Su extraordinaria inteligencia, saber estar y madurez contrastan con sus todavía 19 primaveras. Pero Marketa Vondrousova no se iba a conformar con llegar a semifinales de Roland Garros. Su talento innato para estar siempre ahí y no desvanecerse nunca, vaya como vaya y entre como entre a un partido, merecía tener el premio de disputar una final de Grand Slam. Y así va a ser, puesto que la joven checa desesperó a la británica Johanna Konta, 26 del ránking mundial y ocho años más mayor que ella, en las semifinales del cuadro femenino, al derrotarla como mejor sabe, yendo a remolque, por un marcador final de 7-5 y 7-6(2). Relegadas a la pista Simonne Mathieu por culpa de la lluvia que obligó a posponer hasta hoy viernes la jornada de semifinales, ambas jugadoras protagonizaron un choque intenso, de mucha igualdad pero en el que finalmente prevaleció la táctica de Vondrousova, mucho más estable que su rival. 

Konta se disparó hasta los 41 errores no forzados, por los 22 de Vondrousova, ganando solamente un 54% de puntos con primer servicio

El día de más que tuvo que esperar para jugar este partido y siempre con la amenaza constante de la lluvia que, afortunadamente, no llegó a caer con todo su peso sobre la pista, parecieron afectar inicialmente a Vondrousova, que salió muy parada y sin ninguna sensación en sus piernas, una de las claves de su juego. Esto lo aprovechó Konta para colocarse 2-0 y 0-30, ganando los diez primeros puntos del encuentro. Pero esto no era nada nuevo para Vondrousova, acostumbrada a ir de menos a más en casi todos sus partidos. Así lo ha hecho durante este torneo ante Carla Suárez o Petra Martic y así lo iba a acabar haciendo con Konta. 

La checa es de esas jugadoras que parece que no están pero que nunca, absolutamente nunca, se van de los partidos. La iniciativa era clara por parte de Konta, como siempre, muy agresiva, pero la solidez de Vondrousova la impedía rematar la faena. Especialmente doloroso fue el error de bulto que cometió la británica con 5-3 y 15-40 a su favor, enviando directamente fuera una volea de largo recorrido por no tener la paciencia necesaria para un punto de vital importancia como ese. Tal como suele hacer, Vondrousova fue ganando terreno como si fuese una hormiguita y casi sin darse cuenta, el set cayó en su poder. Del 5-3 se pasó al 7-5. Cuatro juegos consecutivos en los que la checa dio muestra de su gran versatilidad, con un par de 'passing shots' en cada 'break' marca de la casa. El segundo de ellos, un globo de revés cortado que dejó patidifusa a Konta, que seguramente en ese momento se estaría acordando de aquella volea mal ejecutada.

El segundo set fue similar. Vondrousova repitió su táctica de ir de menos a más y, nuevamente, asestó el golpe definitivo en el momento decisivo. Konta volvió a sacar con 5-4 para hacerse con el set, pero sus nervios la traicionaron de nuevo, dejando escapar la ventaja con otro error claro, esta vez una doble falta. Ya no había vuelta atrás para la británica, incapaz de alcanzar la estabilidad y madurez de su rival, una Vondrousova que encaró el posterior 'tie-break' con la confianza de saberse mejor tenista. Un esclarecedor 7-2, finiquitado con otra excelsa dejada, ponía punto y final a la exhibición táctica de la checa, a la que no le importa ir a remolque en la mayoría de sus partidos, porque casi siempre suele llegar a la orilla sin perder la vida. 

Roland Garros 2019 tendrá nueva campeona y además, también de Grand Slam. Esto es el circuito WTA, donde nada está escrito. La rival de Vondrousova será la única top10 que quedaba en las semifinales, la australiana Ashleigh Barty, encargada de poner fin al sueño de la adolescente estadounidense Amanda Anisimova, a la que remontó un set para ganar por 6-7 6-3 y 6-3. Barty y Vondrousova, números ocho y 38 del mundo, respectivamente, se disputarán la gloria en la final más importante de sus vidas.