2001 fue el año del primer título de Valentino Rossi en la categoría reina. Hasta ese momento tenía en su palmarés un título de 125cc y otro de 250cc. El italiano ansiaba el de la máxima categoría, y de momento estaba dominando al resto de pilotos de la parrilla. 

Mugello fue aquel año la quinta cita, y Valentino Rossi no se había bajado del podio en las cuatro primeras carreras, siendo primero en Suzuka, Sudáfrica y Jerez, y tercero en Le Mans. El italiano era el piloto más carismático del paddock. Su ropa, sus celebraciones, sus bromas. Nunca pasaba desapercibido, y para casa siempre tenía algo especial pensado.

En este caso, Rossi quiso vestir su Honda NSR500 con flores celestes y fondo blanco, imitando una camisa hawaiana. Lo que el italiano no había pensado nunca es que el domingo caería un aguacero en Mugello que mojaría sus flores.

Ritual de Valentino Rossi antes de subirse a la Honda NSR500. Foto: Pinterest

Todo el plan se fue al traste

Antes de la lluvia, el joven Rossi de 22 años lo tenía todo planeado, se veía bastante capacitado para la victoria. No solo cambió los colores de su moto, sino que también tenía preparada una celebración por todo lo alto, tanto en la pista como por la noche. Esperaba irse de allí más grande aún, pero el agua le encogió.

Hasta el domingo, el protagonista presumía de nuevos colores, nuevo casco, y de pole. El italiano pasaba gran parte de la tarde con el equipo y viendo los adhesivos nuevos, pero también lo dejaba todo en la pista.

La primera fila de la parrilla la ocupaban Rossi con la pole, el vigente campeón, Kenny Roberts, segundo, y Loris Capirossi tercero. Ya en la segunda fila estarían Max Biaggi, Alex Barros y Alex Crivillé. Todos ellos eran campeones del mundo, excepto Barros.

El día de la carrera aparecieron nubes, pero se rumoreaba que las posibilidades de lluvia eran bajas. Rossi ya torcía el gesto al ver esas nubes. Por aquellos años, el italiano odiaba correr en lluvia, mientras que actualmente es un especialista en condiciones extremas.

Con nubes, pero en seco, comenzaría la carrera. Rossi, como de costumbre, no salió bien, cediéndole la primera posición a Roberts y siendo también superado por Capirossi y Biaggi. Las nubes cada vez eran más oscuras, pero todavía no caía ninguna gota en tierras italianas.

Kenny Roberts Jr. y Loris Capirossi se empezaron a escapar durante las primeras vueltas, mientras que Rossi tenía serios problemas para adelantar a Biaggi. Este duelo fue el más repetido durante esa temporada, incluso llegando a la agresión física entre ambos italianos.

El romano comenzó a remontar, a coger confianza. Biaggi se situó primero, seguido por Barros y Rossi. La cabeza de carrera se volvió a juntar, pero todo parecía indicar que la victoria se la disputarían Biaggi, Rossi y Barros, ya que Capirossi no parecía entrar en la lucha.

Biaggi lideró durante varias vueltas en la primera parte de la carrera. Foto: MotoGP Fan (twitter)
Biaggi lideró durante varias vueltas en la primera parte de la carrera. Foto: MotoGP Fan Zone (twitter)

Carrera dividida y mucha cautela

La lluvia comenzaría a caer. Al principio fueron unas tímidas gotas sobre la pista, suficientes para que se parase la carrera. Bandera roja, a esperar y decidir las gomas para la segunda parte de carrera. La intensidad de la lluvia iría en aumento, por lo que esperar a que se despejase el cielo parecía una pérdida de tiempo. La carrera se reanudó declarada en lluvia, por lo que todos salieron con neumáticos rayados.

Curiosamente, del box a la parrilla Rossi sufrió una caída que dañó su maneta. El italiano regresó rápidamente a su box para que arreglasen su Honda de dos tiempos, y finalmente pudo regresar a la primera fila, en este caso la tercera posición de la última vuelta anterior a la bandera roja. El que sería ese año campeón del mundo de 500cc no imaginaba todo lo mal que le pudo ir el día de la carrera. Comenzaba la pesadilla, del traje de baño y la camisa de flores, al mono mojado con forro de plástico.

El cielo de Mugello amaneció cubierto por nubes oscuras. Foto: Crash.net

De la camisa hawaiana al aguacero italiano

La segunda carrera fue complicada para todos los pilotos. El estado de la pista era peligroso, con algunos charcos en varios puntos de la trazada, cuyos pilotos debían esquivar para no irse al suelo enseguida. Las estelas de agua de las ruedas traseras dificultaban la visibilidad para aquellos pilotos que no lideraban.

Los protagonistas serían los mismos, pero esta vez Rossi se iría al fondo del grupo, ocupando Norick Abe su puesto en la cabeza. Con Barros liderando como especialista en agua, Biaggi se colocaba segundo, seguido por Roberts, Abe y Capirossi. En tales condiciones tan extremas, los dos mejores pilotos que sabían gestionar esas condiciones eran el brasileño Alex Barros y el estadounidense Kenny Roberts. Max Biaggi y Loris Capirossi tendrían una actuación más precavida, mientras que Abe no dudaría en aprovechar la situación.

Rossi se encontraba lejos de la cabeza. Quizás la caída en la vuelta de formación le lastimó gravemente su Honda, o quizás perdió la confianza en las primeras vueltas. Sin embargo, el italiano iría remontando puestos sigilosamente bajo la lluvia hasta llegar a los primeros.

Mientras que Abe, Barros, Biaggi y Roberts no paraban de intercambiarse posiciones, la lluvia era cada vez más intensa, y la visibilidad ya era bastante reducida. Sin embargo, la carrera continuó a pesar del aguacero.

El equipo de Sito Pons lideró gran parte de la segunda carrera. Foto: MotoGP Fan Zone (twitter)

La lluvia castigó a los pilotos en la pista

A falta de cinco vueltas para el final, Abe dio el máximo, colocándose en primera posición al superar al equipo de Pons, formado por Barros y Capirossi. El japonés parecía rodar cómodo bajo la espesa lluvia, pero sufrió una caída en la penúltima chicane, en la curva de derechas de Biondetti. El culpable, un camuflado charco que era más profundo de lo parecido.

Segundos después, en la primera curva de la siguiente vuelta, Kenny Roberts Jr. también se iría al suelo. Las condiciones ya eran extremas, y la lluvia estaba castigando a los pilotos. La cabeza de carrera ya la formaban Barros, Capirossi, Biaggi y Rossi. Este último fue remontando hasta la cabeza al superar a Crivillé, y finalmente pudo hacer lo mismo con Biaggi para estar justo detrás de Capirossi.

Rossi iba realmente rápido para las condiciones que se daban, yendo de menos a más durante la carrera, y logró recortar varias décimas en pocas vueltas. Dio caza a Capirossi, y faltaba una vuelta para el final. Alex Barros estaba demasiado lejos para él, quedaba medio circuito y tenía 20 puntos muy merecidos en el bolsillo, en unas condiciones muy extremas y haciendo una gran carrera con remontada.

Sin embargo, en el mismo punto en el que se cayó Abe cuatro vueltas antes, Rossi trazó por el mismo charco, por lo que la caída era insalvable. Su Honda quedó destrozada, Capirossi casi se cayó en la misma chicane, y Biaggi veía como lograba un podio gracias a la caída de su máximo rival.

Caída de Valentino Rossi en la chicane Biondetti en la última vuelta. Foto: Pinterest

Rossi no daba explicación alguna, pero tampoco se desesperó por ello. Las cosas no le fueron nada bien desde que comenzó el día, y ese final no fue ni de lejos lo peor que él mismo pudo llegar a pensar. Cerca de 68.000 espectadores italiano aguantaron la lluvia para verle después de carrera, pero el italiano no apareció.

Seguía siendo el líder, pero esa celebración nunca pudo hacerla, y sus flores estaban mojadas y llenas de grava. Barros, el único que no era campeón del mundo de las dos primeras filas de parrilla, demostró su gran talento bajo la lluvia, llevándose la victoria. Capirossi terminó en segunda posición, y Max Biaggi fue tercero.

La lluvia cobró protagonismo en esta carrera, siendo la culpable de muchas de las caídas que se produjeron. Quizás la carrera se debió parar de nuevo, pero dirección de carrera no se decantó por dicha decisión. Un brasileño ganó a los italianos en su casa. Estos no sabían que la lluvia era la mejor amiga de Barros.