La temporada 2016 ha terminado y la figura de la alemana Angelique Kerber reluce por encima de las demás jugadoras de la WTA, y no es para menos. Angelique ha dado lecciones de lucha y de no dejarse nada en la pista y gracias a ello se ha convertido en número uno y conseguido dos títulos de Grand Slam: Australia y US Open. De menor nivel fue la corona conseguida en Stuttgart. También consiguió finales en la Masters Cup, Brisbane y en Wimbledon, así como llevarse la medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Rio.

Australia, el primero

Pocos esperaban que Kerber pudiera ganar un Grand Slam y lo hizo en Australia y ni más ni menos que ante la número uno Serena Williams en la final del torneo. Curiosamente estuvo a un Tie- Break de perder en la primera ronda del torneo Australiano, después de que la japonesa Misaki Doi se situara con 7-6 6-6, aunque finalmente se impuso Kerber por 6-7 7-6 6-3. Las fantásticas victorias conseguidas ante Victoria Azarenka, Johanna Konta o Serena Williams ya hacían presagiar que este año iba a ser una jugadora a tener en cuenta para los torneos de mayor entidad. Este torneo supuso un antes y un después en la temporada de la tenista teutona y el tenis fantástico que ofreció a buen seguro le dio la confianza necesaria para creerse que podía conseguir todavía cotas más altas en su carrera y el momento era el ideal debido al bajón tenístico que ha experimentado Serena Williams en esta temporada.

La preparación para el primer "grande" del año no fue excesivamente esperanzadora e incluso preocupó un poco a los organizadores del Australian Open después de que no pudiera disputar la segunda ronda del torneo de Sydney por lesión ante Ekaterina Makarova. La semana anterior consiguió meterse en la final del torneo de Brisbane, en la final se vio superada por una gran Victoria Azarenka.

Los siguientes torneos sobre pista dura después de ganar el Open de Australia no fueron los esperados y cayó en primera ronda de Doha ante Saisai Zheng, así como en Indian Wells ante Denisa Allertova. El oasis lo encontró en Miami, torneo en el que alcanzó las semifinales cayendo ante Victoria Azarenka, pero se volvieron a ver destellos de la mejor Kerber.

Angelique Kerber con la copa de campeona del Open de Australia. Foto:Zimbio
Angelique Kerber con la copa de campeona del Open de Australia. Foto:Zimbio

Necesita mejorar: tierra batida

Si se puede sacar algún apartado negativo a la temporada de Angelique Kerber ha sido la temporada sobre tierra batida. Tan solo el triunfo en Stuttgart ha estado acorde a los resultados esperados por Angelique. En Stuttgart se llevó el título ante Laura Siegemund haciendo un gran tenis en todo el torneo. El otro torneo donde cosechó victorias en tierra fue en Charleston, torneo en el que llegó hasta las semifinales, donde Sloane Stephens la derrotó. No volvería a ganar ningún partido más en tierra batida en torneos WTA y cosechó hasta tres derrotas consecutivas: (Madrid- Barbora Strycova)- (Roma- Eugenie Bouchard)- (Roland Garros- Kiki Bertens)

La derrota en Roland Garros fue el único fallo en un Grand Slam de la tenista germana, lo que habla muy bien de la regularidad que ha llevado en esta temporada. Sin duda, la tierra batida deberá ser su principal objetivo la temporada que viene, ya que no defiende prácticamente puntos y se puede llegar a adaptar muy bien a la tierra por su estilo de juego.

Angelique Kerber con el trofeo de ganadora de Stuttgart: Foto Zimbio
Angelique Kerber con el trofeo de ganadora de Stuttgart. Foto: Zimbio

La temporada de hierba volvió a verse la mejor cara de Kerber después de una gira de tierra muy negativa para sus intereses con tan solo seis victorias en dos torneos y tres primeras rondas.

Gran nivel ofecido en hierba con cuartos en Birmingham y final en Wimbledon

Birmingham fue el lugar que Angelique eligió para preparar Wimbledon y, aunque el torneo no fue muy bueno ya que perdió con Carla Suarez en cuartos, le sirvió para llegar a un gran nivel a Wimbledon y se metió en la final. Allí Serena Williams es muy difícil de batir por sus características y se tomó la revancha del Open de Australia.

El US Open, la reválida

La preparación para el último Grand Slam del año fue muy buena y aunque después de Wimbledon decidió jugar el torneo de Bastad (tierra batida) donde sufrió una lesión que le impidió jugar la segunda ronda ante Lara Arruabarrena y se encendían las alarmas sobre su estado físico, finalmente no fue nada y la semana siguiente pudo disputar el Master 1000 de Montreal, donde cayó en semis ante Simona Halep. Después de este torneo conseguiría uno de los grandes logros de la temporada, como fue el conseguir la medalla de plata en los Juegos Olímpicos. En la final cayó ante Mónica Puig en un gran partido. 

Angelique Kerber a la izquierda con la medalla de plata. Foto: Angelique-Kerber.de
Angelique Kerber a la izquierda con la medalla de plata. Foto: Angelique-Kerber.de

Lejos de afectarle está derrota decidió acudir al Master 1000 de Cincinnati, torneo en el que se metió en la final y fue derrotada por una gran Karolina Pliskova en la final. Con estos resultados llegaba al último Grand Slam de la temporada y de nuevo como ocurrió en Australia el tenis brillante de Kerber volvió a aparecer para conseguir ganar la final ante Pliskova y con ello vengarse de su derrota en Cincinnati. Además consiguió uno de esos logros que todos los deportistas sueñan: convertirse en número uno mundial destronando a Serena Williams.

Angelique Kerber con el título de campeona del US Open: Foto Zimbio
Angelique Kerber con el título de campeona del US Open. Foto: Zimbio

Final de temporada con alti-bajos

La gira asiática fue bastante negativa por parte de la germana. Tercera ronda en Pekín ante Elina Svitolina, tercera también en Hong Kong ante Daria Gavrilova y segunda en Wuhan ante Petra Kvitova. De nuevo volvió a aparecer en el momento más importante la Masters Cup. En este torneo se volvió a ver la mejor versión de la tenista alemana y llegó hasta la final, donde cayó en un gran partido ante una inspiradísima Dominika Cibulkova, después de ganar todos los partidos del Round Robin y las semifinales. Si algo debe intentar mejorar en 2017 es su juego sobre tierra batida y la regularidad en toda la temporada, ya que acumula demasiadas derrotas que no debería tener ante jugadoras netamente inferiores.

Angelique Kerber con el trofeo que la acredita como número 1 del mundo. Foto:Zimbio
Angelique Kerber con el trofeo que la acredita como número 1 del mundo. Foto: Zimbio