A sus 29 años, Jan-Lennard Struff se está convirtiendo en una de las sorpresas más positivas en lo que se ha disputado de temporada en el circuito ATP. Tras una más que solvente gira de tierra batida, con los octavos de Roland Garros como gran referencia, el potente jugador alemán ha comenzado como un tiro en la que debería ser, por sus cualidades de pegador, su mejor superficie: la hierba. El número 38 del mundo, firmó una sólida actuación para plantarse en las semifinales del ATP 250 de Stuttgart, torneo con el que ha dado comienzo dicha gira sobre césped, venciendo por un doble 6-4 al campeón de este mismo evento en 2017, el francés Lucas Pouille, 12 puestos por delante de él en el ránking ATP. Con este triunfo, el alemán se desquita de sus tres anteriores derrotas frente a Pouille, dos de ellas producidas en esta misma superficie, la última hace, precisamente, dos años en los octavos de final de este mismo escenario. 

Muy contundente con su servicio Struff: ninguna bola de 'break' concedida, y sólo nueve puntos perdidos en total

El encuentro siempre tuvo claro color local. Desde el inicio, Struff impuso su mayor pegada, sobre todo con el servicio y su golpe de derecha, lo mejor de su repertorio. Pouille sólo pudo aguantar hasta el 4-4, momento en el que Struff desequilibró el marcador a su favor con su primer 'break' del partido. El alemán dio por buena la rotura para apuntarse el primer set por 6-4 después de ceder solamente tres puntos con su saque. Su superioridad fue manifiesta en la reanudación, donde buscó con ahínco el 'break' definitivo. Este, finalmente llegó en el mismo momento que en el primer parcial. Con empate a cuatro en el marcador, y tras haber desperdiciado siete de las ocho bolas de rotura de las que había gozado a lo largo de este set, Struff no se complicó más el choque y dio la puntilla (6-4), a un Pouille absolutamente negado. La extrema irregularidad ha vuelto a ser el talón de Aquiles del galo que, desde que comenzara el año alcanzando las semifinales en el Open de Australia, no ha logrado mostrar su mejor nivel en el circuito. 

Todo lo contrario que su verdugo, un Jan-Lennard Struff al que habría que aplicar el dicho de mejor tarde que nunca. Rozando la treintena, y tras una carrera más enfocada en dobles, el oriundo de Warstein ha demostrado que puede hacerse un hueco entre los mejores del mundo. Ahora buscará su primera final como profesional y para ello, tendrá que vencer la resistencia del italiano Matteo Berrettini, 30 del ránking ATP y ganador del primer choque de cuartos de final de la jornada ante el estadounidense Denis Kudla