valentino gustará pronto a todos, desde los niños a los abuelos, contribuyendo a hacer el motociclismo todavía más popular", explicaba el dirigente italiano.

Beggio confiesa en todo momento el bonito recuerdo que guarda sobre el tiempo que pasó junto a Rossi. "Cuando hoy veo correr a Rossi, mi pensamiento, inevitablemente, vuelve atrás a aquél periodo extremadamente feliz. Personalmente, conservo del piloto de Tavullia un recuerdo extraordinario. Alrededor de él siempre había alegría y espontaneidad. y no recuerdo ningún desacuerdo, malentendido o mal humor con el equipo. Por supuesto, él no era la persona más fiable del mundo en cuanto a citas. Sólo recuerdo el sensacional plantón que le dio a Jacques Villeneuve: Rossi, su fan, había expresado su deseo de conocerlo y Pernat movió cielo y tierra para organizar la reunión entre los dos jóvenes campeones del mundo en Bolonia con motivo del Salón del Automóvil. El canadiense llegó a tiempo; Rossi nunca llegó”, recuerda en el libro.

Como siempre, cuando viene la fama, no todo es un camino de rosas, y el de Aprilia también se lamentaba sobre sus enemigos: "Hoy, a través de esa herramienta fantástica, pero también, desafortunadamente, un multiplicador de calumnias que es Facebook, a veces leo ataques y críticas. No he sabido nada de Valentino durante años, pero me resulta difícil pensar que ha cambiado, y estoy sorprendido de que, probablemente, será recordado como el mejor piloto de todos los tiempos con los mayores detractores entre sus compatriotas. Sin mencionar que, si en Italia el deporte de las dos ruedas ha llegado a tener tanto espacio y consideración, arrastrando una afición importante, se debe en gran parte a él. Cuando se retire, tendremos que tener cuidado de que no se repita un efecto de reflujo con nuestro deporte como sucedió con el esquí después de Alberto Tomba".

Beggio también habla en el libro sobre el momento en el que Rossi les tuvo que decir “adiós” para dar el salto a la siguiente catgeoría.  “Desde el comienzo de la temporada supe en mi corazón que al final del año Valentino nos dejaría para dar el salto a la clase reina. Por eso firmamos a Marco Melandri», reconoció Beggio. “Hubo un momento en que pareció abrir una ventana para la renovación y la posibilidad de otra temporada con nosotros. Entendí que era sólo un momento humano de debilidad por parte de un niño de 20 años. Era evidente que con su inmenso talento se sentiría frustrado por quedarse en 250 y que su destino era correr y ganar inmediatamente en 500.La discusión terminó antes de comenzar. Lamentaba no poder ofrecerle una 500 competitiva”.

Al final del libro, algunos pilotos quisieron escribir un epílogo sobre el autor, y Rossi fue uno de ellos, demostrando el buen recuerdo que guarda al dirigente italiano. “Firmar el contrato de tres años con Aprilia, convirtiéndome en el piloto oficial de la marca más fuerte de 125 y 250, representó un sueño para mí. Ivano Beggio era un hombre muy refinado y elegante.  Pero la mejor definición para él es sin duda la de `patrón´, porque era el jefe indiscutible de toda la compañía. Cuando llegó el momento de firmar el nuevo contrato en 1999, le dije que mi ambición era llegar a 500, donde ya tenía un acuerdo con Honda, pero sólo si había ganado el título de 250. Entendía perfectamente mi estado de alarma, y respondió que esperaría sin problemas hasta el final de la temporada. Luego decidiríamos juntos si extenderíamos el acuerdo o no. Esta disponibilidad me permitió escapar de las incertidumbres sobre el futuro, y siempre estuve agradecido con él”, escribe el italiano.