Albert Ramos llegaba al torneo de Winston-Salem para terminar de preparar el último Grand Slam de la temporada, el US Open. Con la mirada puesta en el torneo neoyorquino, el español terminó su participación en los Juegos Olímpicos y comenzó a hacer la gira americana de pista dura para preparar el torneo. A la derrota en primera ronda de los Juegos le siguió otra tempranera eliminación en Cincinnati a manos de Fernando Verdasco. El vigente campeón de Bastad estaba teniendo unas muy discretas participaciones en las pistas rápidas y se agarraba al torneo de Carolina del Norte como última piedra de toque antes de empezar el periplo por el US Open. Esperaba poder mejorar los resultados para llegar más preparado y cargado de moral a la última gran cita de la temporada.

Su rival en primera fue Millman. El tenista australiano, a pesar de estar casi cincuenta puestos en el ranking por debajo de Albert, llegaba con mejores resultados cosechados. Con fama de buen sacador y de moverse bien en la pista, la gente confiaba más en el australiano para la victoria que en Albert Ramos.

Millman comenzó muy metido en el partido con grandes golpes y haciendo honor a su fama de sacador. El australiano aprovechó los errores de Albert desde el fondo de la pista para ponerse con un break arriba en el inicio del set. Le tocó remar a Albert y lo hizo con fuerza. El catalán entró en el partido a mediados de primer parcial y, aprovechando los segundos servicios de su rival, devolvió la rotura y consiguió otra que le iba a servir para ganar el primer set.

Todo invitaba al optimismo hacia el español, pero él mismo se fue complicando poco a poco. A pesar de ponerse con un break arriba en el segundo set, Millman lo devolvió inmediatamente y aseguró sus servicios esperando su oportunidad al resto. Como el corredor que guarda fuerzas para el sprint final, Millman soltó el brazo cuando el marcador estaba 6-5 a su favor. Aprovechó la presión que sentía Albert para aprovecharse de sus errores y sacó fuerzas para anotarse el segundo parcial con una rotura.

Estaba todo por decidir en el tercer y definitivo set. Pronto se vio que el partido se iba a decidir por los errores propios más que por los aciertos rivales. Aunque Albert Ramos comenzó muy metido en el set, se fue desinflando y solo sacaba pecho cuando le tocaba servir. Uno de esos turnos de saque se le complicó más de la cuenta y Millman, que vio cojear a la presa se abalanzó sobre ella para darle el golpe definitivo en forma de rotura en blanco. El australiano se esmeró en los servicios y Albert no encontró oportunidad de pelear por el partido. A punto estuvo de la bola de break en el último turno de su rival, pero Millman aguantó bien la presión para pasar a octavos de final y jugarse las habichuelas con Fratangelo.  

Con esta derrota ya son cuatro seguidas las que enlaza el tenista español. La pista dura no es su escenario favorito y su rendimiento está dejando mucho que desear. Pelea los partidos pero no le sirve para ganar y no se le ve del todo cómodo en la superficie. La preparación en cuanto a ritmo de juego no va a ser la mejor, pero veremos de que es capaz Albert Ramos en el último Grande de la temporada.