Wawrinka, que venció a Ricardas Berankis en la primera ronda el martes, estaba disputando su primer torneo desde julio de 2017 en Wimbledon. El suizo se sometió a dos cirugías de rodilla izquierda el año pasado y por lo movimientos que tuvo en la cancha, se notó que todavía no esta bien de la rodilla, ya que nunca logró pegar bien parado, se lo vio inestable y sin la dinámica que lo caracteriza. Fundamentalmente su potencia debe estar bien reforzada con una estructura física adecuada, ya que sino sus potentes disparos pasan a ser inestables.

El tenista norteamericano fue superior al de Lausana de principio a fin, con un gran juego desplegado sobre la pista y practicando un tenis desenfadado, lo ataco no tuvo piedad desde el primer minuto del partido. En el primer set el norteamericano tardo solo cuatro juegos para empezar a complicar a Wawrinka. Ya en el cuarto juego puso presión sobre el segundo saque del suizo que se notaba sus molestias en la rodilla y no podía impactar como se debe la bola. Por eso el norteamericano dispuso de tres puntos de quiebre, que no los supo aprovechar. Pero a partir del sexto juego, Sandgren lo paso literalmente por encima, moviéndolo de punta a punta, haciendo que el suizo pegue a la carrera y eso generaba errores no forzados. Ese planteo de juego llevó a quebrar en el sexto y octavo game y sentenciar el primer set.

Wawrinka que se arrastraba por la cancha, comenzó el segundo no pudiendo devolverle el servicio al norteamericano, para luego ceder su servicio. Ya con el 2-0 Sandgren, supo administrar sus juegos de servicio, generando ángulos con el saque, haciendo que nunca Wawrinka se conecte con el partido y esos deslizamientos hicieron que el suizo tuviera una baja efectividad en puntos ganados con la devolución.

Sendgren, volvió a quebrar el saque para colocarse 4-0, tras siete oportunidades de quiebre donde Stan intento sostener su saque, en la séptima oportunidad el norteamericano se metió dentro de la cancha y se quedó con el servicio del suizo. Para luego sostener su saque y quedarse con la segunda manga. En el tercer set, el estadounidense volvió a quebrar rápidamente y eso le bastó para cerrar el partido manteniendo su servicio. Los últimos juegos, fueron un suplicio para el suizo, que por su coraje se mantuvo parado dentro de la cancha.

Wawrinka sufrió el partido, no estuvo dentro de la cancha, no fue el jugador de antes y eso se notó en los desplazamientos y en la manera de impactar a la bola. Sendgren jugó un tremendo partido, inteligente, logro mover al suizo sacándolo de su eje y golpeando en los momentos oportunos. Ahora Sendgren jugara con otra sorpresa del Abierto de Australia, el belga Marterer que le ganó a Fernando Verdasco en cinco set.