El ya tradicional culebrón de la semana en el CB Valladolid tiene como protagonista a Jason Rowe, como adelantaba ayer Gigantes del Basket y confirmó poco después VAVEL. El propio club ha reconocido la circunstancia a través del entrenador ayudante de Ricard CasasAntonio Pérez.

El gallego explicaba que no había sido el jugador quien les había comunicado su decisión de no jugar ante el Real Madrid, sino su representante. El base de Búfalo, según Pérez, no ha hablado del tema con Casas ni con el resto del cuerpo técnico y tampoco ellos le habían preguntado. “La relación con él es de normalidad, porque el tema no debe solucionarse en la pista, sino en las oficinas”, aseveraba. En cuanto a su opinión del tema, el segundo de Ricard Casas comentó que “cada uno tiene un umbral diferente de tolerancia a la frustración y en el caso de Jason ha estallado esta semana". "Yo tengo mi opinión personal sobre esto”, dejó en el aire.

El pívot griego Haritopoulos también transmitió esa idea de buen feeling entre Rowe y los demás integrantes del cuadro morado. “No he escuchado nada de que algún jugador quiera irse por los impagos y, en cualquier caso, se trata de una cuestión muy personal”, zanjó. Precisamente fue el heleno quien recibió a Rowe al comienzo del entrenamiento matinal y estuvo conversando con él, probablemente acerca de las circunstancias generadas a raíz de la amenaza de su agente.

La realidad es que la entidad morada considera que a Jason Rowe no se le debe la cantidad que reclama, puesto que ha generado unos gastos mucho mayores que el resto de los jugadores de la plantilla y el club los ha sufragado. En concreto, facturas telefónicas por importe de 1.200 1.500 euros y un billete de avión con destino a su país natal, a donde viajará durante el parón copero. En Pisuerga entienden que con eso queda satisfecha la cantidad correspondiente al salario de diciembre. Otra cosa lógicamente es la nómina de enero, que se devengará en los próximos días.  

Sin perjuicio de todo ello, antes de que se detenga la Liga Endesa hay partido, el primero de la segunda vuelta, y no contra cualquier rival. Es ni más ni menos que el Real Madrid, considerado actualmente por muchos como el mejor equipo de Europa, el que visita Pisuerga el próximo sábado. Antonio Pérez admitía que el objetivo "es de rendimiento". "Ahora mismo no podemos pensar en ganar al Madrid”. En el partido contra los blancos, el equipo dirigido por su jefe Ricard Casas “buscará mejorar líneas de pase, defensa de bloqueo directo, cómo cargar el rebote y otros aspectos”, reconocía Pérez.

Facetas del juego que siguen sin funcionar en el conjunto morado, pese a que ya ha transcurrido toda una primera vuelta. Tanto el segundo entrenador como Haritopoulos tienen claro que los cambios de jugadores, las idas y venidas continuas, han mermado mucho la capacidad y la solidez del equipo. “Cuando se tienen recursos tan limitados, los fichajes son como un Huevo Kinder, no sabes lo que te va a salir”, explicaba el técnico de forma gráfica para justificar tanta fuga, deserción y rebeldía con o sin causa. Pese a todo ello, ambos creen que la salvación aún es posible. “Sabemos que, si ganamos seis, siete u ocho partidos podemos dejar al Valladolid en ACB”, remarcaba Antonio Pérez, aunque el técnico reconocía que la empresa “es muy complicada”.