Dice el saber popular que "a rey muerto, rey puesto". Y en el Bages no han dudado en ponerlo en práctica. Después de una brillante temporada, ICL Manresa, vuelve a la máxima categoría del baloncesto nacional tras varios años ausente. Pero el técnico que dirigió al equipo desde abril en este desafío no será de la partida en la Liga Endesa.
Para sorpresa general, el Diego Ocampo se desvinculaba del equipo de forma unilateral y se comprometía con el FC Barcelona para hacerse cargo del equipo B, que milita en LEB. Pese a haber alcanzado un acuerdo verbal para continuar dirigiendo los designios del equipo manresano tras el ascenso, finalmente la oferta del club azulgrana motivaba la desvinculación del técnico gallego.
Sin embargo, parece que en ocasiones los planetas se alinean justo en el momento y en el lugar adecuado. Y allí y entonces, precisamente, se encontraba Joan Peñarroya. Tras una temporada notable en Morabanc Andorra, donde el equipo fue de menos a más para llegar a disputar los playoffs (y casi dar la sorpresa en la ronda de cuartos precisamente ante el FC Barcelona Lassa de Pesic), el técnico de Tarrasa daba por finalizada una etapa de 8 años en el principado.
A partir de ahí, su nombre comenzaba a sonar para ocupar algunos de los banquillos de la Liga Endesa, en este final de temporada más que intenso con movimientos en casi todos los clubes. Pero su destino iba a ser finalmente Basquet Manresa. Un equipo en el que es toda una institución como jugador (es el máximo anotador en la historia del club y campeón de la Copa del Rey en la temporada 95-96), y al que llega con el claro objetivo de mantenerse en la primera plana del baloncesto nacional.
Galones y experiencia sin duda no le faltan.