Diego Schwartzman, número 15 del mundo y décimo favorito en el principado, se recompuso después de un primer set para el olvido y pudo imponerse ante su compatriota Guido Pella para avanzar a la tercera ronda del Másters 1000 de Montecarlo. Si hay algo que caracteriza al “Peque” es la entrega y la determinación para no bajar nunca los brazos. Tras caer 0-6 en la primera manga, en el cual cada golpe se convertía llamativamente en un yerro, comenzó a transformar los errores en aciertos y el fastidio en aliento para terminar eliminando a su amigo bahiense del tercer Másters  1000 de la temporada.

A falta de 10 minutos para cumplirse las dos horas de acción, Diego redondeó una actuación que lo deja con mayor saldo positivo que negativo. Pella pagó caro la desatención a comienzo del segundo parcial y le dio vida a un verdadero guerrero, que sabe cómo  luchar contra las adversidades y modificar los resultados de un momento para otro. Así fue, el tenista porteño rompió en varias oportunidades el saque de Pella y se adueñó de los dos siguientes parciales por 6-2 y 6-3.

El sorteo le propició un horrible destino al tenis argentino. Apenas dos jugadores albicelestes consiguieron acceder al cuadro principal de Montecarlo, donde la suerte del azar se alinearía definitivamente en la vereda opuesta y determinaría, desgraciadamente,  el cruce de argentinos en la segunda instancia del torneo. Nunca es fácil jugar contra un viejo conocido y Schwartzman lo notó durante un largo tramo del juego: falló disparos pocos habituales para un jugador de su talla y la constancia de su tenis demoró en hacerse presente.

El tenis tiene éstas particularidades, mientras que 10 días atrás Guido y Diego luchaban por un objetivo en común, rescatar a la Argentina del grupo Americano de Copa Davis ante el conjunto chileno, en la jornada de hoy debieron dejar la amistad en un segundo plano para retarse a duelo en Montecarlo con el fin de consolidarse como el único representante de su país. Schwartzman estaba irreconocible. La profundidad y la regularidad de sus impactos estuvieron ocultas en el primer parcial en el que los errores no forzados se hicieron dueños de la escena. Esta situación fue aprovechada por Pella que, sin necesitar de un nivel aplastante, se adelantó en el marcador tras  un contundente 6-0.

No obstante, el sello diferenciador del gigante Diego Schwartzman, apareció de repente en la segunda manga y a base de mucho carácter y  corazón, comenzó una remontada increíble. El primer juego del segundo set fue fundamental para que el top 15 se llene de aire positivo y aumente su confianza. Pella no supo manejar el partido cuando tenía todo a su merced, erró puntos puntuales y no pesó nunca con su servicio.

Diego no brilló sobre el polvo de ladrillo de Montecarlo pero consiguió arrebatarle el sueño al bahiense que sigue con muchos altibajos en su rendimiento. Tras inhalar dos parciales seguidos  (6-2 y 6-3), el “Peque" se metió en la tercera ronda del torneo, donde se enfrentará al francés Richard Gasquet.