Apasionante segunda semifinal entre dos equipos que se caracterizan por un juego rápido y vistoso. Los serbios llegaban como una apisonadora venciendo a todos sus rivales y demostrando lo amplio de su plantilla. Los lituanos más irregulares, con poca defensa, pero con una calidad enorme en sus jugadores. Intercambio intenso de canastas y los balcánicos que se adelantaban en el marcador gracias a los puntos de Teodosic y Bjelica. Pero los verdes respondían desde la larga distancia.

Gran Eurobasket que están desarrollando tanto Maciulis como Valanciunas. Dos generaciones que están dando recambio a los grandes clásicos de hace años. Resultado muy parejo hasta que los bálticos tomaron una ligera ventaja tras aprovechar una canasta en contraataque y mayor seguridad en los rebotes. Al final del disputado primer cuarto con 17-22.

Lucha de nervios

No se sentían nada cómodos los serbios, que fallaban demasiados tiros, y ofuscados por su bajón en la efectividad ofensiva, tampoco defendían bien. Gracias a ello los lituanos llegaron a la barrera psicológica de los diez puntos (parcial de 0-6). Inmediato tiempo muerto de Sasha Djordjevic para intentar frenar la sangría. Como consecuencia cambiaron su habitual defensa de uno contra uno a una zona 2-3, conscientes de que estaban perdiendo las batallas individuales. Pero el experimento tampoco era la solución. Kuzminskas y Valanciunas seguían haciendo daño.

Nerviosismo generalizado ante un partido extraño, en el que se daba vuelta a las tornas. Los dos conjuntos llegaban al bonus de personales, y de ello se lucraban los lituanos que tenían la mente fría y la muñeca caliente. Los serbios intentaban volver a los clásicos que les han funcionado durante el campeonato, como el pick&roll con el fornido Raduljica, pero esta vez el center de los balcánicos estaba horrendo en los tiros. Los dos conjuntos estaban cometiendo muchos errores, como si la victoria fuera mucha responsabilidad. Tras la bandeja in extremis de Bogdanovic, al descanso con un igualado 34-35.

Mucha emoción, poco juego

Tras la reanudación se mantuvo el tenso pulso, pero con ligero dominio de los lituanos. Posesiones bastantes rápidas y ninguno de los dos equipos que terminaban de estar finos. El enorme fallo en los porcentajes de tiro hacía que los más intensos en defensa o listos en algún robo se hicieran con la ventaja. A los lituanos les pesaban las pérdidas de balón, cuando los compañeros no entendían los pases arriesgados de Kalnietis (terminó con nueve asistencias). El juego se ralentizó sobremanera, con el carrusel de tiros libres.

Realmente era un partido loco, con muchas transiciones sin sentido, demasiado acelerados los dos conjuntos. Pese a ello, de vez en cuando se veían lustrosas jugadas como el mate de Valanciunas tras un buen bloqueo y continuación. Djorjevic tenía que convocar de nuevo a los suyos a la banda, porque no encontraba forma de romper del encuentro. Drástico frenado en la anotación. El capitán Maciulis y el cañonero Kuzminzcas daban nueva vida a los verdes. El tercer cuarto culminó con un pírrico 43-48.

Sorpresa final

Transcurrían los minutos, y los favoritos serbios se veían cada vez más presionados y menos iluminados. Sus ataques eran excesivamente pastosos y programados, como si la creatividad vista hasta ahora en el torneo hubiera desaparecido. Las estrellas estaban desaparecidas, y los lituanos se aprovechaban jugando sus clásicos, como la entrada a canasta de un acertado Seibutis (13 puntos). Pero el escenario comenzaba a cambiar de manera natural. Los verdes llegaban al bonus de personales, mientras que los serbios tenían un banquillo mucho más amplio. Y el factor cansancio comenzaba a ser importante.

Errores en la lectura de las marcas hizo que el duelo se ralentizara aún más. El elemento táctico y de rotación era cada vez más relevante. Los lituanos entraban en rápidas penetraciones, pero los serbios tenían más centímetros en la defensa de brazos largos. Muchas dudas en los dos equipos, y final realmente agónico. Y cuando los lituanos rozaban ya el éxito, llegó Milos Teodosic para meter un triple imposible y dar más morbo a la conclusión. Pero los bálticos dieron la campanada y eliminaron a los serbios 64-67 dando la sorpresa. Estarán en la gran final ante la Ñ.

Fotos: Eurobasket