Ser más que el hijo de una leyenda

Hugo Sánchez Portugal estuvo en el momento soñado con su padre para después entender que un apellido inmortal pesa demasiado en la cancha.

Ser más que el hijo de una leyenda
(Foto: Agencias)
ivanruizt
Por José Iván Ruiz Trejo

Era el 15 de Mayo de 2004 y los Pumas de la UNAM se enfrentaban a un Monterrey con una plantilla de temer, con jugadores como Guillermo Franco, Jesús Arellano y Pablo Rotchen. Los universitarios eran de los equipos más espectaculares de aquel Clasurua 2004 y luchaban por un mejor lugar en la tabla general para poder recibir todos los partidos en casa en la liguilla. La meta era seguir haciendo pesar CU hasta hacerla inexpugnable.

Ese día no solo era enmarcado porque Pumas derrotó a los regios por 3-2 con sendos goles de Marioni y otro gran debutante que era Efraín Velarde. Esa tarde, el “Macho” le dio sus primeros minutos en primera división al gran vástago que tenía. Hugo Sánchez Portugal era jugador profesional y tenía su momento estelar en el campo.

Francisco Fonseca fue el sacrificado para que ingresara Sánchez Portugal con toda la bendición de su padre quien, a pesar de todo, no estaba desilusionado de que su hijo no tuviera la misma posición que lo hizo inmortal. La gente lo ovacionó con toda la fuerza de sus aplausos en aquel minuto 88 del partido. Todavía se dio el lujo de darle un gran pase al “Barullo” pero este recibió una falta.

Seis juegos más tarde, el premio de la familia vendría con la coronación de Pumas después de 13 años de espera impaciente. Tenía que ser una estrella como Hugo el que sacudía aquella malaria de tanto tiempo sin ver a los auriazules con una estrella en el pecho. Los dos estaban emocionados hasta las lágrimas en esa tarde dramática de penales ante el Guadalajara.

Y les alcanzó para lograr lo que nadie había hecho en torneos cortos: un ansiado bicampeonato que hacía de Pumas uno de los históricos del balompié nacional. Sánchez Portugal superaba como jugador a Sánchez Márquez pero no lo hubiera logrado sin él, sin su apoyo y su paciencia. Y sobre todo, sin su guía que parecía ser la correcta.

Pero los cuentos de hadas no duran lo suficiente en la vida real. Hugo dejó a Pumas en el 2005 y en su espalda se llevó la continuidad de jugador de Sánchez Portugal. El apellido ya no era bien recibido en CU y tuvo que buscar su propio camino como pudiera. Fue el Atlante el que todavía creyó en él, en su calidad como defensor y su 1,82 de estatura. No funcionó y después de no ver nada de actividad en aquel torneo, dejó los tachones colgados y el apellido en los vestidores.

Sánchez Portugal falleció el sábado pasado. El peso de ser hijo de un pentapichichi no le dio la calidad como futbolista, pero sí como persona. Heredó de “Hugol” la personalidad y el carácter. Su paso en el terreno de juego fue corto, pero nadie dudará que en su paso, conquistó mas preseas que otros deportistas que le dedicaron toda su vida.