Tras 5 partidos, a cada cuál diferente al anterior, y 386 puntos después, el CAI vuelve a encontrarse con el rival ante el que se estrenó en Eurocup, el Belfius Mons-Hainaut. Y el balance, dos victorias y tres derrotas, podría haber sido mejor para los maños. Aun así, esta será la jornada que empezará a marcar el futuro de los equipos en la siguiente fase de la competición. De los seis conjuntos que forman cada grupo, sólo tres seguirán compitiendo en Europa, algo que, a día de hoy, se le pone difícil al CAI Zaragoza.
Para alcanzar la segunda ronda, el conjunto de José Luis Abós ha de empezar ganando en Mons, y asegurar, como mínimo, un triunfo más.
Repasando las opciones del equipo aragonés, poder jugar las dos competiciones pasa por ganar hoy en Bélgica. El Belfius Mons-Hainaut, último clasificado, registra un 0-5, así que tendría que ganar todo y comprobar los resultados para obrar el milagro. Para colocarse tercero, el CAI debe ganar y esperar que la Virtus de Roma y el Telekom Baskets Bonn cayeran en sus respectivos encuentros. Aun así, el CAI debería esperar a la siguiente jornada, porque aunque uno de los triunfos de la primera vuelta fue ante los de Roma, el basket average con los alemanes lo tiene en su contra, al haber perdido en su cancha.
Mejorar el ataque maño es la clave
El CAI prepara este encuentro con algo más que urgencias. Además de querer llevarse un triunfo de Bélgica (lleva 3 partidos consecutivos sin ganar), necesita encontrar su mejor baloncesto. Su juego interior está siendo uno de los pocos referentes, y empieza a dar muestras de cansancio. Es más, los jugadores que, a priori, deberían jugar cerca del aro, optan, incluso, por probar a tirar desde lejos, como Viktor Sanikidze.
Hombres como Jon Stefansson o Michael Roll, especialistas en sacar al equipo adelante cuando éste se encuentra en horas bajas, vienen de firmar unas valoraciones impensables, -6 y 0 respectivamente. De esta manera, la plantilla se está resintiendo demasiado de las ausencias de dos de sus jugadores más importantes y el peso recae en menos brazos, con lo que el grupo acaba cayendo.
En este sentido, José Luis Abós, el técnico maño, ha destacado que encara el encuentro con la prioridad de encontrar los errores en su juego: “Más que preparar el partido, estoy centrado en preparar al CAI Zaragoza. Con tantas pérdidas, falta de fluidez y descoordinación, lo que más me preocupa somos nosotros”.
Además, los números defensivos del CAI hace un par de jornadas eran los esperados, situándose como una de las mejores defensas de la Liga Endesa, pero en menos de 15 días han empeorado. Pasó de encajar 52 puntos en el partido ante La Bruixa d’Or, a perder ante el Valencia Basket 96 a 76, y dejar escapar, también, dos encuentros en Eurocup, y ambos con un final en el que se relajaba en exceso. Su muro defensivo parece estar deshaciéndose, se muestra más débil y los rivales están castigando muy bien los momentos en los que el CAI se desconecta.
El partido de ida, el recuerdo del mejor baloncesto caísta
A los rojillos se les presenta ahora la oportunidad para enmendar los errores y empezar a caminar por la senda adecuada. Ante un rival que llega al partido con cinco partidos seguidos perdidos, el CAI opta a ser el sexto rival ante el que el Mons pierde de manera consecutiva. En el encuentro de ida, Jason Love fue el mejor para los belgas, anotando 15 puntos y firmando un 17 de valoración. Los maños podrán parar el juego de los locales si consiguen desactivar al base norteamericano.
Así, la segunda fase se inicia con objetivos bien distintos para cada equipo: el Belfius Mons-Hainaut no tiene nada que perder, y poder imponerse en algún partido de los que quedan sería el mejor regalo para su afición. El CAI Zaragoza, por su parte, empieza el camino que puede darle su pase a la segunda ronda, un camino para renovarse y encontrar su mejor versión.