Más allá de contar con jugadores como Edson Puch, Brian Fernández y Mauro Quiroga, desde su regreso a la Primera División en 2016, el conjunto de Necaxa ha tenido en la portería a sus elementos más constantes y determinantes: Marcelo Barovero y Hugo González.

El cancerbero mexicano llegó a los Rayos para el torneo Apertura 2018, con la intención de cubrir el gran hueco que dejó Trapito, quien, pese a estar solamente dos años, se convirtió en un referente, debido a que, con su notable calidad y enorme liderazgo, fue pieza clave para la permanencia del equipo electricista en el máximo circuito.

La tarea no era nada fácil para el nacido en San Luis Potosí, no sólo por tratar de llenar los zapatos del arquero argentino, sino también por la forma en que llegó a Aguascalientes. Su salida —a préstamo— de Monterrey se dio luego de que su accionar fuera bastante criticado por parte de la prensa y afición norteña.

Sin embargo, una vez pisando la «Tierra de la gente buena», su rendimiento fue ascendente; con Rafael Cuevas como entrenador de porteros, llegó al nivel más alto en su carrera. Fue vital para que, en la etapa de Guillermo Vázquez, Necaxa accediera a dos liguillas consecutivas; sus atajadas significaron puntos.

Sus repetidas grandes actuaciones provocaron que volviera ser convocado por la selección de México. Además, el entonces capitán necaxista fue elegido por la Liga MX como el mejor guardameta del semestre Apertura 2019.

Ahora, después de poco menos de dos años, Hugo González abandona a los Rayos tras terminar su sesión, dejando vacante una posición que siempre mantuvo segura y siendo, para algunos, el mejor portero mexicano del momento.