Dos equipos que tras las primeras jornadas tenían más dudas que certezas en los ojos de la afición, no encontraban su mejor versión de juego tras generar altas expectativas.

Las altas expectativas hacia el conjunto de Tigres eran naturales después del campeonato conseguido en Navidad frente al America. Uno de los proyectos mejor fabricados en el futbol mexicano se encontraba ante una crisis de resultados y quizas también de juego al no poder encontrar las fichas que lo llevaran a ser ese cuadro dominante al que nos tenían acostumbrados.

Del otro lado, mientras Tigres jugaba aquella final, Cruz Azul presentaba con bombos y platillos un nuevo proyecto de la mano del español Paco Jémez, quien viviría su primera aventura en el futbol mexicano tras un paso por España donde recibía elogios por su arriesgado estilo juego en un equipo poco presupuesto.

Cruz Azul arrancó el campeonato con una victoria en su cancha frente a Necaxa donde mostró que el estilo por el que Jémez ganó fama lo acompañaría también a México, su primer encuentro elevó las expectativas de todos y se esperaban grandes cosas de la Máquina que a partir de la J2 ya no encontró la victoria ni en Liga ni en la Copa en donde se daba la oportunidad de experimentar en la elección de futbolistas y de diferentes esquemas aunque siempre manteniendo la misma idea de juego de dominar en la cancha a través de la tenencia balón y la correcta ocupación de los espacios del rectángulo verde.

Eran demasiadas las ocasiones en que los de azul celeste llegaba al marco rival sin la suerte de poder hacer efectivas las numerosas oportunidades creadas. Los goles de Cruz Azul se basaban en alguna genialidad del refuerzo Angel Mena o de algún balón parado más que en el juego asociativo que proponía Jémez, en donde las jugadas comenzaban desde el arquero y con pases cortos y rápidos por dentro se buscaba llevar el balón a los extremos para que estos buscarán hacer daño desde los costados.

Llegó la victoria en un juego de Copa en que Paco acomodó a muchas de sus mejores piezas en un sistema de 3-5-2 juntando a sus 2 centros delanteros (Benitez y Cauteruccio) desde el inicio. Tras funcionarle este sistema en Copa intentó algo similar ese mismo fin de semana en Liga vs América, situación que salió más que fallida.

La clave en aquel duelo de Copa fue la participación que tuvo Angel Mena cercano a la elaboración del juego como un volante interior, desde ahí tenía la libertad para crear, activar y asociarse, mientras que en el duelo contra las águilas, Jémez lo acomodó por una banda estando más aislado del juego y en poco contacto con la pelota para ser él quien activará a Caute y Benitez.

Esa derrota no mermó la actitud celeste que para el siguiente juego, mantuvo la base de todo el torneo, volvió al esquema de 4-2-3-1 y encontró la victoria vs Jaguares. Aquella victoria tuvo un detalle táctico más que interesante en el momento en que ingresó Cristian Giménez y tornó el parado a un 4-1-4-1 en donde Mena compartía la faceta creativa con Giménez como en aquella victoria en copa.

Lo de Tigres fue mucho más sencillo de reparar por el conocimiento que tiene Ricardo Ferreti de la mayoría de sus piezas. Con la llegada de un lateral derecho como Luis Advincula, Jesús Dueñas pudo volver a ser utilizado con volante central a un lado de Guido Pizarro. Esto devolvió mucho equilibrio a Tigres en su mediocampo que se vio aún más beneficiado por la también contratación del chileno Eduardo Vargas que se ha hecho de la titularidad ocupando la función que hacía Rafael Sobis en el campeonato de 2015. Eduardo Vargas se convirtió en un mediapunta/interior que en el momento de la creación se convierte en un mediocampista mientras que eal momento de estar Tigres ya cerca del área se mantiene por detrás de Gignac como el mediapunta. 

Esto ha acercado a Tigres a ser mucho mejor equipo del que inició el campeonato, además de que Ferreti encontró una variante de un 4-4-2 en rombo en que Luis Quiñones y Jurgen Damm parten de adentro hacia afuera como interiores dejando a Jesus Dueñas en la mediapunta detrás de Vargas y Gignac.

Sin duda, el juego del Sábado será un partido sumamente interesante por todas las variantes que han hallado ambos estrategas en sus equipos. Ambos llegan tras una victoria a media semana en donde Cruz Azul accedió a semifinales de Copa MX en un juego en que Cauteruccio se encontró con el gol marcando un triplete, mientras que Tigres se acercó a la final de Concachampions venciendo a Vancouver. En este partido, Tigres logró terminar el juego con 8 futbolistas de estirpe ofensiva mantiendo el orden, cosa que sin duda no es nada sencilla.