El inicio de partido no haría presagiar el final que tendría el choque entre los colistas del grupo F de la Euroleague. Aun así, el Fenerbahçe mostraba sus cartas desde el primer minuto, encadenando un 10-3 con el que meterían el miedo en el cuerpo al Laboral Kutxa. Tibor Pleiss, el mejor jugador de los vascos, mandaba en la pintura, y se echaba el equipo a la espalda con sus buenas acciones en la zona y las ventajas que los de Sergio Scariolo conseguían en sus bloqueos directos.
El primer cuarto, que acabaría con el 30-24 en el electrónico, hacía pensar en una proyección de más de 100 puntos, aunque este ritmo anotador sólo sería soportado por los locales. Bo McCalebb, que aparecía tras 10 minutos de juego, marcaría los tiempos del encuentro. Un 9-0 para iniciar el segundo período, sumado entre el mismo McCalebb y un viejo conocido para los vascos, Milko Bjelica, hacía saltar las alarmas en el banquillo de Scariolo. El italiano pedía tiempo muerto tras ver el 44-28, y planteaba una defensa zonal 2-3 para intentar parar el vendaval de puntos que el conjunto de Zeljko Obradovic estaba ofreciendo. Sin solución, pues los triples de Bjelica, desde la esquina, a dónde ningún jugador baskonista llegaba a puntear, seguían agrandando la diferencia.
Juego rápido y efectivo
Fenerbahçe había saltado a la cancha con 2 ideas muy claras: parar a las piezas claves de Baskonia, algo que intentaba, sobre todo con Pleiss, e intentar jugar, siempre, al contraataque. Y lo estaba consiguiendo, pues el pésimo balance defensivo que practicaba el Laboral Kutxa ponía en bandeja las canastas sencillas de los locales. Por otra parte, las ideas en ataque de los vascos parecían acabarse demasiado temprano: malas decisiones, tiros forzados y muchos balones perdidos que no les daban la opción de acercarse en el resultado.
Así, se llegaba al descanso con el 59-38, una diferencia que se haría más grande con el transcurso de los minutos. Los mejores de Fenerbahçe, Bogdanovic y Bjelica, sumaban ya 13 y 12 puntos respectivamente, ayudados en muchas ocasiones de las segundas opciones que conseguían tras conseguir los rebotes ofensivos. El Laboral Kutxa, que contaba con un dudoso 3/14 en lanzamientos desde la línea de 6’75, no conseguía acoplar sus piezas para plantar cara a un equipo más que motivado.
Muchas dificultades para los vascos
En la segunda parte, a Baskonia le costaría un mundo sumar, un terreno en el que los turcos se sentían muy cómodos, no tenían problemas para elegir la mejor opción de cara al aro. Así, mientras los de Scariolo anotaban 4 puntos, Fenerbahçe sumaba 10, unos números que seguían agrandando la herida en el conjunto vasco. Sin apenas darse cuenta, el resultado empezaba a ser sonrojante: el Laboral Kutxa superaba por poco los 50 puntos, y viendo a los de Obradovic, que se acercaban a los 80, el trabajo se hacía muy cuesta arriba.
La ausencia de Pleiss en la pista hacía mucho daño a los vascos, que, sin Hamilton en la convocatoria, debían confiar en otros jugadores menos habituales, como Illimane Diop. La falta de acierto hacía llegar al último cuarto con un -27 en el marcador, y lo que era peor, que los turcos no tenían la intención de bajar el listón.
El 7 de 28 en tiros de 3 y las 12 pérdidas del conjunto de Scariolo dictaron sentencia en Turquía
A pesar de la diferencia, el Laboral Kutxa encontraba su mejor baloncesto en los últimos 10 minutos. Quizás con menos presión, y asumiendo la derrota, el equipo de Scariolo encadenaba buenas circulaciones de balón, mejores conexiones entre el juego interior y el exterior y se mostraban más sólidos en defensa. Es más, sería este último cuarto el que encajaran menos puntos, pero su desacierto en las finalizaciones les dejaban en sólo 9 puntos, y el encuentro finalizaba con el 98-64.
El Laboral Kutxa pagará muy cara esta derrota, y no sólo por el hecho de haber perdido ante un rival directo, sino por el tanteo. Los -34 se hacen imposibles de remontar de cara al basket average, y ahora encara un tramo final de semana con un rival que viene muy crecido, el Real Madrid de récord. A los vascos les toca trabajar duro para intentar dar la sorpresa en ambas competiciones.