Hace tiempo que Monarcas Morelia es más que el típico grupo de futbolistas que cumplen con su trabajo de cada día, hace tiempo que el grupo comandado por Roberto Hernández ha forjado una unión que hoy en día se ve reflejada dentro y fueras de las canchas.

Pelear un descenso no es una situación sencilla, sin embargo es en el momento de mayor dificultad en el que la casta sale a flote, así lo demostró Morelia en aquel partido en Monterrey frente a Rayados, donde lograron conservar la categoría con un gol de último minuto. 

Tras olvidarse del temor por el descenso con el nuevo promedio Morelia ha dado una buena campaña, misma que lo tiene colocado en zona de liguilla, algunos ya lo consideran el caballo negro de la presente temporada, aunado a las buenas actuaciones que suele dar en calidad de visitante.

Monarcas tiene actualmente 5 referentes en el vestidor, que son muy queridos por la afición y que reciben siempre una ovación cuando el sonido local menciona su nombre, iniciando por Sebastián Sosa, convertido en uno de los mejores arqueros de la liga que ha sabido ganarse a la afición no sólo con sus grandes atajadas, también por sus acciones fuera del terreno de juego. El segundo es Gabriel Achilier, capitán del equipo que irradia serenidad, orden y seguridad en la defensa, el tercero es Rodolfo Vilchis, que parece haber recuperado su alto nivel competitivo, además de ser uno de los jugadores de mayor empatía con la fición, por su conocido sentido del humor. 

Raúl Ruidíaz y Roberto Hernández complementan los nombres de los más queridos por la afición, el bicampeón de goleo es además un tipo sencillo y amable con la gente, y si tenemos que hablar de humildad siempre tendremos que mencionar al señor Roberto Hernández, al que la afición reconoce por su evidente amor a los colores rojiamarillos. 

Estos 5 nombres no son sólo pieza clave dentro del terreno de juego, son 5 de las piezas más importantes que le dan forma a un grupo de futbolistas que en cada partido han demostrado que la unión hace la fuerza, desde la convivencia en entrenamientos hasta llegar al gol, donde todo el equipo se abraza y agradece al cielo.