Ricard Casas compareció ante los medios, como viene siendo habitual cuando el CB Valladolid ha disputado un encuentro fuera de Pisuerga, para dar explicaciones a lo inexplicable. El propio técnico reconocía que es difícil encontrar causas a la imagen lamentable ofrecida por su equipo en el Martín Carpena frente a Unicaja, la cual se suma a pírricas actuaciones anteriores –en Valencia y Barcelona– donde la escuadra pucelana también cayó por más de 50 puntos. “A lo mejor con otro entrenador no se perdía por tantos puntos”, llegó a decir en un atisbo de impotencia.
No obstante, se esforzó por hallar algunos factores, entre las cuales figuran a su juicio la debilidad defensiva, la tardía confección de la plantilla, la inferioridad física ante conjuntos del nivel de los malagueños y la “realidad del equipo, que impide competir con ese tipo de equipos”. Preguntado por sus palabras en la previa, en las cuales aseguró que se podía ganar a los andaluces, Casas vino a decir que, pese a que la realidad del equipo es la que es, él tiene que tener una mentalidad positiva previa para tratar de cambiarla.
Considera que entre las posibles justificaciones a la hecatombe no se halla la falta de actitud del equipo. El coach manresano aseveró que, tras visionar el partido varias veces, no encuentra que sus hombres adolezcan de falta de deseo o de desidia. Sí que reconoce que la imagen es horrible para la entidad de Pisuerga, y “esto sí que me jode”.
Ricard Casas se puso a la defensiva cuando se le interrogó por la posibilidad de que el equipo acabara la competición como el peor de la era ACB, replicando: "También podría decir que somos el equipo más barato de la historia de la Liga, pero yo no me quiero equiparar a ese nivel”. En general, a Casas se le nota nervioso y bastante superado por las circunstancias, pese a lo cual sigue ofreciendo un discurso positivo y señala: "Aunque el equipo está en una situación muy complicada, no va directamente de camino al descenso, sino que sabemos que hay que ganar a Fuenlabrada y siete u ocho partidos en la segunda vuelta para salvarnos”.
Sobre si sus hombres tienen mimbres para lograrlo y si él mismo tiene capacidad para tal hazaña –que él mismo admitió que sería “heroica”– zanjó la cuestión bruscamente, pues, en opinión del entrenador morado, supone adentrarse en el terreno de la negatividad y las dudas, que no hacen ningún bien al club. “Esto es una cuestión ya suficientemente desarrollada otras veces, yo me siento con fuerzas y los jugadores hacen lo que yo les pido”, atajó. "Esta plantilla no es baja y es la mejor que podemos tener", defendió.
Jason Rowe, sin explicaciones para la situación
Además de Ricard Casas, atendió a los medios el base norteamericano Jason Rowe, que no acertaba a encontrar explicaciones al enésimo esperpento morado. “No tengo explicación para lo del otro día”, admitió. El estadounidense no cree que el equipo sea débil mentalmente: "Os sorprenderíais de lo positivos que somos durante la semana tanto nosotros como el entrenador”. Piensa que las situaciones de negatividad se dan sólo durante los partidos, por lo que a su juicio la única solución pasa por “cambiar la mentalidad”.
Rowe considera que es un error entrar en un bucle negativo por lo abultado de la derrota ante Unicaja, que se suma a los ridículos de Barcelona y Valencia. “No me preocupa el que podamos ser el peor equipo a nivel histórico, lo que me importa es que trabajamos bien en los entrenamientos y podemos sacar esto adelante”.
El director de juego de Búfalo confiesa: "Nunca había vivido esta situación a lo largo de mi carrera profesional”, perdiendo un partido detrás de otro por diferencias tan abrumadoras. Únicamente durante su etapa en Italia, “pero fue a causa de las múltiples lesiones”. Rowe está concienciado del rol que le corresponde en la pista, “el de líder”, pues así se lo ha pedido Ricard Casas, y, aunque se encuentra “frustrado”, se siente con muchas ganas de contribuir a que el equipo empiece a sumar victorias y de esa forma acabe logrando la permanencia.