La Copa Davis dio el pistoletazo de salida con la jornada del viernes. Los países ya tenían los partidos decididos y solo quedaba ver como transcurrían los mismos. Francia y Canadá decidieron que los partidos de primera ronda fuesen Gael Monfils-Frank Dancevic y Gilles Simon-Vasek Pospisil, los dos jugadores con más ranking de Canadá contra los dos con peor ranking de Francia. Aun con los jugadores con menos ranking en pista, los franceses eran superiores a su rival y, para más ventaja, eligieron la tierra batida, terreno en el que se manejan mejor los tenis galos que los norteamericanos. La ciudad de Guadalupe iba a ser el centro neurálgico del tenis francés durante esta semana, el equipo patrio quiere poner al tenis francés en lo más alto y todo ese camino empezaba con estos primeros pasos.

El primer paso lo tendría que dar Monfils. El francés fue el primero en saltar a pista junto con Frank Dancevic. La desigualdad del ranking era notable: Monfils se sitúa decimosétimo y Dancevic el 245 del ranking mundial. Si a esta diferencia tan notable se le suma que la superficie no era la más predilecta para el canadiense, era de esperar que el partido se le hiciese muy cuesta arriba al canadiense. El partido en sí no tuvo mucha historia. Dancevic intentaba dar la cara y conseguía salvar los muebles con el servicio, pero cuando Monfils pisaba el acelerador y apretaba a su rival le ponía en serios apuros. Los puntos eran muy físicos y aquí tomaba siempre ventaja el francés que venció por 6-3, 6-1, 6-3 en un partido que fue más un trámite para un francés que un verdadero problema.

Con menos presión salió a la pista de Guadalupe Gilles Simon conocedor de la victoria de su compañero. La presión se la trasladó a Vasek Pospisil que si es poco la presión de ser el número uno de tu país, se le añadía el hándicap del resultado general de la eliminatoria; en su mano tenía igualarla o dejarla pendiendo de un hilo. El ranking aquí era más igualado y Pospisil sabía lo que era vencer al tenista francés, eso sí, en pista dura. Aún jugando fuera de casa y con las sus condiciones menos predilectas, Vasek comenzó el partido con dos roturas seguidas que cargaron de esperanza al banquillo canadiense. Poco duró la alegría en el banquillo de Martin Laurendeau que vieron como, juego a juego, Gilles Simon daba la vuelta al marcador y de un 1-5 el set terminó con un 7-5 a favor del galo. El golpe psicológico fue muy duro y Pospisil no se repuso del todo. Para salirse más todavía del partido perdió su primer servicio en el segundo set y, aunque estuvo muy igualado el parcial, lo terminó perdiendo. El tercer set fue una igualdad constante que dejaba efluvios aromas de remontada en los canadienses más optimistas. Gilles Simon supo mantener el pulso al partido y terminó de dar el golpe de gracia para cerrar con un 3-0 en sets y un 7-5, 6-3, 6-3 en los parciales.

Los franceses no quisieron dejar lugar a la sorpresa y, aunque no salieron sus mejores tenistas, ganaron los dos primeros puntos con contundencia. La eliminatoria está encarrilada para los franceses que necesitan sumar uno de los tres puntos que quedan en juego. Los canadienses lo tienen muy difícil para ganar los tres puntos y todo apunta a que se despedirán de la pelea por la “ensaladera”. Aun así los partidos hay que jugarlos y el siguiente será el punto de dobles que lucharan Gasquet y Tsonga por un lado contra Bester y Pospisil por el otro. La eliminatoria sigue abierta y los franceses tienen todas las herramientas para suturarlas.

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