Hace 18 años, Mirjana Lucic-Baroni se metía en su primera y hasta ahora única semifinal de Grand Slam. En Wimbledon 1999, la croata conseguía lo que hasta este torneo era un hito en su carrera. Apenas dos meses más tarde, Serena Williams se hacía con su primer Grand Slam: el US Open. En esa temporada, la croata tenía apenas 17 años y Serena 18 y mientras que la carrera de la primera encalló, la de la estadounidense no hizo más que despegar.

El año pasado, Serena cayó en la final ante Angelique Kerber. Parecía que a la estadounidense se le resistía el Grand Slam que le igualaba con Steffi Graff. Una vez más, Wimbledon fue el torneo que permitió a la jugadora de Michigan empatar con la alemana, pero no quiere que la cuenta pare ahí. La superioridad que la pequeña de las hermanas Williams ha demostrado a lo largo de su carrera permite que a pesar de las lesiones y de la edad siga ganando.

El partido no tuvo historia

Serena ganó el 92% de puntos con el primer servicio. Eso significó que la número dos del mundo no permitiera ni una sola pelota de rotura. Es cierto que el segundo saque resultó bastante sencillo de atacar para la croata y la estadounidense solo se hizo con un 33% de esos puntos con el segundo servicio. Lucic-Baroni consiguió aguantar su primer saque, pero el vendaval que le vino después la dejó sin apenas opciones.

Serena no tuvo ningún problema.Como en muchos partidos, Serena impuso su ritmo desde el primer momento y cuando esto sucede, su rival solo puede rezar. A la estadounidense hay que moverla, si la dejas estar en el centro de la pista y golpear cómoda es prácticamente imposible vencerla. Es cierto que Lucic-Baroni atacó bastante, pero incurrió en muchos fallos e imposibilitó que la croata pudiera hacer algo. El segundo set fue parecido al primero, Lucic-Baroni consiguió nuevamente mantener su primer servicio, pero ahí acabo su resistencia.

La final del Open de Australia enfrentará nuevamente a las hermanas Williams. Ocho años después de la última final de Grand Slam entre ambas (Wimbledon 2009), las estadounidenses se vuelven a jugar un gran título. La que probablemente es una de las grandes rivalidades del tenis femenino en la historia tiene un nuevo capítulo. Oracene Williams (la madre de las jugadoras) dio a luz a dos auténticas leyendas de este deporte, que una vez más lucharán por demostrar quien es la mejor, como lo hacían cuando jugaban juntas de pequeñas.