Las primeras cinco jornadas del Clausura 2018 significaron una revolución total para Pumas en todos los ámbitos: el equipo mostraba ímpetu al momento de ejercer presión y capacidad para responder cuando el rival se veía superior en el terreno de juego. Además, el español Alejandro Arribas demostraba ser el socio perfecto en la central y Matías Alustiza (de quien se dudaba en el inicio) no tardó en hacer clic con Nicolás Castillo.

DEFENSA

Sin embargo, conforme pasaron las semanas, los errores que mostraba en un principio el equipo auriazul no se corrigieron: a lo largo de la campaña sufrió para defender a balón parado y pagó el precio en los cuartos de final vs América. Otro error constante en la parte baja pasó por las laterales, donde Luis Fuentes no tuvo el mejor performance y en varias oportunidades sufría para recuperar el balón en ese costado, de igual forma brindó poco en la ofensiva. El mismo caso sucedió con Josecarlos Van Rankin, quien con altibajos dio mejor exhibición a la hora de atacar que para defender, una vez más mostró que no es garantía para evitar la caída del marco. Alfredo Saldívar en el marco se le vio inseguro en muchas ocasiones, principalmente a la hora en la que le remataban en el área, aunque tuvo actuaciones destacadas en los últimos dos partidos

El caso de los centrales es para destacar, principalmente por el desplome que si vivió a raíz de la caída ante Veracruz. Arribas tuvo buenas intervenciones en momentos clave, parecía que sus carencias a la hora de salir con balón controlado (ya conocidas en España) no iban a ser obstáculo, muchos menos el carácter explosivo. Pero a raíz de la pintada de cara por parte de los escualos, todo lo bueno que enseñó se perdió: comenzaron las expulsiones y el desentendimiento para ubicarse no se corrigió.

Luis Quintana parecía que daba la garantía de ser el defensor de la cantera que tanto se esperaba y no era para menos, su rendimiento fue quizás el más constante de toda la línea, pero también en él rindió la irregularidad que se apoderó de todos. David Patiño tampoco podía mostrar muchas variantes, en el costado izquierdo Alan Mendoza no estuvo a la altura, tanto que no fue capaz de quitarle la titularidad a Fuentes. De igual forma, parece inexplicable cómo Alan Mozo (marcador por derecha) no se ganó un lugar en el XI cuando reinaba el calvario. La desafortunada lesión de Rodrigo González en Copa MX, marginó una variante viable cuando no estaba uno de los centrales. Pablo Jáquez, tampoco garantizó seguridad cuando se le dio oportunidad.

MEDIOCAMPO

Si algo le perjudicó al cuadro del Pedregal fue la poca movilidad, con el paso de las semanas, que mostraron Abraham González (quien cada vez que ingresaba el ataque se veía mermado) y David Cabrera que jamás terminó por despertar e incluso fue relegado al banquillo. En el caso de Marcelo Díaz, si bien en más de una ocasión mostró ser el mejor en la contención al salvar del desastre a Pumas, quedó comprobado que la edad ya es un factor y que necesita de alguien confiable para que le ayude a proyectar peligro cuando se queda sin opción. No por nada su versión más débil se vio en la liguilla.

Del argentino Mauro Formica, se le recuerda aquellas primeras dos jornadas donde parecía que la asociación con los extremos y el nueve daba frutos, de manera inverosímil conforme incrementó su actividad, los pases que generaba y capacidad para brindar situaciones de gol se nubló, incluso se le notaba más lento que en el principio.

DELANTEROS

Castillo llegó renovado a su última temporada, había pasado por el quirófano, debido a la lesión en el tobillo que lo aquejaba desde hace tiempo. De nuevo volvió a ser el futbolista más determinante del equipo al sumar 12 dianas en la liga, pero tristemente otra vez se convirtió en la única solución cuando la escuadra agonizaba. Uno de los principales errores, al transcurrir las semanas, fue centralizar todo el juego en el chileno.

Alustiza, como ya se citó, parecía ser el socio ideal del goleador aunque un bache en el rendimiento a medio torneo lo relegó incluso a la banca. Pero recuperó su mejor versión en las últimas fechas. Será un reto ayudarle a encontrar a un nueve en el cual pueda apoyarse para la segunda mitad del año. También mantener su nivel será fundamental, aunque sea por 60 minutos cada partido.

Jesús Gallardo parecía que por fin despegaba a plenitud, pero sus movimientos se volvieron predecibles cada vez más y los rivales le dieron lectura fácil a todo lo que intentaba hacer. De igual manera, despertó en las últimas semanas y sólo tuvo algunos chispazos en liguilla. Pablo Barrera se apagó después del cotejo vs la academia y desde entonces se le vio con poco ímpetu para recuperar, atacar y meter la pierna. Alan Acosta dio impresiones de ser buen revulsivo y Yuber Asprilla pasó de noche en el equipo.

ENTRENADOR

Patiño brindó apariencias de que tenía a los jugadores controlados y la capacidad para tener en puestos de liguilla, pero jamás corrigió el problema defensivo a balón parado, le faltó manejo de partido en varias ocasiones y en lugar de incrementar la ventaja (cada que tenía la posibilidad), tiraba el XI atrás. Al final parecía que el vestidor se le había ido de las manos y lo tenía roto.

Pumas fue eliminado en cuartos de final con una paliza, se clasificó como séptimo lugar con 24 puntos, recibió 24 tantos en contra y en el Olímpico Universitario ganó cuatro de 12 partidos. El futuro con las bajas parece incierto, por lo que deberán hacer un correcto mercado de transferencias para volver a los primeros planos.