La garra del CAI Zaragoza puede con un Valladolid desdibujado

A pesar de que la reacción fue tardía, lo hizo de manera contundente, y los maños consiguieron llevarse el partido y el average contra los pucelanos. El acierto desde la línea de 6,75 dio alas al CAI y supo reponerse de un mal inicio ante un rival que se mantuvo vivo 30 minutos. Roll, con 20 puntos, y Montañez, con 22, fueron los estandartes de sus respectivos equipos (Foto: ACB Photo).

La garra del CAI Zaragoza puede con un Valladolid desdibujado
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Por Maria Cerezuela

El partido empezaba con posesión para el Blancos de Rueda, pero erraba el tiro. El CAI, que contaba con las bajas de Damjan Rudez y Albert Fontet, debía recomponer su esquema para no sufrir demasiado en la pintura. Norel daba los primeros puntos para los maños y recuperaba el primer balón del conjunto. El partido parecía diseñado para los hombres grandes: mientras Norel seguía anotando para el CAI, el único de los morados que daba señales de vida era Román Montañez, en su particular duelo con el holandés.

Con el 4-4, los errores empezaban a sucederse en ambas canchas: los triples intentados por el CAI no entraban, y los pucelanos perdían 2 balones demasiado fáciles. Además, Sinanovic y Cizauskas se ponían con 2 faltas cada uno, lo que subía el bonus para su equipo a falta de 6 minutos. El partido se preveía muy largo.

Poca intensidad caísta

Henk Norel seguía siendo el líder en solitario de su equipo, así que el Blancos de Rueda castigaba muy bien la falta de solidez de los maños: 2 triples de los morados ponían el 7-12, la máxima diferencia hasta el momento, y provocaban que José Luis Abós pidiera tiempo muerto. En el descanso, el técnico maño pedía más intensidad y más dureza. El no haber hecho faltas dolía demasiado en el cuadro caísta.

El CAI seguía en su afán por anotar desde la línea de 6,75, sin resultado, y el Valladolid corría para ensanchar la diferencia en el marcador. Además, el dominio en el rebote era claramente vallisoletano, con lo que en ataques en los que tenían hasta 3 opciones volvían a sumar. Los jugadores rojillos parecían no estar en el partido, y se llegaba al segundo cuarto con un pobre 14 a 18.

Las malas sensaciones con las que el CAI había empezado el encuentro seguían en el segundo período: un 1c1 de Navarro ante una inexistente defensa no ayudaba a dar la vuelta al marcador. Por otra parte, los maños habían mejorado en el rebote ofensivo, pero no conseguían anotar, así que los ánimos bajaban en picado.

Llompart y Stefansson, al rescate del CAI

Las tornas cambiaban para los equipos: una canasta de Llompart abriría la veda para que el CAI pasara por encima del Blancos de Rueda. Stefansson, omnipresente en defensa, recuperaba balón y anotaba en un coast to coast que sentenciaba un parcial de 7 a 0. Este era el momento en el que el CAI rompía: entre el mismo Stefansson, Llompart y Roll convertían 8 triples a lo largo del cuarto. Además, la defensa rojilla se había convertido en un muro contra la que los pucelanos chocaban una y otra vez. Los maños estaban anotando todo lo que habían fallado al principio, y conseguían una renta de 14 puntos.

Esta diferencia, además de las faltas señaladas a Aguilar y Norel, que estaban con 2 cada uno, obligaban a Abós a dar entrada al canterano Adrián García, que se estrenaba con un rebote en defensa y dos tiros libres anotados. Antes de llegar al descanso, los morados conseguían salvar los muebles, de mano de Grimau y Montañez, este último como un auténtico líder para los suyos. Así, al término del segundo cuarto se llegaba con un 48-39.

A la salida de los vestuarios, el guión seguido al principio parecía repetirse: poca defensa rojilla, muchos fallos en ataque (algunos inexplicables, como el de Sinanovic debajo del aro) y un ambiente demasiado espeso para un partido con tanto valor. Para el Valladolid, Montañez seguía sacando a flote a su equipo, sumando a base de tiros sencillos.

Pero la defensa caísta (la segunda mejor de la Liga) conseguía imponerse a un Blancos de Rueda que daba pocos síntomas de vida: en un minuto y medio, el CAI anotaba 9 puntos ante un rival perdido, desorientado. El parcial de 18 a 2 parecía empezar a encarrilar el resultado, pero los pucelanos parecieron despertar, y otra vez de mano de Montañez con un triple (a estas alturas llevaba 20 puntos, y acabaría el encuentro con 22) y Sinanovic volvían a la diferencia de 13 puntos. Un triple de O’Leary dejaba el 74 a 64, la barrera psicológica de los 10 puntos con la que el CAI debería batallar para llevarse el triunfo.

Roll sentencia el partido

Así, con la diferencia de 10, Michael Roll (el mejor de su equipo, con 20 puntos y 24 de valoración) aparecía para liderar la anotación de su equipo y sumaba del tirón 9 puntos que volvían a estirar la ventaja caísta. Los jugadores del Valladolid parecían cansados, y el CAI lo aprovechaba para castigar este desgaste. El capítulo de los rebotes parecía dominado por el CAI, que obligaba al Valladolid a hacer un doble esfuerzo y a no fallar.  Pero el final del encuentro acabó liderado por los maños y Llompart y Van Rossom acabaron por sentenciar el partido. El porcentaje en tiros de 3 fue brillante para los maños, que anotaron 15 de 23, lo que supone un 65% de efectividad.

Con esta victoria, el CAI ya suma 18, y resta a la espera del resultado de Unicaja. En caso de que los malagueños perdieran, los maños se convertirían, matemáticamente, en equipo de playoff. El resultado, 99 a 86, permite a los rojillos ganar el average y reafirmarse como uno de los grupos más sólidos de la Liga y dar un paso muy importante de cara al playoff de Liga.

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Sobre el autor
Maria Cerezuela
Licenciada en Periodismo por la Universitat Autònoma de Barcelona, aquí intento unir, lo mejor que puedo, mis 2 pasiones: el baloncesto y el periodismo.